Activistas de Jiquilpan se organizan para frenar construcción de un nuevo fraccionamiento

Ambientalistas de esta ciudad alertan que está por aprobarse un fraccionamiento entre las áreas naturales protegidas del Bosque Cuauhtémoc y el Parque Juárez

Foto, José Luis Ceja.

José Luis Ceja / La Voz de Michoacán

Jiquilpan, Michoacán. Ante la posibilidad de que el Cabildo de Jiquilpan autorice un nuevo fraccionamiento en la convergencia de las áreas naturales protegidas del Bosque Cuauhtémoc y Parque Juárez, la organización ambiental Guardianes del Ambiente ha convocado a los regidores a rechazar esta nueva propuesta de asentamiento humano, que iría en detrimento de los pulmones naturales de este municipio.

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“Lo que en su momento fue un rumor ahora se confirma. Un residencial en medio de las dos áreas naturales del estado. Pedimos a la autoridad no ser parte de lo que están acostumbrados cuando aprueban fraccionamientos. Que su premio sea el reconocimiento de protección de la ecología y no terrenos por aprobar situaciones ilegales que atenten contra la ecología. Jiquilpense, no compres terrenos en esta área, los estragos del cambio climático lo vivimos, ayuda a preservar el bosque”, publicó la organización en sus redes sociales la noche de este domingo.

De manera oficial no ha sido presentada ante el Cabildo local la solicitud de cambio de uso de suelo ni de autorización de fraccionamiento de lo que fuera una granja avícola asentada entre las dos áreas naturales protegidas, aunque los trabajos de demolición de las estructuras ya comenzaron. Algunos regidores han señalado que no es posible autorizar nuevos fraccionamientos ya que eso obligaría al municipio a brindar los servicios públicos, para los que actualmente carece de la infraestructura y operatividad necesaria.

Foto, José Luis Ceja.

Fraccionamientos y agua

Derivado del crecimiento desordenado de la cabecera municipal, cada vez es más difícil dotar del servicio de agua potable a los habitantes, ello debido a que deben realizarse adecuaciones a las redes existentes para alcanzar los nuevos asentamientos. Actualmente el Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento extrae 321 litros por segundo a través de 14 pozos en la cabecera municipal y tres comunidades para satisfacer la demanda de 13 mil 500 tomas domiciliarias.

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En lo que respecta al desarrollo de fraccionamientos, datos obtenidos de la Dirección de Urbanismo de este municipio establecen que cerca del 50 por ciento de los fraccionamientos autorizados durante los últimos 15 años incumplen con los requisitos legales.

Datos de la misma dependencia señalan que 37 de los 75 fraccionamientos registrados se encuentran en proceso, esto es, en el desarrollo de la infraestructura necesaria; sin embargo, cuentan ya con la autorización definitiva del Ayuntamiento. Pero 44 de estos desarrollos habitacionales no cuentan con fecha ni de inicio de entrega, ni con fecha de autorización definitiva; sin embargo, están ya comercializados pese a que el estatus que guardan ante esta dependencia se clasifica como “obra en proceso”, esto es que aún no se han entregado calles, nomenclaturas, servicios y otros, por lo que no puede darse la autorización definitiva.

De acuerdo con el anexo II del oficio DU/31/07/17/0229 obtenido a través de un oficio de solicitud, se destaca que 37 fraccionamientos se encuentran como obra en proceso; sin embargo, cuentan ya con fecha de autorización definitiva por parte de la autoridad municipal, aunque 50 de los fraccionamientos no cuenta con fecha de factibilidad de agua potable y 56 carecen de la fecha del visto bueno de lotificación y vialidad, a lo que se suman 17 desarrollos habitacionales no registrados ya que se encuentran asentados en predios particulares o predios segregados a las zonas ejidales.

Foto, José Luis Ceja.

Patrimonio arqueológico

Además de lo anterior, el predio en que se pretende fraccionar un coto privado es uno de los cuatro lugares de este municipio en que fueron encontrados vestigios de civilizaciones originarias. “Otto Schondube Baumbach nos narra el hallazgo fortuito de una tumba el 6 de enero de 1978. Ubicada "en las inmediaciones de una granja agrícola y localizada al excavarse una gran fosa para instalar una báscula para pesar camiones de carga" (p.53), fue descubierta por accidente. "Al excavarse y emparejarse la pared oeste de la fosa, un golpe de pico perforó la parte inferior de la tumba. Los trabajadores ampliaron este hueco, penetraron a la tumba por su pared oeste y extrajeron tanto los restos humanos como las ofrendas que contenía" (p. 54).

Se contaminó el hallazgo. “Al no poder observarse los objetos –huesos y ofrendas- en su posición original, nuestro editor logró fotografiar el lote completo. La tumba pertenecía al tipo de tumbas de tiro, características del Occidente de México, sobre todo en Colima, Jalisco y Nayarit. La tumba de La Casita de Piedra es una variante en la que el tiro o pozo de acceso cae directamente en la parte alta de la bóveda. Variante que es conocida con el nombre de ‘tumbas de botella’. Fue la primera de ese tipo que se conocía en Michoacán.

“Habían sido encontradas otras en Nayarit y Colima, también en Panamá, Ecuador y Colombia. Debido a la forma en que se dio el hallazgo se desconoce si su contenido fue depositado de una sola vez (lo que implicaría un entierro múltiple y hasta cierto punto sacrificio humano), o si fue usada varias veces a manera de cripta" (p. 59).

Se fechó el entierro entre los años 500 u 800 d.C. La tumba de Jiquilpan puede ser un ejemplo de transición de las tumbas de tiro a las tumbas que consisten en fosas rectangulares, reza el libro “Nadie sabe lo que tiene”, de Álvaro Ochoa Serrano, publicado por Fondo Editorial Morevallado en 2009.

Foto, José Luis Ceja.