Mexicanos Primero Michoacán | Invertir para dignificar las escuelas

Las escuelas privilegiadas de siempre continúan siéndolo, les continúan asignando recursos, apoyos, reflectores y hasta participación en las mañaneras. De las escuelas olvidadas, marginadas, alejadas de la capital, muy poco se dice y mucho menos se hace

Horacio Erik Avilés Martínez*

Las campañas electorales continúan avanzando, mientras que las condiciones más básicas, mínimas, ni siquiera están presentes en los planteles escolares. Mucho menos, lo digno, lo suficiente, lo que arropa y permite el desarrollo integral de las niñas, niños y jóvenes en Michoacán de Ocampo. Más aún, lo extraordinario sigue pendiente, lejano, utópico, inalcanzable. Las promesas de los candidatos a la presidencia de la nación parecían más enfocadas a las adquisiciones de equipos de base tecnológica, pero, muy por el contrario, las carencias materiales de las escuelas son ignoradas. No se ha escuchado aún una promesa tan simple que enuncie siquiera que habrá agua potable en todas las comunidades escolares del país. En contraste, se promete restaurar el programa de escuelas de tiempo completo, el cual en Michoacán nunca alcanzó siquiera al diez por ciento de la población escolar, así como comprar laptops, tabletas y otros dispositivos electrónicos, olvidándose de los servicios más elementales, aquellos que dignifican la presencia humana en cualquier espacio o vuelven miserable e insufrible estar ahí, a merced de las inclemencias climatológicas, del cansancio y de los riesgos de toda índole.

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Por ahora, las escuelas privilegiadas de siempre continúan siéndolo, porque les continúan asignando recursos, apoyos, reflectores y hasta participación en las conferencias mañaneras presidenciales. En contraste, de las escuelas olvidadas, marginadas, alejadas de la capital, muy poco se dice y mucho menos se hace.

Es imprescindible que ya se generen condiciones de inversión suficientes para modificar la situación que impera en la gran mayoría de los planteles educativos en nuestra entidad federativa.

Una situación ocurrida durante las últimas semanas, la ola de calor vino a refrendar las circunstancias en las cuales se encuentra la educación básica en materia de infraestructura física educativa, equipamiento y mantenimiento.

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Recientemente, se supo que, las autoridades educativas estatales de la Subsecretaría de Educación Básica, a través de la Circular 021/2024, instruyeron a que, en 25 municipios se modifiquen los horarios escolares, haciendo que el horario de entrada sea más temprano en horario matutino, mientras que en horario vespertino sea más tarde.

La ola de calor anunciada amenaza con llegar hasta a los 45 grados centígrados en algunos de los municipios enlistados en la circular. Esto afecta a la regularidad educativa. Además de que inyecta entropía, caos y posibilidades de incumplimiento al calendario escolar

Muchos de estos municipios en los cuales, la Subsecretaría de Educación Básica está mencionando en su Circular, también están inmersos en climas de violencia e inseguridad. ¿En serio se podrá salir de noche de los planteles escolares sin que la integridad de los estudiantes y sus familias corran peligro? ¿Existen condiciones de iluminación, de transporte y vigilancia policial para que no suceda una desgracia?

Al dejar sin márgenes de operación al personal directivo y docentes, simplemente servirá para que se incremente la simulación. Lo anterior, también se exacerba bajo la situación político-electoral existente, estando en pleno proceso, de cara al 2 de junio.

En Mexicanos Primero Michoacán ya tenemos conocimiento de diversas comunidades escolares que están proyectando adelantar la finalización del ciclo escolar bajo el pretexto de la ola de calor.

Pero, también exhibe el inmenso rezago que, en materia de infraestructura física educativa existe en nuestra entidad federativa. En la medida en la cual, la inversión pública, el mantenimiento preventivo y correctivo, así como el equipamiento en los planteles educativos sean una realidad, así también, se aminorarán los efectos de la naturaleza hacia el calendario escolar.

De esta manera, con una circular que traslada la responsabilidad a los directivos escolares, desde un escritorio intentan atemperar los efectos de las inclemencias climáticas; pero no se resuelven. Es necesario destinar muchos más recursos para que las instalaciones educativas estén completas, conforme a la normatividad establecida, lo cual implicaría que no tengan que sufrir los estudiantes por esta clase de circunstancias.

Las instalaciones deben ser dignas, completas, resilientes y robustas para proteger a todos los integrantes de las comunidades escolares respecto a las inclemencias climáticas, así como de la gran mayoría de los riesgos y vulnerabilidades que establece la normatividad en materia de protección civil;

Es también, tiempo de campañas. Los planteles escolares, si bien dependen de las autoridades estatales, están ubicados en un contexto municipal y comunitario de tal manera que, pueden ser susceptibles de recibir apoyos, pari passus, donativos de parte de particulares, de organizaciones de la sociedad civil y, sobre todo, de los gobiernos municipales, así como de los legisladores locales y federales.


En cuanto a los maestros, continúa sucediendo lo mismo. Un ejemplo escarnecedor lo constituyen los docentes del Programa Nacional de Inglés (PRONI), quienes continúan trabajando bajo una tramposa figura de asesores externos, con contratos limitados y sin basificación, lo cual les retrasa en ciertas ocasiones su pago. Las irregularidades al respecto parece que se han normalizado entre los trabajadores, quienes, a pesar de todo, parece que se han acostumbrado a los tratos. Sin embargo, más allá de los impagos y la falta de estabilidad laboral hay una inaceptable precarización laboral que los tiene, más allá de la anhelada plaza de base, sin siquiera contar con seguridad social, quedando a merced de las enfermedades crónico-degenerativas o de alguna situación de emergencia. La inversión en la dignificación de las condiciones de trabajo de los docentes es un asunto pendiente que puede salirse de control. ¿Quién responderá por dejar sin seguridad social a tantos maestros?

Dado este marco referencial estatal, a nivel nacional, Mexicanos Primero presentó ayer en rueda de prensa un reporte acerca de la falta de inversión pública en servicios elementales para los planteles escolares. Lo más básico en las escuelas (agua entubada, luz, lavamanos y baños) sigue sin estar garantizado, menos aún el acceso a la tecnología, la conectividad y una infraestructura adecuada que permita a las y los estudiantes con discapacidad ejercer su derecho a aprender en la escuela. En esta rueda de prensa se mostraron cifras que cuantifican todas las necesidades que se deben cubrir para dignificar la presencia de las niñas, niños y jóvenes en los planteles escolares de la nación.

Garantizar lo básico en las escuelas de preescolar, primaria, secundaria y media superior para que las y los estudiantes cuenten con las condiciones mínimas indispensables para ejercer su derecho a aprender significaría una inversión de 51,932 millones de pesos, que equivale al 15.6 por ciento del costo total de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), el 1 por ciento del presupuesto estimado al cierre de 2024 para el Tren Maya y el 5% del presupuesto del INSABI de 2023.

De acuerdo con una estimación de Mexicanos Primero sobre la inversión en infraestructura para cubrir las necesidades indispensables de las escuelas públicas de preescolar a media superior, con esta inversión se podría llevar infraestructura a las 50 mil 996 escuelas que no tienen baños independientes, 25 mil 890 que carecen de electricidad, 54 mil 662 sin agua potable y 42 mil 474 sin lavamanos.

Además, dar mantenimiento durante un año al total de las 205 mil 766 escuelas públicas en el país costaría 46 mil 552 millones de pesos. Para construir rampas y barandales adaptados para estudiantes con discapacidad se necesitarían 157 mil 617 millones de pesos adicionales.

Además, para que cada escuela cuente con al menos un salón de cómputo y mobiliario, se necesitan 165,700 millones de pesos, y se requeriría una inversión anual de 1,325 millones de pesos para servicio de internet y equipamiento satelital para las zonas rurales. Todo esto que significa lo mínimo en las escuelas suma 273,080 millones de pesos que equivalen al 0.8% del Producto Interno Bruto (PIB).

Antes de cualquier otra promesa de campaña, como las que han hecho las candidatas y el candidato a la presidencia -como escuelas con jornada ampliada, nuevas preparatorias y universidades-, es indispensable resolver un rezago que afecta, todos los días, el bienestar de niñas y niños y el desarrollo de sus aprendizajes.

El presupuesto autorizado en 2024 para el programa de infraestructura del gobierno federal “La Escuela es Nuestra” fue de 27 mil 052 millones de pesos; sin embargo, la Auditoría Superior de la Federación ha realizado observaciones a este programa por haber hecho gastos sin control y no mostrar evidencia sobre las mejoras en las escuelas beneficiadas. “La Escuela es Nuestra” no cuenta con un diagnóstico de las condiciones de la infraestructura escolar, ya que desde la desaparición del Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa se dejaron de atender esas funciones.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), mientras los países miembros invierten en promedio 5.1% de su PIB en educación, México solo destina el 4.5%, lo que nos coloca como uno de los países miembros que menos recursos invierte en el sector. Destaca también que México gasta 3,239 dólares anualmente por estudiante de tiempo completo comparado con los 12,647 dólares promedio de los países miembros de la OCDE.

Mexicanos Primero, en su nota técnica, respecto a la estimación de la inversión en infraestructura suficiente como para cubrir las necesidades indispensables de las escuelas públicas de educación preescolar, primaria, secundaria y media superior en la nación, durante el análisis realizado destaca la brecha existente entre los planteamientos que se esbozan en los objetivos internacionales para el desarrollo sostenible en materia educativa y la cruenta realidad de la infraestructura educativa en México. A la fecha, a pesar de los esfuerzos gubernamentales y los programas implementados, persisten importantes carencias que afectan la calidad y la seguridad de los entornos educativos. La inversión necesaria para subsanar estos rezagos es considerable, pero crucial para garantizar el derecho a una educación de calidad para todos los estudiantes. Es imperativo que las políticas educativas futuras se enfoquen en asegurar que cada escuela sea un espacio seguro, inclusivo y propicio para el aprendizaje, mediante una asignación adecuada de recursos y una supervisión efectiva de la implementación de programas y normativas.

A escala municipal, habiendo transcurrido 12 días de campaña, todavía no hay promesas de campaña que involucren la dignificación de los planteles escolares ni mucho menos el fortalecimiento de los derechos a estar, aprender y participar de las niñas, niños y jóvenes en Michoacán de Ocampo. Es un gran momento para que, cuando los candidatos busquen a los ciudadanos les recordemos la importancia de establecer un compromiso fehaciente, trazable y honesto con la inversión pública en materia educativa.

Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles

*Doctor en ciencias del desarrollo regional y director fundador de Mexicanos Primero capítulo Michoacán, A.C