Investigadores de la UMSNH instalarán equipo de monitoreo en la zona del Paricutín

Son alrededor de mil sismos los que se han registrado en los últimos 23 días, por ello, instalarán observatorios en la región para detectar cualquier anomalía.

Foto: Archivo.

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. El posible nacimiento de un nuevo cono volcánico en Michoacán, así como el origen de la intensa actividad sísmica registrada en el estado en últimas semanas han confrontado la opinión de especialistas, la cual se resume en no descartar ninguna de las posibilidades y reconocer la falta de estudios y de herramientas para dictaminar con claridad si existe un riesgo civil que podría implicar estos fenómenos para la población.

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La actividad sísmica no ha cesado desde el 5 de enero de este año y ya son alrededor de mil movimientos telúricos detectados en este lapso de tiempo por el Servicio Sismológico Nacional.

A pesar del riesgo de actividad volcánica y de la intensa actividad sísmica, al menos en el corto plazo se deja de lado que haya un “peligro inminente” en la región, si bien hacen falta diagnósticos más a fondo.

Los sismos registrados hasta esta semana han sido focalizados en la región cercana al Volcán del Paricutín; especialistas advirtieron que, si bien los sismos son magnitudes apenas entre 3 y 4, se deben de tomar precauciones en las poblaciones aledañas al septuagenario volcán.

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En voz del doctor Ricardo Vázquez, director del Instituto Nacional de Investigaciones en Ciencias de la Tierra (INICIT), se tendrán que realizar investigaciones para descartar por completo la hipótesis planteada por otros especialistas respecto a que los sismos estén relacionados a la actividad volcánica.

Alistan observatorios

Por lo anterior instalarán observatorios en la región para detectar cualquier anomalía, tanto en los terrenos como en los acelerógrafos. Planteó que incluso, los sismos podrían estar relacionados a la misma geología altamente sísmica del estado de Michoacán y al reacomodo de las placas, todo ello, advirtió, a reserva de ser corroborado por estudios posteriores.

La otra posible causa del enjambre sísmicos, refiere, se debería al reacomodo de las fallas geológicas como la de Amambay, junto con otros movimientos de placas. Asimismo, siguen sin haber certidumbre en torno a cuando terminarán los sismos, que desde hace ya casi un mes, han alertado a miles de ciudadanos de la región.

“No hay evidencia (de actividad volcánica) como tal, hay que reforzar con estudios de vulcanología y geológicos para dar una respuesta concreta; no se puede determinar de momento, tenemos el conocimiento que es una zona altamente sísmica, no sólo es la zona del Paricutín, tenemos la falla de Acambay, hay que aprender a vivir con ello”, comentó el investigador.

Ricardo Vázquez reconoció que “nos falta aprender a qué hacer en casos de sismo”. Sobre el tema, indicó que “se van a instalar sesiones permanentes para poder dar respuestas con mayor precisión, el monitoreo del enjambre, que puede durar un mes más mañana dejar de registrarse o hasta en años”, manifestó.

No obstante, no es la única opinión en torno al tema. La especialista Patricia Alarcón Chairés, directora del Laboratorio de Ensayo Sísmico de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), también ha opinado sobre la situación y ha destacó que, por la magnitud de la energía liberada en los sismos, así como la recurrencia en las secuencias, estaría inclinándose más hacia la actividad volcánica de la región. La especialista nicolaita fue la primera en vincular el enjambre sísmico con la posible actividad volcánica.

Respecto a la tesis de que la actividad sísmica está relacionada a la falla de Acambay, la especialista discrepó en torno a la veracidad conforme a los estudios realizados previamente, pero coincidió en que se tendrá que realizar la instalación de equipos de acelerógrafos y perforaciones de hasta 15 kilómetros para descartar cualquier riesgo en torno a la actividad volcánica de la región.

“Los enjambres sísmicos, se presentaron uno en 1997, otro en 1999 y en el 2006, un estudio realizado por Francisco Chacón como tesis de grado, analiza estas secuencias sísmicas y concluye que son atribuibles a la activación de la Falla San Juanito-Buenavista, cercana al volcán Paricutín. Sin embargo, según el último reporte del Servicio Sismológico Nacional en esta ocasión la orientación del enjambre sísmico no corresponde a dicha falla”, reflexiona Patricia Alarcón.

En voz de la especialista, “el volcán Paricutín se encuentra en la Faja Volcánica Transmexicana (FVTM), relacionada con la subducción de las placas oceánicas de Cocos y de Rivera debajo de la placa continental Norteamericana. Distinguir entre actividad tectónica y actividad volcánica no es tarea fácil en las zonas volcánicas”.

Será esta misma semana, cuando la especialista inicie con los estudios para determinar el origen de la actividad sísmica y, sobre todo, precisar el nivel de riesgo civil que existe en la región y las acciones a tomar.