Última oportunidad

La gran causa del boquete financiero estatal tiene su origen en el desorden que ha prevalecido al paso del tiempo en la Secretaría de Educación debido a gastos sin soporte ni respaldo.

La promesa ya está hecha. En el Presupuesto de Egresos de la Federación del próximo año estará contemplada la llamada federalización de la nómina educativa de Michoacán.

Si bien esa promesa se ha ido postergando mes tras mes, y todo ha quedado en declaraciones banqueteras de parte de funcionarios federales, tiene lógica la proyección en tiempos.

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La gran causa del boquete financiero estatal tiene su origen en el desorden que ha prevalecido al paso del tiempo en la Secretaría de Educación debido a gastos sin soporte ni respaldo.

El gran problema comenzó cuando se descentralizaron las responsabilidades educativas, y que no vinieron acompañadas por recurso federal, y sólo se echó la tarea al estado.

Y así, al paso del tiempo, no sólo tenía más responsabilidades educativas, sino también se iba quedando sin presupuesto y la conflictividad social iba subiendo de tono, pasando a propiedad del estado.

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Hasta que por fin el tema se puso sobre la mesa, y hubo una aparente respuesta positiva que se espera que pronto pueda materializarse para bien de las finanzas del estado.

Pero estamos a dos años de que concluya el gobierno de López Obrador. Es poco tiempo el que se tiene, si no se logra materializar el próximo año, difícilmente se logrará después.

El planteamiento estatal ahora es que el porcentaje de pago de la nómina magisterial quede en 65.4 por ciento la aportación federal (6 mil 592 millones de pesos anuales) y 34.5 por ciento la estatal (3 mil 487 millones al año).

Dicho de otra manera, no habría como tal una federalización, sino más bien, un ajuste en las aportaciones que hacen los gobiernos para cubrir las necesidades del magisterio. O por lo menos así se comprende.

Actualmente el estado destina el 90 por ciento. Eso sí, sea cual sea, de avanzar, quizá se irían aliviando de manera gradual las finanzas de Michoacán, hoy sumergidas en una grave crisis que no tiene fin.

Los expertos están dudosos de que se materialice, pero es la última oportunidad, si es que existe voluntad y compromiso para que ahora sí pueda comenzar a ordenarse al magisterio michoacano.