Conocer al vendedor de la farmacia obstaculiza adquirir anticonceptivos, revela estudio en Taretan

Alrededor de la mitad de la población estudiantil teme ser reconocido por los proveedores de anticonceptivos en caso de necesitarlos.

Foto: Especial

Abril García / La Voz de Michoacán

Taretan, Michoacán. Una de las razones principales por las que los jóvenes del municipio de Taretan no adquieren anticonceptivos es que son conocidos o familiares de los empleados de las farmacias.

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A través de un estudio hecho por investigadoras del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) se descubrió que 74% de las personas de la región conocen a los proveedores de anticonceptivos, ya sea en las clínicas o en las farmacias. Mientras que únicamente el 26% indicó que no los conocía.

El estudio, realizado a través del Programa para la Fortalecimiento a la Transversalidad de la Perspectiva de Género (PFTPG), tenía como propósito descubrir las causas de embarazo y de deserción escolar de las adolescentes michoacanas. Para ello, se aplicaron cuestionarios a las telesecundarias de la localidad de La Florida, donde se le preguntaba a los alumnos sobre su conocimiento de temas de sexualidad y de reproducción.

Las respuestas a las preguntas realizadas a los adolescentes no solo revelaron el desconocimiento que tienen sobre los métodos anticonceptivos, sino que además no pueden acceder a ellos. Esto es debido a que, en localidades despobladas y asiladas como lo es La Florida, los proveedores de estos anticonceptivos pueden reconocer y delatar a los jóvenes que acuden a adquirirlos.

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Los resultados de los cuestionarios indicaron que el 45% de las personas piensan que conocer a la persona que vende o regala los anticonceptivos limita o impide completamente su acceso, contra el 55% que piensa que no es así. Así mismo, el 44% de los adolescentes consideró que estos proveedores podrían comentar el nombre de la persona que adquiere algún anticonceptivo, mientras que el 56% opinó que no era así.

Esto quiere decir que alrededor de la mitad de la población estudiantil de la localidad teme ser reconocido por las personas que podrían proveerlos de anticonceptivos en caso de necesitarlos, situación que puede derivar en que tengan relaciones sexuales sin ningún tipo de protección y, por tanto, que incremente el número de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual.

"El equipo investigador, detectó como parte de la problemática estructural para el acceso eficiente a los métodos anticonceptivos que parte de la preocupación de las y los jóvenes es que “les da pena” ir a una farmacia o alguna clínica a solicitar servicios médicos para colocar un DIU, implante hormonal, o la adquisición de condones o pastillas de emergencia", apuntó la pedagoga Jazmín Soto.

Tales datos revelan la necesidad de encontrar estrategias de repartición de métodos anticonceptivos protegiendo la privacidad de los adolescentes, para que estos no reciban sanciones en sus hogares, las cuales pueden ir desde la segregación y la humillación, hasta maltratos físicos severos.