Estadounidenses tratan de llevar vida normal bajo cuarentena

Un grupo no lucrativo llevó juguetes para los niños y artículos de aseo personal para que se sintiera más un hogar, dijo.

Fotografía del 5 de febrero de 2020 de Matthew McCoy con casi 200 estadounidenses desalojados de China por el coronavirus en el fondo, en la Base de la Reserva Aérea March, en donde están en cuarentena, en Riverside, California. (Matthew McCoy vía AP)

AP/La Voz de Michoacán

Riverside. Hay clases de box y zumba, conferencias de negocios e impuestos, y arte con tiza al aire libre para los niños.

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Aunque podría parecer como la oferta de un centro recreativo, en realidad es parte de la vida diaria para 195 estadounidenses en una base militar que están en cuarentena después de haber sido desalojados de la ciudad china de Wuhan, origen del brote de un nuevo coronavirus.

El grupo de funcionarios consulares, empresarios y familias estadounidenses, fueron sacados rápidamente de Wuhan en un avión fletado de Estados Unidos la semana pasada. Desde entonces, han formado su propia comunidad mientras esperan ser liberados de una cuarentena de 14 días ordenada por el gobierno federal con el objetivo de limitar la propagación del virus.

Todos los días tienen una reunión para recibir actualizaciones de funcionarios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) y discutir planes de viaje. Hay un grupo para trotar en las mañanas y algunos suben escaleras corriendo para mantenerse en forma en la Base March de la Reserva de la Fuerza Aérea, dijo Matthew McCoy, un diseñador de parques temáticos y uno de los desalojados.

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La semana pasada, hubo una fiesta con pizzas para ver el Super Bowl con dos pantallas de televisión afuera del edificio de dos plantas en donde son albergados en modestas habitaciones estilo hotel. Están planeando un juego de fútbol americano bandera y otra fiesta antes de que los desalojados viajen a Atlanta, Nueva York y otras ciudades para reunirse con sus familias.

“No es un crucero, sabes, pero intentamos lograrlo como un equipo”, dijo McCoy en una entrevista a través de Skype. “Eso es lo que esperamos que hagan los otros campos. Seguimos siendo humanos”.

Este grupo fue el primero que fue puesto bajo cuarentena en Estados Unidos por la nueva cepa de coronavirus que ha enfermado a más de 20.000 personas y matado a más de 500, prácticamente todas en China.

Dos aviones más con unos 350 estadounidenses llegaron el miércoles a otras bases militares de California y está previsto que dos más lleguen el jueves y viernes a bases en Nebraska y Texas. Todos los pasajeros estarán en cuarentena por 14 días.

La base March, al este de Los Ángeles, ofrece alimentos, incluidos burritos para desayunar, fideos y pollo. Hay comida para bebé y opciones para niños como nuggets de pollo, gaseosas y agua, dijo McCoy.

Un grupo no lucrativo llevó juguetes para los niños y artículos de aseo personal para que se sintiera más un hogar, dijo.

“Jabón real, no jabón de hotel”, dijo.

También llevaron una cafetera, en donde McCoy se encuentra con otros desalojados a mitad de la noche. Muchos todavía trabajan remotamente en China, que tiene una diferencia horaria de 16 horas.

Estos artículos y el apoyo de funcionarios federales y locales, dijo, han ayudado al grupo a unirse para sacar el mayor provecho de la muy inusual circunstancia de ser sacados a toda velocidad de una ciudad aislada y puestos en cuarentena por orden del gobierno estadounidense en más de 50 años.

Los estadounidenses que llegaron el miércoles volaron en dos aviones fletados y aterrizaron en la Base Travis de la Fuerza Aérea, en el norte de California, entre San Francisco y Sacramento. Alrededor de la mitad son albergados ahí y los otros fueron llevados en avión a la Estación Aérea Miramar de los Cuerpos de Infantería de Marina en las afueras de San Diego. Miramar es la antigua casa de la escuela de vuelo de la Armada que inspiró la película “Top Gun”.

En Travis, vivirán en un hotel de la base. Además de las habitaciones individuales, hay una amplia zona al aire libre y espacios comunes. En Miramar, algunos se quedan en el Consolidated Bachelor Quarters. Imágenes proporcionadas por el ejército muestran un comedor comunitario con grandes dispensadores de cereal para desayunar, una lavandería, auditorio, un patio de juegos y una sala de lectura. Otros se quedan en una posada en la base.

El doctor Christopher Braden, principal representante de los CDC en Miramar, dijo que los aproximadamente 170 pasajeros eran de todas las edades, incluidos infantes. Estamos en “una situación difícil”, agregó.

“Les permitieron 32 kilogramos (70 libras) de equipaje para llevar a bordo”, dijo Braden. “Así que no tienen mucho en cuanto a pertenencias personales, por lo que tenemos que hacer lo que podamos para asegurar que son bien atendidos”.

Son libres para deambular en las áreas en cuarentena y tienen acceso a teléfono e internet.

Los CDC no recomiendan el uso de mascarillas u otro equipo protector, pero sugieren que todos mantengan una distancia de unos 1,8 metros (6 pies).

Cualquiera que muestre síntomas de coronavirus será aislado en una instalación médica. Tres adultos y un niño en Miramar tuvieron fiebre o tos, y fueron llevados a hospitales locales la tarde del miércoles, dijeron los CDC.

En el condado Riverside, algunos desalojados todavía usan mascarillas y mantienen su distancia, pero la gente es amigable entre ella, dijo Jarred Evans, exquarterback de la Universidad de Cincinnati que ahora juega profesionalmente en China.

“Todo ha estado muy tranquilo”, dijo Evans.

Pero muchos también se enfrentan a retos, como familiares atrapados en China e interrupciones en sus negocios. McCoy dijo que mucho de su trabajo se ha desacelerado y ha buscado ayuda para seguir manteniendo a su hijo.

Kimmy McDaniel, cofundadora del organismo Project Strong One, dijo que se sintió motivada para ayudar a los desalojados, y señaló que muchos trabajan para el Departamento de Estado.

Su grupo entregó bicicletas y juegos para los niños, acondicionador para cabello, pañales y “todo lo posible para que esta transición sea una experiencia más agradable y positiva”, dijo.

También hay una clínica médica disponible a todas horas. Un niño fue enviado al hospital con fiebre, acompañado por un padre, y regresó a la base cuando las pruebas dieron negativas para el virus, dijo Jose Arballo Jr., vocero de la agencia de salud pública del condado. Otro niño tuvo fiebre el miércoles, fue enviado al hospital y esperan los resultados de la prueba, agregó.

Para este primer grupo, la cuarentena acabará el martes, pero para quienes lleguen en vuelos posteriores la travesía recién comienza. “El espíritu estadounidense provee”, dijo McCoy. “Todos son buenas personas con todos. Creo que eso va a suceder en todos los otros lugares”.