Las drogas, un problema de salud pública que no se soluciona sólo con armas y restricciones

El trabajo de la prevención se ve opacado por el desinterés de las autoridades y por el crecimiento del negocio del narcotráfico

Foto: Unsplash

Salvador Rodríguez* / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. El consumo de drogas se ha convertido en un problema de salud pública, sólo en Estados Unidos, durante el 2021 esta enfermedad cobró la vida de al menos 100 mil personas, superando la cifra record de 2019, que era de 72 mil muertes por sobredosis.

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Según datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), se ha calculado que hay alrededor de 275 millones de personas que consumen algún tipo de droga en todo el mundo, lo que nos hace dimensionar lo complejo de la situación.

Según la Encuesta Nacional sobre la Salud y el Consumo de Drogas (NSDUH, por sus siglas en inglés), en 2017 hubo 19.7 millones de estadounidenses mayores de 12 años que se encontraban luchando contra un trastorno por el uso de sustancias, de las cuales, el 74 por ciento se encontraba lidiando con el alcoholismo.

Según los datos de la misma lista, pero en territorio mexicano, se establece que “el panorama del consumo de drogas en la Ciudad de México es el mismo que a nivel nacional, con un porcentaje mayor en hombres del 17. 5 por ciento consumen cualquier droga, drogas ilegales el 17.3 por ciento; en mujeres, el 4.3 por ciento consume cualquier droga y drogas ilegales, el 3.9. por ciento”.

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Es sabido que México es el proveedor más importante de heroína y marihuana del país vecino del norte, y para ilustrar la magnitud de la situación, se calcula que un 38 por ciento de la población en Estados Unidos consume algún tipo de enervante, mientras que en México, según una encuesta del Conadic, durante 2016 y 2017, el 20 por ciento de los mexicanos padecía esta enfermedad.

La UNODC menciona que “alrededor de 269 millones de personas usaron drogas en todo el mundo durante 2018, lo cual supone un aumento de 30 por ciento con respecto a 2009, mientras que más de 35 millones de personas sufren trastornos por el uso de drogas”.

En dicho informe se destaca el impacto que ha tenido la pandemia por COVID-19 en los mercados de drogas, pues las restricciones vinculadas a la emergencias sanitaria han provocado la escasez de estupefacientes en las calles, lo que ha dado lugar a un incremento en los precios y una reducción de pureza, afectando a la economía de las personas y las familias que lidian con este problema.

De acuerdo con las autoridades, en Argentina, solamente el 25 por ciento de los adictos logran recuperarse, aunque esta cifra baja aún más con las recaídas que sufren los pacientes como resultado del “craving”, o síndrome de abstinencia. Mientras que otras estadísticas mencionan que las personas que se recuperan equivalen al 10 y hasta un 5 por ciento de todas ellas.

No es muy difícil inferir que el mercado de las drogas se rige exactamente igual que otros, la oferta y la demanda, por lo que la cantidad de millones de dólares que mueve ese sector es impresionante, y para que esto termine será una tarea muy difícil, pues los consumidores activos seguirán siendo clientes potenciales, mientras que sólo un muy pequeño grupo dejará de serlo permanentemente

¿Cómo termina con un mercado que tiene clientes durante toda una vida?

Según un reporte del Global Financial Integrity (GFI), en el 2020 “la actividad del tráfico de drogas entre México, Colombia y Estados Unidos (EUA) alcanzaría un valor de hasta 121 mil 600 millones de dólares al año, mismos que pueden ser blanqueados por las organizaciones criminales que operan en estas tres naciones, principalmente por el contrabando en efectivo y esquemas de lavado de dinero”.

Esto supone una red extremadamente grande que se tendría que atacar, lo cual se puede lograr, pero será sumamente difícil, admiten especialistas.

¿Qué se puede hacer?

En primera instancia hay quienes hablan de la legalización, una postura muy polémica que ha desatado varios cuestionamientos, pero que no deja de ser una posibilidad. Aunque cabe destacar que una estrategia viable para este caso podrían ser las campañas antidrogas dirigidas a los niños, y otras más que sean de concientización sobre el daño que provocan. Sin embargo, lo ideal es que estas no sólo duren un sexenio, sino que se que se hagan de manera parmente, para que así se logre preparar a una nueva generación de no consumidores.

Este arduo trabajo sería largo, pero bien podría dar resultados efectivos, reduciendo así el mercado de estupefacientes que hasta el momento ha alcanzado dimensiones inimaginables.

En México, una de las campañas más grandes contra las drogas que se ha realizado fue por parte de Ricardo Salinas Pliego en el año de 1998, quien hasta la fecha tiene una fundación llamada Vive sin Drogas, perteneciente a Fundación Azteca, y más recientemente la campaña del gobierno actual, la cual es muy aplaudida por muchos, aunque también criticada por otros tantos.

Hoy en día el trabajo de la prevención se ve opacado casi por completo, por un lado, debido a la falta de interés por parte de las autoridades, y, por otro, el crecimiento del negocio del narcotráfico, que inunda las mentes y las introduce poco a poco dentro de este mundo.

*Salvador Rodríguez es experto en temas de rehabilitación a personas con problemas de adicciones.