Covid provoca ola de pubertad acelerada: niñas con menstruación precoz que afecta crecimiento

Expertos señalan que los endocrinólogos pediatras se encuentran con niñas de siete, ocho o nueve años que ya tuvieron su primera menstruación

Foto: Juan Carlos

Héctor Jiménez / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. A partir del periodo de resguardo en casa por la pandemia del COVID-19, se ha observado una ola de casos de “pubertad acelerada”, principalmente en niñas que presentan su primera menstruación de forma precoz, lo cual puede deberse a la falta de ejercicio físico, los cambios en horarios de sueño y un aumento de estrés, según señaló el experto en Endocrinología, Carlos Antillón Ferreira.

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 Si algo estamos viendo los endocrinólogos pediatras este año, son muchísimas niñas con un proceso de pubertad muy acelerada. Resulta que todas las semanas nos topamos con niñas de siete, ocho o nueve años que ya tuvieron su primera menstruación y que nadie se dio cuenta que había tenido desarrollo de caracteres sexuales porque la mamá está trabajando virtualmente y nadie se da cuenta”, señaló el experto.

 Durante la conferencia "Hablemos de Crecimiento Infantil" de la farmacéutica Novo Nordisk, el experto dijo que crece la creencia errónea de que una niña que entra a la pubertad y comienza a desarrollar sus senos a edad muy temprana crecerá mucho, pero es lo contrario ya que en promedio las mujeres presentan solo dos años más de crecimiento corporal después de su primera menstruación.

 “Si llega su periodo, se va a acabar el tiempo de crecer y el resultado final  es que va a ser una mujer muy chiquita en la edad adulta, entonces tenemos que estar atentos al proceso de pubertad”.

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 Cuestionado sobre la dimensión de este repunte, Antillón Ferreira respondió que no se cuentan con estadísticas oficiales al respecto, pero en su consulta particular pasó de ver ocho o 10 casos al año a cerca de cuatro cada semana, a la par que otros especialistas le han comentado una observación similar.

 “Siempre ha existido la pubertad precoz y la pubertad temprana. Esos problemas siempre han existido. Mi clara percepción después de un año y tres meses en pandemia es que está incrementando de forma muy notoria. No está tocando ver a muchas más niñas y niños con procesos precoces de pubertad. El proceso de pubertad es multifactorial y sí tenemos niñas que dejaron el ejercicio completamente, subieron de peso y están estresadas.  

 Puntualizó que el aumento de casos de pubertad acelerada no se deben a un efecto secundario de contagios de COVID-19, sino que se estima que derivaron por las nuevas circunstancias en las que se vive en muchas casas mexicanas, en las que los niños y niñas disminuyeron su actividad física, se desvelan a menudo con el uso de tecnología y presentan mayores grados de estrés a causa de los periodos de encierro en casa. 

Desafortunadamente se está normalizando que algunos chicos a los 13 o 14 años se duermen a las tres de la mañana todas las vacaciones porque es a la hora que juega con sus amigos en línea, o son niñas que están viendo series. Son temas que se han visto muy afectados por la pandemia, porque además si los chicos no hacen ejercicio no se cansan y si están con la tableta hasta las 11 o 12 de la noche ese cerebro va a estar sobre estimulado y menos va a dormir”.

 En ese sentido, explicó que la hormona del crecimiento se libera en menores de edad prácticamente durante todo el día pero tiene sus mayores repuntes y aprovechamiento durante la noche en las hora de sueño, de tal manera que resulta falso que las horas perdidas cerca de la media noche se compensarán si el niño se levanta tarde al día siguiente.

 “Por etapa de vida, el primer año los niños crecen mucho, un promedio de 25 centímetros, en segundo a tercer año es de ocho centímetros por año, en etapa preescolar es de cinco a siete centímetros por años, en etapa escolar también. La pubertad acelera el crecimiento, nada más que no sea la pubertad a los siete u ocho años porque se termina el tiempo para crecer”.

 Finalmente recomendó que los padres se mantengan atentos del primer signo de pubertad de sus hijas, que es el crecimiento de los senos, al advertir que a menudo se dejó de prestar atención a dichos casos por los problemas y preocupaciones propios de la pandemia.

 El encierro exagerado hizo que a una niña le creciera el botón de glándula mamaria en abril del año pasado pues no la vieran, se dan cuenta cuando ya le llegó su periodo. Imagínense una familia como miles que cursaron la pérdida de un familiar por COVID, si tenían a alguien enfermo… ¿quién iba a estar preocupado porque a la niña le creciera la glándula mamaria? Pues nadie”, concluyó.