Por infección contraía en cueva muere militar que participó en rescate de 12 niños en Tailandia

Bayroot Pakbara recibía tratamiento por la infección que contrajo en el riesgoso operativo, pero su estado de salud empeoró después de que la infección pasó al torrente sanguíneo

Foto: AP. En esta fotografía de archivo del 26 de junio de 2018, rescatistas aguardan durante la búsqueda de un equipo infantil de fútbol y su entrenador atrapados en una cueva en Mae Sai, provincia de Chiang Rai, en el norte de Tailandia.

AP/ La Voz de Michoacán

Bangkok. Un militar de élite de la Real Armada tailandesa que participó en el dramático rescate de 12 niños y su entrenador de fútbol de una caverna inundada falleció por una infección sanguínea que contrajo durante el riesgoso operativo, indicaron las autoridades.

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El contramaestre de primera clase Bayroot Pakbara estaba recibiendo tratamiento, pero su estado de salud empeoró después de que la infección pasó al torrente sanguíneo, según un anuncio en la página de los SEAL de la Armada en Facebook.

Es el segundo buzo de la Armada en perder la vida tras el destacado operativo en el que los niños y el entrenador fueron extraídos de lo profundo del complejo de cavernas en el norte del país, donde estuvieron atrapados dos semanas en junio y julio del año pasado.

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Según el periódico Bangkok Post, Pakbara fue enterrado el viernes en la mezquita Talosai en la provincia sureña de Satun. Su madre dijo que su hijo había estado en el hospital intermitentemente desde el rescate, según la citaron medios locales.

Los niños y su entrenador ingresaron al complejo de cavernas Tham Luang después de una práctica futbolística y rápidamente quedaron atrapados en el interior debido a una inundación. A pesar de que se efectuó una búsqueda masiva, los chicos pasaron nueve días dentro de la caverna sin que se supiera de ellos hasta que un buzo experto los halló. Se requirieron ocho días más para que todos pudieran ser puestos a salvo.

Un equipo de buzos guio a cada uno de los niños fuera de la caverna en camillas especiales. La operación requirió colocar contenedores de oxígeno a lo largo de la ruta en la que los buzos maniobraban en pasajes oscuros, estrechos y serpenteantes llenos de agua lodosa e intensas corrientes.