En contraste con otros países, en Uruguay se votó en calma y habrá segunda vuelta

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AP / La Voz de Michoacán

Montevideo, Uruguay. Marcando una gran diferencia con el clima de tensión que se vive en otros países del continente, los uruguayos votaron el domingo para elegir a su próximo presidente en un clima de calma y los candidatos del oficialismo y la oposición destacaron la estabilidad de la democracia uruguaya.

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El horario de votación de una elección presidencial y legislativa decisiva e histórica por su importancia y la incertidumbre de sus resultados finalizó a las 19:30 horas locales (22:30 GMT), pero algunos circuitos electorales están haciendo uso de una hora de prórroga, que se puede habilitar siempre y cuando haya gente haciendo cola para votar.

La prórroga tiene que finalizar obligatoriamente a las 20:30 (23:30 GMT). Cuando cierren todos los circuitos, los medios de comunicación podrán dar a conocer sus sondeos a boca de urna.

“Uruguay se ha convertido en un oasis de certezas en la región”, dijo al votar el candidato presidencial de la coalición de izquierda Frente Amplio, Daniel Martínez. Martínez festejó que camino al circuito donde le tocó votar nueve de cada diez opositores lo saludaron con respeto.

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Luis Lacalle Pou, candidato presidencial del Partido Nacional, vota en Canelones, Uruguay, el domingo 27 de octubre de 2019. (AP Foto / Santiago Mazzarovich)

En igual sentido se manifestó el candidato opositor del Partido Colorado, Ernesto Talvi. “Nadie va a cuestionar los resultados de esta noche. Y eso es un tesoro que los uruguayos debemos valorar”, dijo al salir de su domicilio rumbo al circuito electoral donde le tocó sufragar.

También el principal candidato de la oposición Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, destacó la confiabilidad de la democracia uruguaya. “Lo que Uruguay tiene para ofrecer, y lo va a ofrecer sin perjuicio del resultado, es institucionalidad, es saber qué va a pasar, saber que se puede creer. Por eso Uruguay, entre dos ‘monstruos’ (en referencia a Argentina y Brasil), siempre tuvo importancia trascendental para el resto del mundo”

De todos modos, Lacalle Pou acusó al presidente Tabaré Vázquez de violar la veda electoral que rige durante las 72 horas previas a los comicios, al hacer comentarios políticos a dos días de las elecciones.

La jornada electoral también se vio empañada por la denuncia de que las papeletas del “Sí” a un plebiscito que pretende adoptar varias medidas para reforzar la seguridad pública fueron robadas o destruidas en varios locales de votación.

La jornada había comenzado con un emotivo voto del presidente saliente Tabaré Vázquez, diagnosticado con cáncer desde agosto. Vázquez dijo al sufragar: “yo tengo la esperanza y el deseo de poner la banda presidencial al próximo presidente de la República”.

Daniel Martínez, candidato presidencial del Frente Amplio, vota en Montevideo, Uruguay, el domingo 27 de octubre de 2019. (AP Foto / Matilde Campodonico)

Los 2,7 millones de electores deberán definir qué desean para el futuro del país: si un cuarto gobierno consecutivo de la coalición de izquierda Frente Amplio o el gobierno de una alianza de partidos opositores, que van de la centroizquierda a la derecha.

Once candidatos compiten por la presidencia, pero todas las encuestas señalan que el país se encamina a un balotaje entre el candidato oficialista Martínez y el opositor Lacalle Pou. Ninguno de los dos obtendría el 50% más uno de los votos que le podría permitir ganar en primera vuelta.

El Frente Amplio llegó por primera vez al gobierno nacional en 2005, rompiendo una hegemonía de los dos partidos fundacionales, el Colorado y el Nacional, que habían gobernado el país desde su nacimiento a la vida independiente en 1828. Desde entonces, consiguió tres mandatos consecutivos, no perdió ninguna elección y obtuvo siempre una mayoría absoluta en ambas cámaras del Parlamento.

Desde su llegada al poder en 2005, la economía no ha dejado de crecer, el poder adquisitivo de los salarios ha experimentado una fuerte suba y se han sancionado leyes que garantizaron derechos como el casamiento gay, el aborto y la venta de marihuana en farmacias.

Sin embargo, el tercer gobierno del Frente Amplio, encabezado por el presidente Vázquez, ha tenido problemas importantes y finaliza con un índice de aprobación muy inferior a los anteriores. Una reforma educativa fracasó, el vicepresidente Raúl Sendic debió renunciar en 2017 jaqueado por casos de corrupción, la inseguridad pública se deterioró hasta alcanzar un récord de 414 homicidios en 2018, la economía se estancó, el desempleó subió hasta el 9% y el déficit fiscal alcanzó el 4,9%.

La oposición plantea que es necesario tomar medidas urgentes para restablecer la seguridad pública, reformar el sistema educativo y ordenar las cuentas públicas y un gasto estatal que frecuentemente cae en el derroche.

En el campo opositor, el partido que lleva la delantera es el Partido Nacional, que lleva como candidato Lacalle Pou quien perdió en 2014 en la segunda vuelta ante Vázquez.

En ese marco, la campaña electoral no tuvo grandes sorpresas. “La campaña ha sido bastante predecible. Lacalle Pou y Talvi buscaron a diferenciarse del Frente Amplio, sobre todo en materia de seguridad pública, pero enfatizando que no quieren abandonar la cuestión social. El Frente Amplio, por su parte, ha tratado de destacar los avances significativos que Uruguay vivió durante los últimos tres gobiernos en cuanto a la expansión de derechos. También ha tratado de activar su base, que es una de las grandes ventajas del Frente Amplio: su organización y las estrechas relaciones que tiene el partido con los movimientos sociales”, dijo a The Associated Press la académica Jenny Pribble, del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Richmond, Estados Unidos.

Las últimas dos elecciones se definieron en un balotaje entre el Frente y el Partido Nacional, con victoria de la coalición de izquierda en ambos casos.

Los partidos que marchan tercero y cuarto en los sondeos, el Colorado y el derechista Cabildo Abierto, un grupo nuevo encabezado por un excomandante del Ejército que se ha transformado en la sorpresa de la campaña, ya han anticipado que votarán en una segunda vuelta por Lacalle o el candidato que se enfrente al Frente Amplio.

Junto con la elección del presidente y el Parlamento se plebiscitará una propuesta de reforma constitucional impulsada por el senador Jorge Larrañaga, del Partido Nacional, quien consiguió más de 400.000 firmas de ciudadanos para la propuesta.

La reforma se propone capacitar a 2.000 militares para formar una guardia que colabore con la policía en la seguridad pública. Además, entre otras medidas, se incorporaría al ordenamiento jurídico la posibilidad de establecer la cadena perpetua para delitos graves, revisable a los 30 años.

Larrañaga dijo a The Associated Press que recibió cientos de denuncias de rotura o sustracción de las papeletas del “Sí” a su reforma y aportó fotografías como prueba. En las redes sociales varias personas se ufanaron de participar de tales acciones y convocaron a otros a imitarlos.

El senador también criticó el domingo que la vicepresidenta Lucía Topolansky hiciera declaraciones contra su propuesta pese a que el país se encuentra en veda electoral hasta el fin de la votación.

Habrá segunda vuelta

El candidato oficialista Daniel Martínez y el opositor Luis Lacalle Pou pasarían a un balotaje para definir quién de los dos será el próximo presidente de Uruguay, según resultados parciales de sondeos a boca de urna.

Martínez, candidato de la gobernante coalición de izquierda Frente Amplio, habría obtenido entre 37% y 41%, según tres sondeos de boca de urna difundidos por los canales de televisión 4, 10 y 12, en base a trabajos de las encuestadoras Cifra, Opción y Equipos.

Lacalle Pou, mientras tanto, habría obtenido entre 29% y 30%.

Las tres encuestadoras dejaron constancia que aún no han escrutado todos los circuitos de su muestra, por lo que los resultados podrían variar con el correr de las horas.