IMÁGENES NUESTRAS | La Monumental de Morelia: 72 años de historia

En medio del apoyo a los derechos de los animales y en contra de los espectáculos que promueven violencia contra ellos, la plaza ha tenido que adaptarse.

Foto: Samuel Herrera Jr.

Arved Alcántara / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. La Monumental Plaza de Toros es uno de los principales recintos de Morelia; a más de 70 años desde su inauguración, guarda el recuerdo de las tradicionales corridas que se realizaban desde la época de la Colonia y que se mantuvieron en la ciudad con la primera edificación de una plaza para este fin en el siglo XIX. Actualmente la fiesta brava pasa por un periodo de disminución de eventos y un muy marcado rechazo de la mayoría de la población hacia el maltrato animal, lo que ha ampliado la función de este recinto como sede de presentaciones musicales.

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Diversas fuentes difieren sobre la fecha de inauguración de La Monumental de Morelia y lo marcan entre 1951 y 1952, con lo que el pasado mes de marzo habría cumplido 72 o 73 años. A pesar de la merma en corridas, esta sede todavía es considerada como una de las más importantes de México y es mencionada por publicaciones especializadas en tauromaquia.

Foto: Samuel Herrera Jr.

El segundo volumen de los textos archivísticos de la serie “Cantera Rosa”, titulado “Toros y toreros”, del Ayuntamiento de Morelia y del Consejo de la Crónica, hace referencia a que el origen de las plazas de toros en la ciudad se remonta hasta el siglo XIX. “La plaza de toros, la primera que se tiene noticia en la ciudad de Morelia, fue inaugurada en 1844 y se ubicaba cerca de la capilla de San Juan, en donde se realizaban funciones periódicas hasta 1888 en que fueron prohibidas. Posteriormente, Aristeo Mercado las rehabilitó por Decreto del 3 de mayo de 1893”.

El mismo documento hace referencia a que la tauromaquia fue traída al continente americano por la nación española durante el periodo de la Colonia, pero pronto en México empezó a tener gran arraigo esta clase de espectáculos; a partir de quedar libre de España, las corridas seguían vigentes como herencia de un pasado inmediato y a través de la Junta Patriótica ya conformada, especialmente, por miembros del Cabildo y por voluntarios patriotas se reunían para la organización de dicha celebración.

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En cuanto a la inauguración de La Monumental, se señala que fue llevada a cabo por particulares, especialmente empresarios taurinos preocupados por mantener vivos esta clase de espectáculos y quienes procedieron a mediados del siglo XX a solicitar su construcción con todos los requerimientos que marca el Reglamento destinado a los espectáculos taurinos que se celebren en el Municipio de Morelia. La antigua plaza de toros, cerca de lo que hoy es el mercado de San Juan, ya no se daba abasto.

Si bien no se cuenta con un estudio de cuánto han descendido los eventos de tauromaquia en México, se han prohibido las corridas en cinco estados hasta la fecha, Sonora, Guerrero, Coahuila, Quintana Roo y Sinaloa, mientras que la causa a favor de los seres sintientes ha ganado mayoritario apoyo entre legisladores de la Ciudad de México y federales, lo mimos que en la población michoacana. 

Es en este contexto que La Monumental de Morelia es ahora más conocida por la realización de conciertos y otro tipo de espectáculos que por su función original. De hecho, la página de promoción de turismo Michoacán Travel refiere: “Inaugurada en 1951, estaba destina exclusivamente para realizar corridas de toros. Actualmente es sede de diversos eventos como conciertos, lucha libre, bodas, entre otros”.

Foto: Samuel Herrera Jr.

Ubicada en la zona cercana a la colonia Tres Puentes, en las inmediaciones del paso del tren en Morelia, La Monumental se ha convertido en un centro de espectáculos que hace referencia a un sitio donde se mezclaban diversas relaciones sociales en torno a la fiesta brava durante los dos siglos pasados, pero que hoy lucha por ser algo más.

“Si bien, forman parte de los cambios sociales ocurridos a lo largo del siglo XIX, durante el Porfiriato y más tarde con la era posrevolucionaria; en la cual el discurso político no debía faltar, esta clase de recreaciones constituían un motivo por el cual se entrelazaban las relaciones sociales y políticas de su tiempo, y que a lo largo del siglo XX se siguen conservando”, culmina el documento “Toros y toreros”.

Foto: Samuel Herrera Jr.