Sin pena ni gloria

La Sipinna declaró que pretende realizar un censo en las escuelas para determinar cuantos niños y jóvenes pertenecen a la comunidad LGBT+, lo que podría poner aun más en riesgo a este grupo vulnerable de la sociedad.

La Voz de Michoacán

Si hay una dependencia de la cual se esperaba mucho en su creación, que fue impulsada por la sociedad civil organizada, pero que en Michoacán no ha despegado es la Secretaría Ejecutiva del Sistema Integral de Protección Infantil, de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna). Con mucho trabajo apenas si existen 45 Sipinna en los 113 municipios del estado.

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No conforme con ello, se les ocurrió este fin de semana declarar que se prevé la realización de un censo en las escuelas del estado, con la intención de determinar la proporción de niños y adolescentes de la comunidad diverso sexual y las condiciones que enfrentan. La idea de un censo es invasiva y discriminatoria, contraria a la protección de identidad y datos personales, además de oportunista e impertinente.

Nadie duda del genuino interés de conocer las condiciones en las que se encuentran, sin embargo, es por demás riesgosa e inoperante, partiendo de que ni los mismos censos establecidos han sido posibles realizar. Además, el contenido de la información, yendo a un segmento vulnerable, podría ponerlos aún más en esa condición.

¿Realmente es importante y urgente saber esa información?, ¿Servirá esto para una política pública? Es más, si van a hacer censo de algo, ¿no urge más uno de aprendizajes, socioemocional y de contexto? ¿Es prioritario que el gobierno, particularmente Sipinna, invada el espacio personal preguntando por la identidad de género infantil? #ConLosNiñosNo.

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Todo indica que esta ocurrencia es solo una michoacanada más, porque no es una medida que tenga trazabilidad desde el Sipinna nacional.