Tzintzuntzan celebra fiesta patronal a la imagen del Señor del Rescate, venerada por miles

Este año, debido a la pandemia, no se realizó la danza tradicional, ni se permitió venta al interior del atrio

Angélica Ayala / Colaboradora La Voz de Michoacán

Tzintzuntzan, Michoacán.- La imagen del Señor del Rescate fue venerada por miles de fieles que acudieron a su fiesta patronal, este año, la pintura que contiene una de las escenas de la pasión de Cristo, fue retirada del altar principal del templo de Santa Ana; para venerarlo le construyeron un altar frente a la capilla abierta, entre flores y veladoras el Señor del Rescate recibió a toda su feligresía. A diferencia de años pasados, no se realizó la tradicional danza en honor al patrono de la capital del imperio purépecha, ni tampoco se permitió la venta al interior del Atrio de los Olivos.

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Aunque el Gobierno del estado emitió un decreto prohibiendo eventos masivos, en Tzintzuntzan no se canceló la fiesta, sin embargo, tampoco hubo un control sanitario en la principal avenida, donde se colocaron cientos de comerciantes, aunque había cierta distancia entre ellos, no era suficiente para evitar la aglomeración de los visitantes, el único filtro sanitario fue en la entrada al Atrio de los Olivos, donde los organizadores se colocaron para entregar el gel antibacterial, asimismo, habilitaron dos salidas para que no se aglomerara la gente en la entrada principal.

El año pasado, la fiesta se canceló por motivos de la COVID-19. Ahora, las familias se animaron a caminar desde Pátzcuaro para llegar al Santuario, recorriendo los caminos de terracería y los largos tramos de carretera, es una tradición que ha sido heredada de una generación a otra, algunos más esta festividad la tomaron como un día de campo, ya que, al llegar al Atrio de los Olivos, realizan su picnic, esto gracias a que no permitieron la instalación de las tradicionales vendedoras de las limas y tamales de atole, que llegan de las comunidades de Santa Fe de la Laguna y San Jerónimo Purenchécuaro, ahora las colocaron junto con los demás comerciantes.

Uno de los atractivos principales, fueron las dos orquestas tradicionales que se instalaron en grandes escenarios, para el deleite de las personas escucharon una gran gama de música, desde a tradicional, como sones y abajeños, hasta música clásica, la presentación de las orquestas son una tradición, ya que una la pagan los organizadores de la fiesta, mientras que la otra es un apoyo que otorga el Ayuntamiento.

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Al entrar al Atrio de los Olivos, la gente se instaló de tal manera que con los árboles se cubrían un poco de los rayos intensos del sol, otros más y ya prevenidos se sentaban en sus banquitos portátiles, mientras que la mayoría se sentaron en el suelo. En el altar, al centro está la imagen del Señor del Rescate, rodeado de flores, enfrente el altar donde el sacerdote celebró la eucaristía y a los costados más clérigos que fueron invitados a la conmemoración.

Pese al intenso calor que se sentía, la gente llegaba para agradecer al Señor del Rescate algún milagro recibido, para el organizador de la fiesta, Erik Campos, continúa la costumbre de que los matrimonios que cumplen 25 años de casados, son quienes coordinan y trabajan para que la celebración en honor del patrono de lo que fue el imperio purépecha se realice de la mejor manera, con el apoyo de donaciones, que incluso este año, cuatro matrimonios originarios de este lugar pero que radican en Estados Unidos, también colaboraron para recabar donaciones, porque “los gastos son muchos”.

Con un operativo coordinado entre corporaciones policiacas y de tránsito, así como de Protección Civil Municipal, se brindó el apoyo vial a quienes llegaban en sus automóviles, mientras que PCM estuvo al tanto si algunos de los feligreses presentaban alguna molestia, sobre todo a aquellos que llegaron caminando.

Historia del Señor del Rescate

De acuerdo a los datos históricos, señalan que, a finales del siglo XVII en la región lacustre, azotó la peste de la viruela, que a diario cobraba la vida de cientos de vidas, el texto narra: “en unos de estos días de terror el guardián del convento franciscano afija su mirada suplicante en la efigie de Cristo en el pretorio de Pilato e intercede en favor de esta raza de Caltzontzin exclamando ¡Padre mío Santísimo, rescátalos del poder de la muerte por esa tu sangre derramada! El señor escuchó la plegaria del religioso, porque desde ese momento cesó la peste”.

“Los purépechas agradecidos por tan gran favor, celebraron una fiesta en su honor asignándole, como es su costumbre, cargueros y mayordomos, desde entonces, año con año, ocho días antes del martes de carnaval, miles de fieles devotos de Michoacán y de otros Estados, vienen en peregrinaciones a pagar sus mandas con milagros y retablos, con cirios y ofrendas”.