El inicio

El fentanilo y otras drogas -ya muy conocidas- han sido ubicadas como un peligro latente para la sociedad, sin embargo, olvidan que el camino de las adicciones comienza con el consumo del cigarro y la bebida, que incluso, están al alcance de cualquier persona.

El tabaquismo y el alcoholismo se han convertido en el inicio de un largo camino de adicciones en cualquier edad, peor aún cuando no se ha logrado la madurez suficiente para tomar decisiones.

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Ahora es cada vez más común ver cómo adolescentes ya utilizan los vapeadores para satisfacer “necesidades”, que son igual o peor de dañinos que el alcohol o el tabaco. Las campañas no han sido suficientes para advertir del peligro.

El fentanilo y otras drogas -ya muy conocidas- han sido ubicadas como un peligro latente para la sociedad, sin embargo, olvidan que el camino de las adicciones comienza con el consumo del cigarro y la bebida, que incluso, están al alcance de cualquier persona.

Parece muy común ver a jóvenes consumiendo bebidas alcohólicas -sin control- o “echando humo” -también sin control-, ya no hay pudor ni censura. Los especialistas están alarmados porque cada vez es más joven la población que consume estas drogas legales.

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Si bien los números son relevadores -y también fríos- nos muestran que durante la pandemia incrementó poco más del 5.5 por ciento de la población de entre 15 y 64 años de edad que han consumido drogas al menos una vez, y el 13 por ciento de ellos ha tenido secuelas.

Peor aún, están limitados -insuficientes- los programas para poder rehabilitar a esas personas que caen en las garras de las drogas, y no existe ningún tipo de programa público que atienda los temas de alcoholismo o drogadicción de manera correctiva o preventiva, excepto instituciones que no alcance de todos.

La sociedad no puede dejar en manos del gobierno esta tarea. Es necesario que se meta y tome decisiones, sobre todo en aquellos segmentos poblacionales en donde aún se pueden hacer correcciones a tiempo, y también en aquellas personas con un poco de mayor madurez, a fin de que se acorte esa brecha que cada vez parece más grande.

Ojo, el camino de las drogas no comienza consumiendo fentanilo u otras -habrá casos donde sí- sino en aquellas que están al alcance de unos cuantos pesos, y en donde no existe ninguna regulación.