Autoridades y sociedad civil valoran adhesión de Jiquilpan a acuerdo de conurbación con Sahuayo

La importancia de este acuerdo radica en que la zona limítrofe está en una especie de limbo administrativo, y delimitar bien beneficiaría a los residentes del área

Foto, José Luis Ceja.

José Luis Ceja / La Voz de Michoacán

Jiquilpan, Michoacán. Integrantes del Cabildo de Jiquilpan y representantes de la sociedad civil sostuvieron una reunión a puerta cerrada para deliberar si el municipio firma o no el acuerdo de conurbación con Sahuayo, sin definir previamente el tema de los límites territoriales.

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De acuerdo con integrantes de la organización Mujeres Unidas por Jiquilpan, la intención de la alcaldía de convocar a sectores de la sociedad civil para la deliberación de este tema es hacer partícipe a la sociedad de las decisiones torales de la administración pública en un sentido de corresponsabilidad de las decisiones.

El acuerdo de conurbación entre ambos municipios se genera ante la necesidad de coordinar acciones de planeación y desarrollo de ambas demarcaciones con base en el programa de ordenación de la zona conurbada. De manera concreta, el convenio tiene por objeto coordinar acciones entre los dos centros poblacionales mediante su delimitación y reconocimiento a través de la Comisión de Conurbación, de acuerdo con lo que establece el Código de Desarrollo Urbano del Estado de Michoacán de Ocampo.

Justo en este tema, las organizaciones presentes en la reunión solicitaron a la alcaldía y a los integrantes de Cabildo hacer una revisión para tener una definición precisa sobre los límites territoriales entre ambas demarcaciones, pues si bien el tema no se considera en ninguno de los puntos del acuerdo marco para esta conurbación, sí resulta necesario que los ciudadanos de ambos municipios tengan pleno conocimiento sobre el resultado de los trabajos realizados durante administraciones anteriores para definir la pertenencia de poco más de mil 500 hectáreas de zona limítrofe.

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Las propuestas de conurbación

Entre las propuestas en este convenio se encuentra crear el Programa de la Zona Urbana Conurbada Sahuayo-Jiquilpan, que deberá contener los proyectos, obras y acciones que se requieran para el cumplimiento de este convenio. Para ello es necesaria la integración de la Comisión de Desarrollo Urbano Sahuayo-Jiquilpan. integrada por un presidente, vicepresidente, dos secretarios técnicos y dos vocales. Sobre quiénes ocuparán los cargos en esta comisión, será el gobernador de la entidad o en su caso el titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Movilidad quien ocupe la presidencia.

Una vez suscrito el convenio, la Comisión de Conurbación deberá integrarse en un plazo no mayor a los 30 días hábiles a partir del siguiente día hábil a la suscripción del convenio. Asistentes a esta reunión fueron consultados sobre este tema; sin embargo, ninguno pudo precisar los beneficios de la firma de este acuerdo en materia de recursos para infraestructura, pese a que en el Código de Desarrollo Urbano del Estado se reconocen como derechos urbanos fundamentales de los residentes de asentamientos urbanos y rurales el libre tránsito en vialidades y bienes de propiedad pública, sin impedimentos materiales, la movilidad y la accesibilidad de los centros urbanos y rurales de población. contar con servicios públicos, acceso transparente a la información generada en los procesos de planeación y administración del suelo, incluyendo licencias, autorizaciones o permisos de cualquier índole, la preservación del medio ambiente para las generaciones futuras.

El instrumento legal establece también que entre los derechos de este texto se encuentran el del uso racional de los recursos naturales y energéticos, el patrimonio cultural y la protección frente a las agresiones a la calidad del entorno, una vivienda digna y decorosa y la ejecución de obras públicas de beneficio colectivo.

El objetivo

Datos proporcionados por los asistentes a esta reunión señalaron que uno de los objetivos de la conurbación Jiquilpan-Sahuayo es el primer paso para la conformación de una zona metropolitana con la integración de los municipios de Venustiano Carranza y Villamar, para alcanzar a convertirse en la cuarta Zona Metropolitana del Estado después de la de Morelia-Tarímbaro-Charo, Zamora-Jacona y Pénjamo-La Piedad, o en su defecto obtener tanto del estado como de la federación el reconocimiento de zona conurbada, con el que no cuenta la conurbación Lázaro Cárdenas-La Unión.

Finalmente, dijeron, será el colegiado jiquilpense quien habrá de determinar la firma o no de este acuerdo, que no ha sido socializado a la población en general y que se espera sea abordado en la próxima sesión de Cabildo.