COLEGIO DE ABOGADAS DE MICHOACÁN | La cultura de la legalidad, camino a la paz

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

María Guadalupe González Valadez

Cuando hablamos de la cultura de la legalidad, debemos entender que es definida como el conjunto de creencias, valores, normas y acciones que son promovidas, para que la población crea en el estado de derecho, la defienda y no tolere la ilegalidad.

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En determinado momento nos ayuda a evaluar el grado de respeto y apego a las normas vigentes, por parte de todos los individuos que viven en una sociedad determinada, pues nos autorregula, y exige en cada uno de los ciudadanos una armonía, entre el respeto a la ley, las convicciones morales y culturales, así como las tradiciones.

Pero esos valores, tradiciones y culturas, están necesitadas de creación de políticas públicas, que promuevan en los individuos el respeto a los derechos humanos, los valores, actitudes y comportamientos, que rechacen la violencia y prevengan en consecuencia un conflicto.

Para lograrlo debemos reflexionar que hoy en día el ser humano debe basar su educación, desde su nacimiento, en la vida escolar y aún más en su vida cotidiana en paradigmas y enfoques, incluyentes, humanistas y solidarios, es pues, un propio proyecto de vida, que le impacte de manera positiva como lo diría Isabel Hernández y otros en el proyecto de vida de los demás.

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¿Cómo lo podríamos alcanzar?, es la pregunta: La educación en la paz sería indispensable, en donde el hogar y la escuela haga entender a cada individuo los alcances de las características de una cultura de la paz como son: La armonía, el entendimiento, la reflexión, el perdón, la convivencia sana, el respeto a las normas y reglas (cultura de la legalidad), el orden, el compañerismo, las buenas costumbres, con respeto a nuestra multiculturalidad, los modales de educación, buscando que la sociedad con esa cultura de paz pueda vivir tranquilamente en armonía y mancomunidad.

Ello nos lleva a admitir que estamos viviendo desde un estado de conflicto y porque no de terrorismo, y violencia en todos sus ámbitos, a partir de dicho reconocimiento, encontrar las armas físicas y emocionales con las que contamos en cada una de nuestras localidades, a fin de asumir un proceso de construcción de paz más idóneo para cada caso, pues la cultura de la legalidad y la paz, son un proceso dinámico, en la que está integrada la justicia y la búsqueda de la felicidad, distinta para cada persona desde su individualidad.

Las Naciones Unidas en su sesiones quincuagésima y quincuagésima primera, trabajo en un proyecto titulado “Hacia la Cultura de la Paz”, emitiendo la resolución 50/173, nombrada: “Cuestiones Relativas Hacia Los Derechos Humanos”, y 51/101, denominada “Hacia la Cultura de la Paz”, en este último hace un llamado para: “La promoción de una cultura de la paz en los principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas, el respeto a los derechos humanos, la democracia, la tolerancia, el dialogo, la diversidad cultural, y la reconciliación, y para que se tomen medidas a fin de fomentar el desarrollo, la educación en favor de la paz, el libre intercambio de información y la mayor participación de la mujer, como planteamiento integral, para prevenir la violencia y el conflicto y contribuir a la creación de condiciones de paz y su consolidación”.

Los lineamientos pues, se encuentran dados, por eso la sociedad debe ser responsable y colaborar con el estado, para facilitar acuerdos en creencias, valores y actitudes, pues caminar como hasta ahora hacia diferentes rumbos e intereses, está llevando el fracaso en la formación de la paz y el estado de derecho.

Requerimos de corresponsabilidad, entre ciudadanos, estados, que asuman el valor de la cultura de la legalidad y la paz, como la mejor forma de vivir en sociedad. En la medida en que cada uno de estos entes asuma y conozca las normas básicas que nos regulan, las respetemos, rechacemos y condenemos un acto ilegal, así como colaboremos en la educación, a través del respeto a las convicciones, los valores, las culturas y tradiciones, podremos decir que nos re direccionamos hacia un camino a la paz.

El Colegio de Abogadas de Michoacán, hoy por hoy, busca su unidad en el derecho y la justicia, para consolidar a partir de nuestra participación en la cultura de la legalidad y el estado de paz, fin último de un estado de bienestar verdadero, y deseamos que cada persona que nos lee, pueda a través de estos momentos de reflexión conocer sus derechos y respetar el de los demás.