Operación “Manos Limpias” y reforma penal

Hasta hoy la reforma no ha sido el éxito que se esperó de ella y ahora tenemos la versión mexicana de Berlusconi y la consecuente decepción. Necesitamos una operación “Manos Limpias”.

Bernardo León

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En su libro “Excellent cadavers, the mafia and the death of the first italian republic” Alexandre Stille relata exhaustivamente la investigación y persecución de los jueces de instrucción Giovanni Falcone y Paolo Borsellino (entre otros), contra la mafia siciliana. El título “Excellent cadavers” se refiere a la estrategia de la mafia de asesinar a políticos y funcionarios de primer nivel en Italia para evitar, por un lado, que persiguieran a los mafiosos y, por el otro, que hablaran de más otros funcionarios que estaban involucrados con la organización criminal.

Además de la historia de la propia investigación y persecución de los delitos de delincuencia organizada, Stille explica con toda claridad que el poder y la riqueza inconmensurable de la Mafia en Sicilia hubiera sido imposible sin la protección y complicidad de muchos miembros del gobierno italiano. En la página 8 Stille escribe:

“En 1992, la clase política Italiana que había ‘tolerado’ el poder de la mafia en el sur de Italia fue sacudida fuertemente por dos escándalos paralelos: la investigación sobre la masiva corrupción del gobierno conocida como operación “Manos Limpias” y las revelaciones acerca de la complicidad entre políticos y la mafia que se evidenció después del asesinato de Salvatore Lima (un senador ligado con la mafia)...” [...] Mientras ambos escándalos de corrupción y complicidad con la Mafia progresaban, un tercio de los miembros del Parlamento nacional y la mitad de los miembros del Parlamento siciliano estaban bajo algún tipo de investigación criminal”.

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Más adelante, en la página 408, concluye con mucha contundencia: “La experiencia de los últimos cuarenta años ha dejado en claro lo que debió ser claro desde el principio: que una clase política que vive inmersa en un patrón de ilegalidad no está en posición de conducir una campaña seria y sostenida contra el crimen organizado. El sorprendente éxito de la persecución del delito desde 1992 ha ido de la mano del objetivo más ambicioso del sistema de corrupción gubernamental”.

Durante esos años, Italia tenía un Sistema Penal Inquisitivo, en el cual los llamados jueces de instrucción tenían la facultad de investigar y perseguir los delitos, la clave del trabajo de Falcone y Borsellino en contra de la mafia y de la operación “Manos Limpias” fue la independencia de los jueces de instrucción que eran reclutados con exámenes muy rigurosos y su carrera no tenía influencia política. Esto permitió que pudieran perseguir políticos y mafiosos protegidos por políticos.

Stille señala que ambas operaciones debilitaron el poder político del parlamento (la mitad estaba indiciada e investigada por algún delito) y que por unos años el poder público más importante de Italia fue el poder judicial.

Stille concluye: “El Parlamento fue forzado a cometer un tipo de suicidio colectivo: paso una reforma electoral largamente esperada que adoptó el sistema mayoritario y se disolvió a sí mismo para convocar elecciones el 27 de marzo de 1994”.

La triste historia es que a Falcone y a Borsellino y a muchos de sus colegas los asesinaron, lo cual ya es muy grave, pero no fue lo peor. El nuevo gobierno comandado por Silvio Berlusconi, se abocó a recobrar el poder que los poderes legislativo y ejecutivo habían perdido en favor de la magistratura.

La reforma penal en México tiene mucho que aprender de lo que pasó y sigue pasando en Italia, porque el nuevo proceso penal genera más garantías, pero la reforma penal olvidó a la Policía y al Ministerio Público que en un sistema acusatorio tienen funciones distintas y olvido los balances y contrapesos que debe tener el sistema penal respecto del poder político. 

Hasta hoy la reforma no ha sido el éxito que se esperó de ella y ahora tenemos la versión mexicana de Berlusconi y la consecuente decepción. Necesitamos una operación “Manos Limpias”.

@bernardomariale