Trump intentó llegar al Capitolio para apoyar el asalto de 2021, da a conocer un testigo

Trump enfureció al escuchar que no sería llevado a la sede del Congreso, incluso arremetió contra un agente del Servicio Secreto, según el relato de una exasistente de la Casa Blanca

Agencias / La Voz de Michoacán

Washington, Estados Unidos. Donald Trump intentó ponerse al volante de una limusina presidencial el 6 de enero de 2021 para sumarse a sus partidarios que marchaban hacia el Capitolio, informó este martes una exasistente de la Casa Blanca durante una audiencia en el Congreso.

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El entonces presidente de Estados Unidos acababa de terminar su discurso en la Elipse, frente a la Casa Blanca, donde exhortó a sus partidarios a marchar hacia el Capitolio.

“Soy el maldito presidente, llévenme al Capitolio ahora”, exigió Trump, según Cassidy Hutchinson en su testimonio ante el panel del Congreso que investiga el asalto al Capitolio cuando los legisladores estaban reunidos para certificar la derrota de Trump en las elecciones de 2020.

Hutchinson, asistente ejecutiva del jefe de gabinete de Trump, Mark Meadows, fue una figura central en la Casa Blanca durante el periodo en que se produjo la incursión violenta a la sede del Congreso.

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Cuando subió a la limusina, apodada "la Bestia", y le dijeron que no irían al Capitolio, Trump reaccionó con enojo.

Un agente del Servicio Secreto tuvo que contener físicamente a Trump, quien, sentado en el asiento trasero, utilizó su mano libre para arremeter contra el cuello del agente del Servicio Secreto Robert Engel, según declaró Hutchinson.

“El señor Trump utilizó entonces su mano libre para arremeter contra Bobby Engel”, declaró la exfuncionaria.

Sabía que estaban armados

Cassidy Hutchinson, asistente principal del jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, también aseguró que al expresidente Donald Trump no le importó que sus partidarios portaran armas en el marco del mitin del 1 de enero de 2020.

“Cuando estábamos en la carpa de anuncios fuera del escenario, yo era parte de una conversación. Estaba cerca de una conversación en la que escuché al presidente decir algo como: ‘No me importa una mierda que tengan armas. No están aquí para lastimarme’”, ha explicado en su declaración, según ha recogido la cadena NBC News.

Por ello, Trump instó en esos momentos al Servicio Secreto a retirar los magnetómetros de seguridad. Hutchinson también ha relatado otros momentos en los que el expresidente, en este ambiente de violencia y caos, arrojó un plato de comida a la pared después de que el Departamento de Justicia rechazara las acusaciones de fraude electoral generalizado, según ha recogido Politico.

Hutchinson también ha dicho que estuvo "asqueada" por el mensaje de Trump contra el vicepresidente Mike Pence durante los disturbios, en el que el expresidente aseguró en su perfil oficial de Twitter que este "no tenía el coraje para hacer lo que debía hacer" en el marco de la teoría del fraude electoral.

La asistente de la Administración Trump también ha descrito una reunión con Meadows y un alto funcionario del Servicio Secreto, Tony Ornato, quien se desempeñó como subjefe de gabinete de operaciones en la Administración Trump, en la que se advirtió sobre la potencial violencia durante aquellos días.

En concreto, se hizo hincapié en los "cuchillos, armas en forma de pistolas y rifles, aerosoles para osos, chalecos antibalas, lanzas y astas de bandera", aunque Meadows parecía distraído mientras Ornato enumeraba dichas preocupaciones.

Sin embargo, días después, el 2 de enero, Meadows aseguró, tal y como ha narrado la asistente ante el comité de la Cámara de Representantes en esta sexta audiencia, que "las cosas podrían ponerse muy, muy mal", tal y como ha recogido la cadena CNN.

Hutchinson también ha trasladado al comité que la hija mayor de Trump, Ivanka, quería que el expresidente tomara medidas para sofocar la violencia durante el mitin del 1 de enero en el marco de la insurrección que se preparaba aquellos días.

Pese a los actos violentos, la asistente ha agregado en su testimonio que Meadows, así como el expresidente, alentaron el lenguaje del perdón durante el discurso que dio Trump el 7 de enero, tras la turba que arrasó el Capitolio, aunque los abogados de la Casa Blanca disuadieron al expresidente de incluir este tipo de enfoque.