Miles despiden a general iraní; otro surge de las sombras como relevo

Con un solo ataque de un dron, el presidente Donald Trump hizo más que abatir a un enemigo jurado de Estados Unidos. También es posible que haya trastocado un elemento central de su política exterior y que haya acercado al país a una guerra.

Foto: Ap. Un hombre pasa junto a carteles con la imagen del general de la Guardia Revolucionaria Qassem Soleimani, que murió en un ataque de Estados Unidos en Bagdad, en una calle de Teherán, Irán

Ap / La Voz de Michoacán

Bagkdad. Al grito de “Estados Unidos es el gran Satanás”, miles de personas participaron el sábado en Bagdad en el cortejo fúnebre del principal general de Irán y de líderes insurgentes iraquíes fallecidos en un ataque aéreo estadounidense en la víspera.

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El general Qassem Soleimani, jefe del grupo élite iraní Fuerza Quds y artífice de la estrategia de seguridad de la República Islámica en el extranjero, murió en la madrugada del viernes en un ataque perpetrado en las inmediaciones del aeropuerto de la capital iraquí que ha elevado las tensiones en la región.

Irán prometió responder al ataque con dureza, lo que elevó el temor a una posible guerra total. El presidente te Estados Unidos, Donald Trump, dijo que ordenó la operación para evitar un conflicto. La Casa Blanca señaló que Soleimani estaba preparando una serie de ataques que ponían en peligro a funcionarios y soldados estadounidenses, pero no ofreció evidencia.

Un funcionario de la coalición liderada por Estados Unidos en Irak, dijo que el contingente redujo sus operaciones y reforzó “la seguridad y las medidas defensivas” en las bases donde se alojan. El responsable habló bajo condición de anonimato en cumplimiento con las normas del cuerpo.

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Washington envió 3.000 soldados de refuerzo a la región.

Soleimani era el arquitecto de la política regional iraní de movilización de milicias en Irak, Siria y Líbano, incluyendo en la guerra contra el grupo extremista Estado Islámico. Se le acusa de ataques contra tropas estadounidenses y aliadas desde la invasión de Irak de 2003.

Los asistentes al funeral, en su mayoría hombres con uniforme militar negro, portaban banderas de Irak y de las milicias respaldadas por Teherán, que eran extremadamente leales a Soleimani. También lloraban la muerte de Abu Mahdi al-Muhandis, un destacado comandante miliciano iraquí que fue víctima del mismo operativo.

La marcha comenzó en el templo del imán Kadhim en Bagdad, uno de los sitios más importantes del islamismo chií. La multitudinaria comitiva recorrió las calles junto a los vehículos de la milicia en una solemne procesión.

Los participantes, muchos de ellos llorando, cantaron “No, no, Estados Unidos” y “Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel”. Mohammed Fadl, uno de los que iban de luto, apuntó que el funeral es una muestra de lealtad a los líderes caídos: “Este es un golpe doloroso, pero no nos sacudirá”.

General iraní surge como relevo 

Fotografía sin fecha proporcionada por la página web oficial del líder supremo iraní del general Esmail Ghaani.

El general Esmail Ghaani salió de las sombras para dirigir ahora a la Fuerza Quds de Irán, en relevo de Qassem Soleimani, asesinado por las fuerzas militares de Estados Unidos. Ghaani será el responsable de los representantes de Teherán en Medio Oriente en un momento en que la República Islámica amenaza a Washington con “fuertes represalias” por matar a Soleimani.

La Fuerza Quds, responsable de las campañas en el extranjero, es parte de la Guardia Revolucionaria de 125.000 elementos, una organización paramilitar que sólo responde al líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei. La Guardia supervisa el programa misil balístico de Irán, tiene a sus fuerzas navales siguiendo a la Armada de Estados Unidos en el Golfo Pérsico e incluye una fuerza Basij formada sólo con voluntarios.

Como su predecesor, cuando era joven, Ghaani sufrió las secuelas de la matanza que dejaron ocho años de guerra entre Irán e Irak en la década de 1980 y después se unió a la Fuerza Quds, o Jerusalén, recién creada.

Aunque aún se desconoce mucho de Ghaani, de 62 años, las sanciones de Occidente indican que lleva mucho tiempo en un puesto de poder en la organización y una de sus primeras tareas probablemente será supervisar las represalias que Irán dice que tomará por el ataque aéreo de Estados Unidos ocurrido la mañana del viernes y que mató a Soleimani, su viejo amigo.

"Somos hijos de la guerra", dijo alguna vez Ghaani sobre su relación con Soleimani, según la agencia de noticias oficial de Irán, IRNA. "Somos camaradas en el campo de batalla y nos hemos convertido en amigos en lucha".