Tardarían dos años obras de ampliación a cuatro carriles en autopista Siglo XXI

Las máquinas empezarán este mes a trabajar ‘delante de Nueva Italia’, aseguró el subsecretario federal de Infraestructura, Felipe Verdugo, quien puso 2025 como plazo máximo para acabar la obra.

Foto: Víctor Ramírez, La Voz de Michoacán.

Javier Favela / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. “Pronto” arrancarán los trabajos de ampliación a 4 carriles de la autopista Siglo XXI, aseguró Felipe Verdugo, subsecretario de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT).

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En el transcurso del mes de mayo empezarán las máquinas a trabajar en la ampliación, en la zona que va delante de Nueva Italia hacia Lázaro Cárdenas, sostuvo en el palacio legislativo de San Lázaro, en el marco de la semana nacional de infraestructura que encabezó el diputado federal Reginaldo Sandoval Flores, con la presencia de Zhang Run, embajador de China en México.

En entrevista con La Voz, el subsecretario federal reconoció que estos trabajos carreteros en Michoacán podrían prolongarse hasta dos años, como máximo. “Vamos a meterle para que los trabajos queden concluidos el próximo año, pero no es fácil. Estamos agarrando la época de lluvias. Eso nos complica el inicio”.

Verdugo López enfatizó que las obras de ampliación de la autopista serán pagadas totalmente con recursos privados del concesionario. “Ya se han hecho ajustes al título de concesión para permitir que la obra pueda ser financiada con la misma ruta, ya sea con tiempo o con modificación de tarifas. La SICT tiene un área específica para supervisar el proyecto y asegurar el financiamiento de la obra.

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El subsecretario Verdugo López anticipó que el presidente López estará haciendo visitas de supervisión durante los trabajos de ampliación de la autopista, con la expectativa de ir dejando tramos terminados y operativos antes de finalizar su mandato. La SICT estará vigilando que los tramos vayan quedando operables.

El proyecto ejecutivo de los tramos iniciales está actualmente en fase de autorización en la Dirección de Carreteras de la SICT, puntualizó Verdugo, al refrendar que la ampliación de la autopista Siglo XXI es un compromiso del presidente López Obrador en la última visita que hizo a Michoacán, dándosele continuidad hacia Lázaro Cárdenas, en el sentido que ha venido modernizándose.

Verdugo López fue el último de los 5 conferencistas magistrales de la Semana Nacional de la Infraestructura, la cual se desarrolló con 15 paneles y con casi 90 expertos en el uso del micrófono.

Cabe recordar que la autopista Siglo XXI en realidad es una carretera de dos carriles con exceso de acotamiento para permitir rebases. La SCT inició su construcción en noviembre de 1995, en el sexenio de Zedillo, y tardó muchos años. Fue inaugurada en mayo del 2005. Consta de 5 casetas de cuota: Zirahuén, Taretan, Santa Casilda, Las Cañas y Feliciano. Alrededor de 9 mil vehículos circulan en esa carretera; el 20 por ciento de ellos son unidades de carga.


Proyectos locales

Reginaldo Sandoval, presidente de la comisión legislativa de infraestructura, refrendó diversos proyectos federales para Michoacán. En conjunto con la SICT, este año la Federación planea ampliar la autopista Siglo XXI, construir la autopista Uruapan-Zamora y ampliar el ramal Zitácuaro-Maravatío.

La construcción de hospitales en Morelia, Uruapan y Zitácuaro permitiría duplicar el número de camas que actualmente tiene el IMSS, pasando de 428 a más de 800 camas, confirmó.

Comentó que la Federación ha destinado 503 millones de pesos para planteles del nivel básico (preescolar, primaria y secundaria) y 489 millones de pesos, para educación media superior y superior.

Sin embargo, el legislador del PT reconoció que hay una cantidad significativa de recursos etiquetados del ramo 33 para obras de infraestructura que no son ejercidos y que tienen que ser reintegrados a la Federación. Asimismo, alertó sobre la falta de claridad de los ayuntamientos y a veces de los gobiernos estatales sobre cómo ejercer y cómo gastar el dinero público asignado.

Comentó que, bajo la 4t, la gestoría federal ya “se movió de fecha y de forma”. Antes la gestoría arrancaba el 8 de septiembre por ser la fecha marcada para que la Presidencia enviara el paquete económico al Congreso. Antes la gestoría iniciaba en San Lázaro.

En el 2018, llegaron 76 mil solicitudes a la Cámara Baja; en el 2019, 46 mil peticiones; a partir del 2020, “cero solicitudes, ninguna”.

Acotó que, para evitar actos de corrupción, los diputados federales ya no ejercen gestoría. Y los tiempos se han movido.

Ahora la gestoría federal arranca el 1 de enero y concluye el 30 de junio, cuando Hacienda dice: “mándenme todo lo que tengan” y sistematiza todo junto con el presidente. “Y ahí van las demandas de alcaldes, gobernadores, grupos empresariales o rectores, buscando financiar sus proyectos”. Sin embargo, conseguir el folio de la SHCP puede resultar un verdadero viacrucis para muchos.

No se le mueve “ni una coma” al Presupuesto que propone el Ejecutivo federal, pero tal frase no es del todo exacta en lo referente a la gestión de recursos para infraestructura, aseguró.

Más adelante, rememoró que los diputados del PT, Morena, PVEM, PRD, PRI y PAN consensaron el concepto de infraestructura que debe desarrollarse en el país. Debe ser inclusiva, accesible, sustentable, de calidad y resiliente. Y ahora están trabajando con el INEGI para acomodar metodológicamente este concepto.

Señaló que la infraestructura hospitalaria, para educación, agua y energía, acumula un importante y alarmante rezago en México.

El legislador federal explicó que todo este atraso en infraestructura se generó desde 1982, cuando los neoliberales quebraron el modelo nacionalista ya que, en ese entonces, México invertía el 10% de su PIB en infraestructura. En 2018 (el año del triunfo de López Obrador), nuestro país apenas invertía el 1% del PIB en ese rubro. Para este año, México estará invirtiendo el 3.7 por ciento. Sin embargo, la cifra sigue siendo alarmantemente baja en comparación con países como China y la India, que invierten el 51% y el 40% del PIB en infraestructura, respectivamente.

Paralelamente la política de distribución social está llegando a más de 25 millones de mexicanos desde hace cuatro años.