La moratoria constitucional y la verdadera batalla por el INE

La designación no será nada fácil porque Morena va a querer controlar esa decisión. El artículo 41 constitucional señala que las propuestas de consejeros deben aprobarse con dos terceras partes de los miembros presentes en la sesión de la Cámara de Diputados.

Bernardo León-Olea

El pasado martes 26 de julio se inauguró un parlamento abierto en la Cámara de Diputados para discutir temas de la reforma electoral incluyendo la iniciativa propuesta por el presidente. Como en el caso de la iniciativa de reforma eléctrica, la oposición ha dicho que está en “moratoria constitucional” y por tanto es inútil discutir la necesidad, virtudes o defectos de una propuesta electoral que no se aprobará.

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Sin embargo, esta “moratoria constitucional” está muy lejos de solucionar el problema. La verdadera batalla por el INE empezará el 4 de octubre cuando deba publicarse la convocatoria para designar al nuevo presidente del Consejo del INE que sustituirá a Lorenzo Córdova y 3 nuevos consejeros (Ciro Murayama, Adriana Favela y José Roberto Ruíz) cuyo periodo concluye el 3 de abril de 2023.

La designación no será nada fácil porque Morena va a querer controlar esa decisión. El artículo 41 constitucional señala que las propuestas de consejeros deben aprobarse con dos terceras partes de los miembros presentes en la sesión de la Cámara de Diputados. Como es conocido Morena no tiene el número de diputados necesarios para llegar a las dos terceras partes por lo que no puede elegir libremente a consejeros afines a ese partido, pero sí pueden eliminar propuestas o bloquear cualquier nombramiento.

El artículo 41 señala que para la designación de estos consejeros la Cámara de Diputados emitirá el acuerdo para la elección del consejero presidente y los consejeros electorales en el cual deberá designarse un “comité técnico de evaluación” cuya función fundamental es recibir la lista de los aspirantes a consejeros que concurran a la convocatoria, evaluar que cumplan los requisitos constitucionales y legales, establecer la “idoneidad para desempeñar el cargo” y seleccionar a los mejor evaluados. Este comité deberá elegir “cinco personas por cada cargo vacante” osea 20 candidatos para las cuatro vacantes y enviarlos a la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la propia cámara.

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El papel de este comité es fundamental porque hace la selección, pero está conformado de una manera que será necesario “aguantar la respiración” para asegurar su neutralidad y compromiso democrático. Según el artículo 41 constitucional el comité deberá estar integrado por siete personas, tres serán nombradas por la Jucopo, dos por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y dos por el (Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales) INAI.

La Jucopo está conformada por los coordinadores parlamentarios de los siete partidos ahí representados. Morena y sus aliados (PT y Verde) juntan tres votos y la oposición PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano suman cuatro. Con ello es posible que por mayoría de los opositores o por consenso se nombren a los tres miembros del comité.

En cuanto a la CNDH, ha sido público y notorio su alineamiento con el gobierno, por lo que puede preverse que nombren dos consejeros con esa tendencia. Y finalmente el INAI compuestos por siete consejeros, nombrará los dos restantes. La composición de este comité técnico de evaluación será determinante porque es la primera aduana en el nombramiento de los cinco candidatos a consejeros presidente del INE y los 15 candidatos a ocupar las otras tres vacantes de consejeros.

Hasta antes de esta administración los nombramientos se repartían en forma de cuotas por partido que garantizaban la posibilidad de consenso y un equilibrio al interior del Consejo General del INE, en esta ocasión eso está en duda. ¿Quién y cómo se determinará la idoneidad y a los mejor evaluados?

Si esa prueba se supera, enviarán sus candidatos a la Jucopo donde se deberán consensar al candidato a consejero presidente y los tres consejeros restantes, si no hay consenso, entonces lo dejarán a la suerte, el o la que salga de una tómbola. Si no se reúnen los de la Jucopo o en el pleno de la Cámara no se alcanza la votación de dos terceras partes, deberá haber una “insaculación” y si no se hace por la razón que sea, entonces el Pleno de la Suprema Corte de Justicia llevará a cabo la tómbola a la que nos referimos y designará a los consejeros electorales.

Aquí la cuestión es la siguiente: frente a una reforma electoral que no se aprobará, ¿Morena y sus aliados bloquearán el proceso de nombramiento de consejeros electorales?, ¿tendrán la fuerza para manipular o impedir las designaciones del comité técnico de evaluación? ¿Qué pasa si el comité técnico de evaluación no consensa a los candidatos y no hay lista? ¿Si no les gustan las propuestas impedirán que se junten las dos terceras partes de los votos o que se lleven a cabo las sesiones y apostar a la tómbola?

La verdadera batalla por el INE y por la democracia mexicana no se dará en el parlamento abierto de una reforma que ha nacido muerta, sino en la designación del nuevo consejero presidente del INE y de las tres vacantes de consejeros electorales. La oposición y los demócratas tendrán que aguantar la respiración para concluir exitosamente este proceso.

@bernardomariale