CUARTO PODER | Asimetrías

El presidente de la República no es la patria; es el único representante legal de los mexicanos, pero no es la patria.

Etelberto Cruz Loeza

(Andrés Manuel López Obrador) en su actuación desde presidente electo, ha quedado claro que, si la ley le ayuda, la respeta; si no, la cambia. Si le obstaculiza, la ignora. Si considera que lo que hay no le basta, entonces cambia la Constitución”

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Elisur Arteaga

El titular del Ejecutivo federal, es un master en el manejo y dominio de los Medios de comunicación y su equipo de comunicación de la presidencia de la República es Chucha Cuerera en su función de comunicación y manejo de Medios, destacando el plus del equipo y la cuestión del dinero.

Con esos atributos, Andrés Manuel López Obrador siempre está en las primeras planas, marcando, cotidianamente, la agenda nacional y, como complemento, aparte de que lo mantiene en los medios, se distrae y divierte.

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Una de ellas, la establecida, por su gusto es la que, intencionalmente, con la senadora Lilly Téllez, es bastante asimétrica y, como complemento, perversa.

Asimétrica, y perversa, porque 1°. Es el presidente de la República, institución nacional, aunque él pocas ocasiones toma ese papel: institucional. Además, con él está todo el poder que significa en nuestro país, presidente de la República: facultades constitucionales y metaconstitucionales.

2° Es un varón. Ella es una mujer, dama y/o del llamado sexo débil y senadora de la República.

3° Lo rodean, aura, amlovers y el Tigre.

Vayamos por partes: perversamente abrió la confrontación, no siendo necesaria. Por usos, costumbre y ritos, debería asistir a la tradicional ceremonia en la cual el Senado de la República entrega la medalla Dr. Belisario Domínguez, teniendo como testigo a las máximas autoridades de nuestras instituciones federales, y republicanas.

Sin necesidad afirmó: no asistiré a la ceremonia en el Senado para evitar que la senadora Lilly Téllez me ofenda.

Pudo haber usado cualquier otra excusa.

Pudo asistir. Que la ofendiera la senadora era una nanoinfinitésima posibilidad.

En el remotísimo caso de la actuación ofensiva de la senadora Téllez y/o que lo hubiera interpelado, así como así, sin existir razón, él habría recibido el respaldo institucional y popular de casi toda la nación.

¿Por qué, anticipadamente, se victimizó?

La senadora Lilly Téllez afirmó: (el presidente) López Obrador tiene la fuerza del Estado para calumniar y la fuerza militar para intimidar. (Lo cual es cierto; incluyo a la FGR, lo que, también es cierto). Yo, en cambio tengo la fuerza de la razón y la fuerza de la palabra para señalar sus constantes violaciones al mandato constitucional.

(Lo señalo): lo hecho por la senadora Téllez es una de las funciones de pesos, contrapesos y equilibrios a realizar por el poder Legislativo ante los abusos en el ejercicio de su poder de alguno de los otros poderes de la Unión, en este caso del poder Ejecutivo).

¿Acaso le dolieron en su corazoncito las palabras dichas por la senadora Lilly Téllez a la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, por los nulos resultados deseados socialmente de esa dependencia a su cargo?

¿O el señor titular del poder Ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador, sí puede calumniar, ofender, burlarse, señalar, estigmatizar, cuchilear, azuzar, cocorear, pero él, hombre público, no puede, ser motivo respetuoso de interpelaciones, en este caso, por el poco rendimiento social-beneficios mayoritarios de sus acciones-políticas públicas?

Desatada la guerra mediática en contra de la senadora Téllez – recibió y recibirá amenazas, tanto para ella como para su hijo -, tratan de detenerla la guerrita, más otras senadoras morenistas muestran su pequeñez, al afirmar en la tribuna del senado que Lilly Téllez es traidora a la patria. ¡Por favor!

El presidente de la República no es la patria; es el único representante legal de los mexicanos, pero no es la patria. Además, el señor Andrés Manuel López Obrador debe ser, y comportarse, institucionalmente, perfil que en poquísimas ocasiones lo ha hecho. Cotidiana y usualmente, se coloca el traje deportivo que lo caracteriza: agitador callejero, provocador social, confrontador, estigmatizador, pugilista de barriada.

Aunque para muchos es un Dios, no lo es, ni ha fundado religión alguna. Serían blasfemias.

Como todo juego tiene su desquite y a cada acción corresponde reacción de la misma magnitud, pero en sentido contrario, esta asimetría le será cara, política y socialmente.

Otra asimetría más es el juego burlón contra el PRI. Se divierte y se sirve con la Pozolera: Él quiere sacar la contra reforma eléctrica; como en este caso, será reforma Constitucional, necesita construir mayoría calificada en las dos Cámaras del Congreso de la Unión y, con todo el poder presidencial, medios y dinero coloca al PRI en la encrucijada, en la opción: o conmigo que soy el pueblo, el país o contra mí, con ellos, lo nefasto, la corrupción, lo anti patriótico. No habiendo tiempos fatales, López Obrador, sin quererlo, le da la clave: trabajo político en sus bases y militancia: amplio y consistente debate nacional. Lo mismo al PAN y al PRD: Si lo hacen, los 3 Mosqueteros – PAN, PRD y PRI -, saldrán fortalecidos.