¿Cuáles madres festejamos?

En principio, la mujer es la reproductora de la especie, en tanto que sin ella deja de existir la continuidad de las generaciones.

En el mundo contemporáneo, han surgido fenómenos y situaciones nuevas, cuya comprensión requiere de la utilización de nuevos conceptos existentes. El lenguaje utilizado para designar lo que hay y lo que se hace cambia siguiendo las transformaciones de la propia realidad.

Todo indica que los cambios en la realidad, avanzan con mayor rapidez que los cambios en los significados conceptuales. Es frecuente, que una misma palabra o concepto, por la fuerza de la costumbre, sea utilizada para designar realidades que ya no existen o han cambiado tanto, en el significado como el contenido.

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Es el caso, por ejemplo, de los conceptos de familia y madre. En los días que transcurren, hablar de familia o madre exige inmediatamente señalar a qué tipo de familia se hace referencia o bien a qué tipo de madre. Hay todavía familias distintas a la monogámica y la monogámica misma, adquiere diversas modalidades. Inclusive es inevitable pensar hoy en día en los matrimonios homosexuales y las familias establecidas por ellas, donde el papel de la madre para los hijos adoptados deja de corresponder a la condición biológica de mujer. Es claro, en consecuencia, que la realidad cambia, como deben cambiar los conceptos utilizados para designarla.

Tratándose de la madre, los cambios han sido notables a partir de que las condiciones del desarrollo y la lucha misma de las mujeres, han hecho posible la ampliación constante de su participación en el conjunto de las actividades de la sociedad, incluyendo las estructuras de la producción, el conocimiento, el arte, la cultura y la política. Con todo ello, las funciones de las mujeres en su condición de esposa y madre, también han cambiado.

Por esto, en cada 10 de mayo, establecido como el “Día de la Madres”, conviene recapitular en la realidad perceptible de la mujer en su condición de madre. En principio, la mujer es la reproductora de la especie, en tanto que sin ella deja de existir la continuidad de las generaciones. Sin embargo, la reproducción de la especie se produce en condiciones y contextos que permiten el establecimiento de tipologías de “madres”, con características y problemáticas diferentes, que distinguen unas de otras.

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Podría señalarse a algunos tipos, como la indígena o campesina, con función sobresaliente de la reproducción. La madre “tradicional” dedicada por entero a las labores del hogar y al cuidado de los hijos, la madre que trabaja y que comparte responsabilidades con su pareja, la madre soltera por abandono o decisión propia, que contienen una amplia variedad de súbitos, según sean los criterios básicos de selección.

En una perspectiva como ésta, hubiera sido interesante que el pasado 10 de mayo, en lugar de conmemorar el Día de la Madres en general, por lo menos en el de Michoacán, hubiera sido festejado el “Día de la Madre Jefa de Familia”, en tanto constituyen un sector numeroso de la población, que requiere de afectos y cariños, pero también de apoyos para sobrevivir en una proporción diferente.

Según la información del Censo de Población y Vivienda 2020, a nivel nacional en 33 de cada 100 hogares, las mujeres son reconocidas como jefas de la vivienda, esto significa 11 millones 500 mil hogares que son atendidos por mujeres. En Michoacán son más de 411 mil jefas de familia en comparación con el 2015, cuyo número de familias lideradas por una mujer ascendía a 332 mil 433, lo que significa un aumento de casi el 25 por ciento en 5 años. De estas mujeres el 80 por ciento, carecen de las condiciones mínimas para cumplir con sus funciones familiares, particularmente para proveer lo necesario para la subsistencia y la educación de los hijos. En cambio, las que puedan hacerlo, realizan trabajos domésticos, prestan servicios de lavanderas, trabajan como obreras o cuidan las parcelas de los maridos migrantes y también, se ocupan de ejercicios profesionales en el mejor de los casos.

Sin duda hace falta mucho por responderles a las mujeres jefas de familia, conocer con objetividad la situación de las mujeres “mamás”, para comprender adecuadamente las circunstancias e identificar sus necesidades de apoyo, trabajo, esfuerzo, familia, solidaridad. Muchos esfuerzos se están logrando y comprometidos los gobiernos están, sin embargo, la tarea es transversal para una vida en constante cambio y una cultura digna para las mujeres. Por lo pronto sigue siendo válida la pregunta: ¿a cuáles madres festejamos?