Informe de Derechos Humanos

“Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden fundarse en la utilidad común” dice el primer artículo de la declaración.

Jaime Darío Oseguera Méndez

La Ilustración, el Siglo de las luces, como un fenómeno cultural, social y político, debe ser uno de los momentos más importantes en la historia de la humanidad.

PUBLICIDAD

La Revolución Francesa provocó la separación de la Iglesia de los asuntos públicos, la caída de la monarquía absoluta y el nacimiento de la Primera República, dando paso al Estado moderno que puso al ciudadano en el centro de sus ocupaciones.

Tocqueville dice que el objeto central de la Revolución no fue en sí mismo desaparecer la monarquía, eso era uno de los incidentes centrales, pero lo importante fue lograr “la igualdad natural de los hombres, la abolición de todos privilegios de casta como de clases, de profesión, la soberanía del pueblo, la omnipresencia del poder social, la uniformidad de las reglas… todas estas doctrinas no son sólo las causas de la Revolución Francesa, sino que forman, por así decirlo, su sustancia.”

La Revolución Francesa creó instituciones emblemáticas como la Asamblea Constituyente donde se aprobó en 1789 la “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano” legado fundamental del movimiento revolucionario a la historia de la humanidad.

PUBLICIDAD

A mediados del siglo XX la Organización de las Naciones Unidas la adoptó para la protección universal de los derechos de los individuos.

“Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden fundarse en la utilidad común” dice el primer artículo de la declaración.

En el segundo se establece que “La finalidad de cualquier asociación política es la protección de los derechos naturales e imprescriptibles del Hombre. Tales derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión.”

Más recientemente, en los Estados modernos, en respuesta y oposición a las dictaduras, a gobiernos autócratas y a los demagogos disfrazados de demócratas, las constituciones han dispuesto la creación de Comisiones de Derechos Humanos que poco a poco ganan fuerza institucional para defender las garantías que son el mecanismo formal y material de protección de los derechos.

Esta semana se presentó en Michoacán el informe de la Comisión Estatal de Derechos Humanos encabezada dignamente por el prestigiado académico Marco Antonio Tinoco Álvarez. De manera muy ilustrativa e interesante, planteó que, en el ámbito de la protección de los Derechos Humanos, no hemos avanzado mucho como sociedad porque siguen aumentando las denuncias por actos de autoridad pero también de particulares que no respetan los derechos humanos.

Se documenta en el informe el aumento de las quejas “por violaciones a garantías individuales de los michoacanos” lo cual tradicionalmente recae en el ámbito policiaco y de seguridad pública: policías municipales, estatales y federales son los sujetos históricos de las recomendaciones.

Mientras no haya una estrategia integral de capacitación y profesionalización de los mandos de seguridad pública en los tres niveles, éste será en pan de cada día. La delincuencia organizada en todas sus variantes, ha avasallado e invadido a las instituciones públicas y un resquicio para que el ciudadano se pueda manifestar fuera de los gobiernos, aún queda en las Comisiones de Derechos Humanos y evidentemente en el Poder Judicial Federal garante de la defensa de la Constitución.

No sobra decir que las Comisiones en nuestro país, aún siguen teniendo ese carácter, de autoridades no jurisdiccionales por lo tanto existen con una limitada capacidad coactiva sobre quienes violan los derechos humanos de los ciudadanos. De todos modos es necesaria su fortaleza. Por eso nos llama la atención el trabajo que están haciendo en Michoacán.

Lo cierto es que cada vez acuden más ciudadanos a solicitar su protección y recomendaciones. Este fenómeno es natural en una sociedad que vive una violencia cada vez mayor y generalizada en muchos de los ámbitos de nuestra vida cotidiana. También es consecuencia de la mayor información sobre sus derechos y la manera de defenderlos.

Llama la atención en el informe el incremento de denuncias sobre la falta de servicios públicos. Es decir, la solicitud de la defensa de los derechos a una mejor vida, ante la falta de agua potable, vialidades, sistemas de salud, medio ambiente y educación de calidad.

En el tema de educación, las quejas deben ser importantes por la dinámica política en Michoacán ante la gran disputa que mantienen los sindicatos en el sector educativo. Por otro lado, ante la pandemia seguramente subió la cantidad de quejas al sector salud ante la CEDH, que ha mantenido un perfil profesional, incluyente, de diálogo, cercano a los grupos sociales y académicos por lo que tienen un gran reconocimiento al trabajo que han hecho.

No falta la piedra en el pastel de quienes permanentemente presionan por chamba para sus allegados, particularmente los diputados que realizan los nombramientos y luego se sienten merecedores de prebendas.

A pesar de los pesares, la agenda de la Comisión en Michoacán abarca una gran variedad de asuntos como el seguimiento a casos de personas desaparecidas, la no discriminación; la atención a los defensores de los derechos humanos cuando son perseguidos, lo mismo que a periodistas. El seguimiento a quejas de personas con discapacidad, los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

No cabe duda que es central lo que marcan en sus fines: fortalecer la cultura de respeto a los derechos humanos a través de la difusión, divulgación, formación, capacitación, profesionalización de las personas para la tutela de sus derechos, así como cuidar las violaciones de sus garantías Y principalmente vigilar el cumplimiento de las obligaciones de las autoridades que son a final de cuentas quienes deben imponer como obligación el respeto a los derechos.

En el fondo esa es la gran meta: que ninguna autoridad abuse, persiga, se exceda en contra de los gobernados y quienes lo hagan sean debidamente castigados.