IMÁGENES NUESTRAS | La Pila del Gallo: un espacio querido, un rinconcito del Centro

Recién repusieron la figura que da el nombre a esta pila escondida en un pequeño jardín de la Zona Centro

Arved Alcántara / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. El patrimonio cultural del Centro Histórico de Morelia es sumamente vasto y no se limita únicamente a los monumentos más destacados y populares. Los turistas que visitan la ciudad por unos días pueden familiarizarse con los puntos icónicos, como la Catedral, el Acueducto y la Fuente de Las Tarascas. Sin embargo, existen otros lugares de menor tamaño que también tienen un profundo arraigo en la mente de los habitantes locales. Uno de estos lugares es la Pila del Gallo.

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Hubo un momento en el que la ciudad de Morelia estaba fuertemente marcada por su relación con el agua, evidenciada por el majestuoso Acueducto y varias pilas, incluyendo la Pila del Gallo, la Pila del Soldado, la Pila del Santo Niño, la Pila de La Mulata y la Pila del Ángel. La mayoría de estos lugares aún se mantienen en pie, sirviendo como puntos de referencia y encuentro para los ciudadanos, y añadiendo una singularidad a la zona del Centro Histórico. Dondequiera que haya una Pila del Gallo, se encuentra una Tienda del Gallo, una Barbería del Gallo y una Carnicería del Gallo.

Ubicada en la esquina de Juan José de Lejarza y Antonio Alzate, la pequeña plaza de la Pila del Gallo es un ejemplo de un espacio público que ha sido bien conservado gracias a los esfuerzos de los residentes locales. Hasta el año 2012, este lugar se encontraba en un estado marginal y cubierto de grafitis. Sin embargo, en años recientes, formó parte de un programa de mantenimiento que abordó varias pilas en la ciudad. Aunque todavía existe grafiti en una de las paredes de los locales cercanos, la Pila del Gallo no es un espacio que necesite ser “rehabilitado”, como se suele decir en términos gubernamentales.

De acuerdo con fuentes históricas, la Pila del Gallo Negro fue construida en el siglo XIX con el objetivo de aumentar el suministro de agua en este barrio de la ciudad. El nombre se inspiró en una tienda local llamada “El Gallo”. Inicialmente la pila tenía un gallo de piedra de color negro que fue seguido por uno de hierro, luego uno de cemento y finalmente uno de latón. La pila actual tiene una forma octagonal con uniones reforzadas con grapas metálicas, y su icónica figura fue reemplazada recientemente por una nueva, nuevamente de piedra, que asemeja a la original.

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La mayor parte de esta información está disponible en español e inglés en un panel junto a la pila. Es uno de los pocos lugares en la ciudad donde estos paneles informativos se mantienen intactos, ya que la mayoría suele estar cubierta de grafitis o deteriorada debido a las condiciones climáticas. Sin embargo, este elemento en particular se encuentra en buen estado.

La acción de los vecinos tiene un gran impacto en la prevención de la marginación o la delincuencia en los espacios públicos. La idea de que la presencia de imágenes religiosas católicas fomenta el respeto y evita el vandalismo, incluso en áreas públicas de barrios populares, es ampliamente aceptada.

En una de las paredes de la esquina de la Pila del Gallo se encuentra un mosaico que representa a la Virgen de Guadalupe. Justo debajo, una plaza de cantera lleva la inscripción “En conmemoración del 2 de abril de 1867”. En un nicho adyacente, se coloca un pequeño arreglo floral en un recipiente con agua, el cual se renueva con regularidad y se mantiene en buen estado. A un lado, otro mosaico dice “Pila del Gallo, año de 1789” y también se encuentra en perfectas condiciones.

Dos grandes árboles proporcionan sombra a la pila, y más de una docena de personas, que van desde adultos mayores hasta jóvenes estudiantes y comerciantes locales, se sientan en la zona para descansar. La actividad económica en la zona ha generado un flujo constante de personas. Hay tiendas de abarrotes, cafeterías, escuelas, pequeños negocios, galerías y una mezcalería.

A diferencia de otros lugares de la ciudad que han sido adoptados por grupos específicos, como personas mayores, jóvenes skaters o artistas, la placita de la Pila del Gallo es un espacio donde convergen personas de todas las edades y ocupaciones. Aquí los transeúntes parecen sentir la atracción de quedarse un momento, disfrutar de la sombra, tomar un respiro, sentir la brisa fresca y luego seguir su camino.