Párroco de Los Reyes pide un alto a la pirotecnia

Los cuetes ya no cumplen ninguna función práctica, señala el sacerdote Manuel Méndez Evaristo

Redacción / La Voz de Michoacán

Los Reyes, Mich.- Ante la proximidad del docenario guadalupano, así como la temporada navideña y de fin de año, así como las fiestas patronales de la ciudad, el encargado de la Parroquia de Los Santos Reyes, Manuel Méndez Evaristo, llamó a dejar atrás la quema de pirotecnia.

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“La ciudad tiene otro ritmo. Aquí el reloj nos indica la hora. El calendario de fiestas es conocido fácilmente por todos. En ella coinciden muchas sensibilidades. No todos están de fiesta. Aquí la quema de cuetes no es necesaria”, señaló el sacerdote en una reflexión publicada en la página de Facebook de la mencionada parroquia.

Añade que dicha costumbre “perturba el sueño y el descanso tan necesarios para enfrentar los trabajos del día, sobresalta a los niños, hiere los oídos de los ancianos y enfermos, asusta a nuestras mascotas... nos divide. Ojalá y pronto digamos adiós, ¡no sin nostalgia!, a esta práctica. Es mi opinión”.

Además, el párroco recordó que “en un tiempo, nada lejano, la quema de cuetes no era problema para nadie. Los medios de comunicación eran escasos y la población vivía dispersa. Los cuetes tenían una función social y festiva”, recordando que cuando el sacerdote iba celebrando misas en las rancherías, el trueno de los cuetes anunciaba su llegada, o bien servían también para congregar a la comunidad para el inicio de una peregrinación o actividad comunitaria; anunciaban, asimismo, el lugar por donde iba la peregrinación para poder unirse a ella.

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“Era un modo de comunicar la muerte de un niño o de anunciar a los familiares del novio que el papá de la novia ‘había cedido’ y ‘había dado su mano’. Anunciaban alegrías y tristezas de un extremo a otro del pueblo. Eran un modo de comunicación ‘en tiempo real’”.

Rememoró además que, en lo civil, los cuetes anunciaban que un personaje distinguido había llegado al pueblo.

“El mundo que necesitaba los cuetes, que amaba los cuetes, que exigía los cuetes, ha desaparecido. El mundo rural, donde todos se conocen y coinciden en muchas tradiciones, todavía vive parte de ese pasado y lo ama. Los cuetes lo siguen congregando e invitando a la fiesta”, finaliza el sacerdote.