Suman 103 tiraderos clandestinos en Michoacán

A nivel Michoacán la mayor parte de los basureros no cumplen con las medidas de disposición y la documentación para su operación.

Foto: La Voz de Michoacán.

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Se siguen acumulando tiraderos de basura clandestinos en el estado de Michoacán. Derivado de la falta de manejo y políticas de disposición de los residuos, en el estado ya suman 103 tiraderos documentados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de la Federación.

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En lo que va de esta semana, 7 tiraderos clandestinos fueron ubicados y desmantelados en la capital michoacana por parte del Trabajadores del Sindicato de Limpia y Transportes (SLyT) de Morelia en una de las zonas de mayor desarrollo industrial y habitacional del estado.

Al igual que en la capital del estado, en donde hay más vigilancia por autoridades ambientales, se teme que la situación se replique todos los días en todas las regiones del estado en detrimento de la salud de los ciudadanos y de las condiciones ambientales. Diariamente se producen 4 mil 459 toneladas de residuos sólidos urbanos, de los cuales, una cantidad importante no se recoge o no termina en un sitio autorizado.

En entrevista para La Voz de Michoacán, Alejandra Ramos Jaime, fundadora del movimiento “La solución soy yo” y embajadora de la Fundación para la Educación Económica, manifestó que hay un abandono por parte de las instituciones y los niveles de gobierno hacia el manejo de los residuos.

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Si bien en los últimos 3 años se han gestado inversiones por parte del Gobierno del Estado en materia de consolidación de rellenos sanitarios, la incapacidad de los municipios de cumplir con sus obligaciones ha orillado a que proliferen estos espacios, así como rellenos municipales carentes de reglamentación alguna.

Hay municipios que no cumplen con la recolección de ningún tipo y es una cuestión presupuestaria que ellos no pueden solventar, pero se trata de buscar posibilidades, cubrir las necesidades e incluso recurrir a la iniciativa privada para participar en algunos de los casos. Las autoridades federales no están tan acercadas al problema, tanto de lo que hemos percibido, es como este tipo de problemas inciden en el desarrollo ecológico”, precisó.

El cumplimiento de los municipios del estado ya era raquítico en el estado, hasta que en 2017, el gobierno federal entonces encabezado por Enrique Peña Nieto, determinó la eliminación de los fondos municipales para el manejo de los residuos sólidos. Desde entonces cada demarcación se ha tenido que enfrentar con sus propios recursos a una de las tareas más costosas.

A nivel Michoacán la mayor parte de los basureros no cumplen con las medidas de disposición y la documentación para su operación. Únicamente 26 rellenos sanitarios cumplen con las normas de sanidad, disposición y manejo de los residuos sólidos, el resto siguen en la irregularidad contaminando los mantos freáticos, suelos y aire. Aun cuando algunos otros se encuentran en proceso de construcción, la cifra sigue siendo bastante baja en comparación con la demanda.

La situación se ha complicado con la pandemia por el COVID-19 y las políticas tomadas por parte de ayuntamientos y estados previo a la contingencia respecto al uso de plásticos de un solo uso. Si bien fue parte de la estrategia ecológica evitar este uso de materiales, advirtió complicaciones con la aglomeración de estos residuos, principalmente por el uso sanitario.

El inicio de las medidas para evitar el plástico de uno solo uso provocó una caída de la ya escasa cultura de separación de residuos al interior de los hogares. Se estima que apenas el 11 por ciento del tonelaje de basura que emana de las viviendas son plásticos, por lo que otros materiales también dejaron de ser separados durante los últimos 7 meses.

La Organización Mundial de Salud estimó que en el mundo se usan cerca de 89 millones de cubrebocas, 76 millones de guantes cada mes, detonando el consumo de plásticos en todas las regiones y en donde Michoacán no quedó exento del incremento de estos materiales que difícilmente estarían encontrando una salida apropiada después del uso.