Disputas por el poder en el Congreso paralizan trabajos

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

Jorge Manzo/La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Las disputas entre diputados locales han enrarecido el clima político, y han entorpecido el quehacer. Hasta ahora, el 52.5 por ciento de los diputados están en medio de rebatingas, producto de desbandadas y pugnas por el liderazgo adentro y afuera.

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La bancada parlamentaria del Morena cuenta con 12 diputados, la del PRD con siete curules, así como de la representación parlamentaria con dos posiciones, se encuentran sumergidas en serios problemas, ya que hasta ahora siguen sin un liderazgo claro.

El Congreso está compuesto por 40 legisladores locales, de los cuales 16 llegaron mediante una estafeta plurinominal. Se tienen contabilizadas siete bancadas legislativas, y hasta ahora los movimientos internos han desconfigurado el poder interno inicial.

El partido Morena se convierte en la que tiene una mayor cantidad de “afiliados”, aunado a la alianza de facto que se construyó con el Partido del Trabajo en donde se tienen 4 integrantes.

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Si bien el bloque opositor al movimiento que representa en el país Andrés Manuel López Obrador logra una mayoría numérica, no hay claridad sobre cómo toman sus decisiones, ni hay un pacto revelado. No en todo van unidos como tampoco lo hacen los partidos Morena y PT.

El ejemplo más reciente fue en la elección del fiscal general, en donde el Partido del Trabajo no apoyó a Morena y fue así que Adrián López Solís logró el aval del Poder Legislativo, pese al rechazo del entonces Movimiento de Regeneración Nacional.

En la antesala, los diputados Humberto González, Miriam Tinoco y Erick Juárez, quienes llegaron a las diputaciones con el cobijo del Partido de la Revolución Democrática (PRD), anunciaron su renuncia a la bancada y al instituto político y se sumaron a la representación parlamentaria.

Esto desencadenó en el debilitamiento de la bancada al descender de 7 a 4 legisladores, ubicándola como una cuarta fuerza política.

Los legisladores afines al movimiento Alternativa Democrática Nacional (ADN) que encabeza Carlos Torres Piña se sumaron al bloque que integran los diputados Javier Paredes Andrade de Movimiento Ciudadano y Wilma Zavala Ramírez, quien dejó la bancada del partido Morena.

Los experredistas intentaron apoderarse de la coordinación, pero fue detenido el “agandalle”, tras la advertencia de que primero tiene que ser aprobada su inclusión.

Posteriormente, la bancada del Morena en una reunión de última hora destituyó a Alfredo Ramírez Bedolla como coordinador parlamentario. En su lugar, fue nombrado Fermín Bernabé Bahena.

Al encuentro, en la víspera de la designación del fiscal general, no acudió el también experredista, quien más tarde, desconoció ese nombramiento.

Esta rebelión fue vinculada a la vicecoordinadora, Cristina Portillo Ayala, quien ahora ha sido perfilada como la lideresa, quien se suma de manera provisional a la Conferencia de Trabajos Legislativos para no entorpecer el trabajo, sin embargo, ello no significa que las “aguas” estén tranquilas en el grupo parlamentario.

Ni Yeidckol Polevnsky, la dirigente nacional del partido Morena, logró frenar ni controlar a los legisladores locales, quienes se reunieron hace unos días sin un acuerdo total.

El pacto intentaba meter orden a la bancada, y evitar aspavientos. Se prendieron la alarma, tras el mayoriteo que consiguió la oposición durante la elección de fiscal.

En tanto, Araceli Saucedo Reyes, una de las cuatro diputadas locales que se quedaron en la bancada, asumió la representación, en sustitución de Adrián López Solís, quien pidió licencia para ausentarse del cargo y buscar la Fiscalía General.

En su lugar, llegó el dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática, Antonio Soto Sánchez.

Legisladores reconocen que las pugnas internas han derivado en parálisis en trabajos en el Congreso, incluso, la adhesión de Portillo Ayala se da para que haya representación del Morena en la Junta de Coordinación Política.