COLECTIVO CIUDAD | La vivienda del futuro

En México existe alrededor de 34.4% de personas con una vivienda inapropiada, en la que no se satisfacen las necesidades básicas de los integrantes de la familia en temas de seguridad, discapacidad y disfrute, por lo que urge pensar en la vivienda del futuro, aquella que de respuesta a todas las necesidades de todos.

RaúlCoria Tinoco

Para una familia, la vivienda es fundamental, debe ser aquel lugar que permita la convivencia, el resguardo, el descanso, satisface las necesidades básicas de una persona, pero además de estas condiciones, es indispensable que sea usable por todos los integrantes de la familia. Esta condición de usabilidad nos remite a utilizar de manera fácil, intuitiva, segura y atractiva este ámbito. Es decir, que debe garantizar la mejora continua de las condiciones de vida de todas las personas y el disfrute de otros derechos económicos, sociales y culturales.

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Pero, ¿qué sucede cuando una vivienda no cuenta o cumple con esta condición de usabilidad? Muchas personas enfrentamos cotidianamente esta situación en la que nuestras necesidades y derechos se ven limitados, generando aislamiento, gastos innecesarios y en algunos casos riesgos a la salud.

De acuerdo al Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, se estima que, al menos, 38.4 por ciento de la población de México habita en una vivienda no adecuada; es decir, en condiciones de hacinamiento, o hecha sin materiales duraderos, o no accesible,o que carece de servicios mejorados de agua o saneamiento. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre vivienda y salud, señala que algunas de estas deficienciaselevan la probabilidad de que las personas resbalen o se caigan y sufran traumatismo.

Estas situaciones afectan a todos los integrantes de la familia, pero impactan en mayor medida a los más vulnerables, como cuando una persona con discapacidad o de edad avanzada, no puede acceder o desplazarse adecuadamente en su hogar.

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En México según datos de INEGI la población en 2020, es de 126.1 millones de habitantes, de los cuales 15.1 millones corresponde a personas de 60 años o más, lo cual representa un 12 por ciento de la población total. Adicional a los adultos mayores, están las personas con discapacidad que juntos representan un poco más del 33 por ciento de la población total; con lo anteriorse estima que para 2050 se duplique en el país, fenómeno que se repite a nivel mundial.

Con estas tendencias de envejecimiento, se obliga a realizar las adecuaciones a la legislación, para con ello contemplar iniciativas que considerenque una proporción del parque de viviendas sea accesible para las Personas con Movilidad Reducida (PMR) colectivo que agrupa los adultos mayores y a personas con discapacidad. Para esto, según datos de INEGI, en el año 2020 se registraron un poco más de 35.2 millones de viviendas y para 2030 con un crecimiento tendencial del 20 por ciento, resultara en 7.1 millones de viviendas nuevas.

Con la situación demográfica anterior, es indispensable tomar en cuenta quien utiliza la vivienda.; cuando se trata de crear un hogar accesible, hay que recordar que cada persona, familia y cada hogar son diferentes. Es importante analizar la condición en la que nos encontramos y valorar las necesidades que tenemos como personas y familias, de ahí podrán surgir los impedimentosa enfrentar y las ayudas que determinarán qué adaptaciones pueden necesitarse en el futuro. Esto evita en cierta medida tipificar el diseño y las soluciones en serie de la vivienda.

La accesibilidad a la vivienda persigue una obligación legal, para que todas las personas incluyendo aquellas que tengan limitadas sus capacidades de forma temporal o permanente se puedan ver beneficiadas. En México, aun y cuando la Constitución Política de México establece, en su artículo 1.º, el compromiso del Estado de lograr la protección más amplia para todas las personas en el campo de los derechos humanos, y en su artículo 4.º reconoce el derecho de toda familia a una vivienda digna y decorosa; no termina por observarse este derecho en la práctica e implementación.

Pero ¿quién participa en la fabricación de la vivienda en México? Aun y con la colaboración de las personas y entidades encargadas de la aplicación de políticas, tales como los organismos gubernamentales, los arquitectos, los constructores, los proveedores de viviendas, los promotores inmobiliarios, los ingenieros, los encargados de la planificación urbana, los órganos de reglamentación, las instituciones financieras, los servicios sociales ylos grupos comunitarios, para que a través de su participación directa en la construcción, el mejoramiento y mantenimiento de viviendas, influyan en la salud y la seguridad de las personas; en México, a manera de ejemplo, aun y cuando existen 2.5 arquitectos por cada 1000 habitantes, la construcción, mejoramiento y mantenimiento de las viviendas a lo largo de la vida, se realiza de manera frecuente con prácticas de autoconstrucción, es decir que un poco más de 64 por ciento de la construcción en el país se realiza sin profesionales y sin conocimientos técnicos.

Con esta realidad y con la comprensión que no hay alguien más conocedor de sus necesidades y las maneras de usar el espacio, que la propia persona; y con la intención de disminuir la desinformación y con ello la discriminación, es indispensable generar estrategias de difusión e interacción para proporcionar a las personas que así lo requieran,la información necesaria que les permita adentrarse y vincularsecon especialistas como terapeutas, psicólogos, arquitectos, ingenieros que puedan proporcionarles ideaspara con ello se atiendan sus necesidades de manera real.

Cabe señalar que una vivienda, no solo contempla la accesibilidad y la habitabilidad de la misma, también deben estar integrados conceptos como seguridad de la tenencia, disponibilidad de servicios de instalaciones e infraestructura, asequibilidad y ubicación.

En este caso el pensar en una vivienda del futuro que sea accesible, no refiere que las personas necesariamente tengan o vayan adquirir alguna discapacidad, pero si coloca a todos los usuarios en una condición de beneficio universal.

Por ello, una vivienda del futuro es aquella que podrá tener una relación estrecha con sus habitantes, está concebida para que pueda ser utilizada de forma simple por todas las personas, dando respuesta a las diferentes necesidades que podemos tener a lo largo de la vida. Debe colaborar con la vida de las familias. Que sea flexible y permita su adecuación, si nuestra condición física varía o se ve limitada, en donde se puedan hacer cambios de una manera simple y sin que supongan un gran costo; que proporcione seguridad, salud y disfrute; que no atente contra la integridad física y mental, es decir, una vivienda para toda la vida.

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