Persisten saqueos en zonas arqueológicas de la región Ciénega y el INAH está ausente: especialista

El cronista de Pajacuarán, Omar Herrera, señaló que aunque han alertado al INAH sobre hallazgos arqueológicos, su personal permanece en la comodidad de las oficinas

José Luis Ceja / La Voz de Michoacán

Pajacuarán, Michoacán. Aficionados a la arqueología y a la preservación de la identidad de las regiones han señalado la existencia de nuevos saqueos en zonas arqueológicas de la región en los municipios de Pajacuarán, Venustiano Carranza y Jiquilpan. Utilizando la figura jurídica de “asociaciones civiles”, grupos de ciudadanos han devastado y saqueado zonas de vestigios arqueológicos en Pajacuarán, como es el caso de panteones en los que se han encontrado elementos históricos invaluables.

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“Todos sabemos del descuido por parte del INAH, que es el responsable de conservar estos patrimonios”, dijo Omar Herrera, integrante del Colegiado de Cronistas de este municipio, quien agregó que además del vacío en la aplicación de la ley, existe el hecho de que el INAH ha sufrido un proceso de burocratización y zona de confort pues no hacen exploraciones en zonas diferentes a las que tienen ya de sobra conocidas y exploradas, lo que abre la puerta a que grupos de la sociedad civil sean quienes realizan las exploraciones.

“Detrás de muchas asociaciones civiles que hay, supuestamente para el rescate de los vestigios arqueológicos y de los patrimonios históricos, hay infinidad de buscadores de tesoros. Hay tráfico de piezas que se manejan con museos de otros países. Hay muchos buscadores de tesoros, muchos saqueadores que cuentan con la tecnología adecuada para el saqueo de tumbas de tiro y con el uso de maquinaria detectan las oquedades en los cerros y otros lugares. Hay un saqueo inmenso. En Pajacuarán contábamos con un cementerio prehispánico y los buscadores de tesoros con sus máquinas acabaron con el cementerio”, lamentó el entrevistado, quien es conocido en esta región como uno de los grandes exploradores y gran conocedor de la geografía de las zonas cerriles cercanas, y agregó que de ese lugar subsiste solamente el obelisco que indica la zona sagrada de este cementerio.

Pese a que a las autoridades se les ha presentado evidencia tanto de la importancia de esta región en materia arqueológica como de los saqueos realizados, no se han dado los pasos necesarios para solicitar el apoyo de las dependencias correspondientes ni para la protección de estos espacios y menos aún un museo de sitio en el que puedan concentrarse, catalogarse y exhibirse la infinidad de piezas que de momento obran en manos de particulares.

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Lamentó la postura del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) al no permitir que la ciudadanía participe, pese a que el alcance de operaciones de este instituto es limitado: “Si no hubiera intervenido la sociedad civil en realidad no habría habido nuevos descubrimientos en nuestro país porque la gente del INAH está siempre en sus oficinas, no salen a explorar”. De esta suerte, dijo, el INAH, lejos de realizar nuevas exploraciones, se contenta con hacer una y otra revisión a los lugares que fueron descubiertos y explorados hace décadas.

Omar Herrera fue el explorador que realizó el descubrimiento de un centro astronómico en un cerro de la localidad de Tecomatán, de este municipio. La ubicación de este observatorio, dijo, no fue revelada a la población local ante el temor de que, en busca de tesoros, la zona fuera objeto de ataques.

Destacó que en la locación denominada Peribán se encontraron petroglifos que refieren a la época prehistórica de esta región, en los que se representa la figura de seres humanos en actitud de danza, comparables, aseguró, con los encontrados en el continente africano.

Zonas como estas, dijo, son las que se encuentran en riesgo ante el embate de esta serie de organizaciones civiles que recorren cerros y llanuras de este y otros municipios en busca de todo aquello que pudiera tener valor de comercialización con museos y particulares de otros países.

Los otros saqueos

En municipios como Jiquilpan y Venustiano Carranza se encuentran en domicilios particulares colecciones de hasta 3 mil piezas de origen prehispánico, mismas que son celosamente guardadas por sus propietarios para evitar que su existencia sea del conocimiento general y las piezas puedan ser reclamadas por la Federación.

Estos “hallazgos” los realizaron los coleccionistas particulares tras exploraciones realizadas en regiones como Otero, en Jiquilpan; el Panteón de San Gregorio, en Pajacuarán, y Los Gallineros, en Venustiano Carranza. Estas piezas, regularmente tras un periodo de ocultamiento, terminan en las colecciones particulares de las comunidades migrantes asentadas en diversas ciudades de la Unión Americana.