El teatro, la salud y el negacionismo

Una segunda parte, informaba: “En enero, viajé al Johns Hopkins Bloomberg Center de Washington, para la obra de “Producciones del teatro de la guerra: Un enemigo del pueblo: Un proyecto de salud pública”.

DESDE EL PSICOANÁLISIS

Antonio Hernández

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La semana pasada, se comentó parte del trabajo de Miriam Lewis (Lancet, 27/Mar/2024), editora de The Lancet para EE. UU., quien escribió sobre aspectos del teatro y la Medicina, en situaciones de Salud Pública, con relevancia.

Una segunda parte, informaba: “En enero, viajé al Johns Hopkins Bloomberg Center de Washington, para la obra de “Producciones del teatro de la guerra: Un enemigo del pueblo: Un proyecto de salud pública”.

Fue un esfuerzo de reflexión de aspectos sociales problemáticos, por medio del arte dramático, en colaboración con autoridades de Salud pública, digno de mencionar.

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“Lo anterior se basa en la obra de Henrik Ibsen “Un enemigo del pueblo” (1882), que cuenta la historia de un médico, Thomas Stockmann, que descubre que el suministro de agua de su ciudad balneario ha sido envenenado. Los ingresos del lugar dependen de la calidad del agua que atrae a los visitantes al balneario”.

Un conflicto de intereses que suele parecer entre la política y la salud pública.

Y continúa Lewis: “A pesar de las súplicas del médico a los dirigentes de la ciudad y al público, no consigue convencer al alcalde, su hermano, Peter Stockmann, ni a los líderes de la comunidad, para que aborden el problema de la contaminación. La obra expone el lado profundamente defectuoso y trágico de la naturaleza humana, que antepone la codicia y la falta de visión de futuro, a la salud pública”.

Eso recuerda la serie de noticias falsas, mentiras y distorsiones que se produjeron durante la pandemia de COVID-19, los años anteriores, que produjeron muertes.

Por último, "Al involucrar a una amplia variedad de partes interesadas -líderes de la sanidad pública, científicos, periodistas, funcionarios y miembros de la comunidad- para que representen y debatan la obra de Ibsen, el proyecto invita a los participantes, incluidos los miembros del público, a alejarse de los papeles que normalmente desempeñan, a desafiar el papel que les corresponde y a participar en el debate con los demás, e interrogarse sobre sus propios papeles cómplices en las emergencias sanitarias y medioambientales, que se desarrollan a nuestro alrededor", afirmó el director de escena Bryan Doerries.

El intento de promover el cambio de visión -de ser autoridad de Salud Pública a fungir como un miembro de la sociedad-, mueve los puntos de vista y opiniones, desde una mirada científica a una posición común -aunque poco preparada-, con lo que se puede lograr una conversación de más empatía, sin posiciones extremas.

Es otra manera de hacer teatro, que -más allá de entretener-, puede dar ideas.

“Jeffrey Kahn, director del Instituto de Bioética Johns Hopkins y los catedráticos Robert Levi y Ryda Levi de Bioética y Política Pública, participaron en el acto y han trabajado anteriormente con Doerries. Kahn explicó cómo conceptualizaron “Un enemigo del Pueblo: Un proyecto de salud pública”, como una situación en que se cuestiona a los funcionarios de la sanidad. "Mientras que los funcionarios suelen estar detrás del micrófono hablando al público, en este caso actuaban como miembros escépticos de la comunidad", explicó. Desconfían del médico, de la voz de la sanidad pública y, por tanto, de la ciencia”.

En México y en el mundo, hubo informaciones confusas, contradictorias y sin bases científicas, como descalificar las funciones y los objetivos de la vacunación o incluso negar la existencia del microorganismo productor de la enfermedad; todo ello dificultó el manejo de los enfermos, los contactos (personas en posibilidad de contagio) y las complicaciones de la enfermedad, además de que puso en peligro a personas que no debieran estar expuestas o que fueran más vulnerables. Hubo muertes que pudieron ser evitadas.

¿Por qué no se crean en Morelia, Michoacán o México, iniciativas que -desde el teatro-, puedan poner en juego algo más que ideas politizadas, negativistas, que promuevan el debate público y generen mayor salud pública?

Email:  jah@ucol.mx