Los primeros templos de Morelia

El Templo de San Agustín que se encuentra también en el centro histórico de Morelia y fue construido a mediados del Siglo XVI.

Jaime Darío Oseguera Méndez

Una tradición bien arraigada en Jueves Santo, de visitar siete templos o casas de Dios. Simbólicamente las visitas tienen que ver con el agradecimiento por el sacrificio que hizo Jesucristo al enfrentar al Imperio Romano, el mayor del mundo en ese momento.

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Subversivo y peligroso para el imperio, fue acusado del delito de sacrilegio y las visitas a los templos y representan su sufrimiento en el Huerto de Getsemaní, y los agravios recibidos en las casas de Anás, Caifás, Herodes, Pilato y su muerte en el Calvario, y en el silencio del sepulcro.

Sin entrar a la profundidad teológica del cristianismo que tenemos en alto respeto, hoy hablamos de las posibilidades que tienen quienes visitan Morelia de conocer los primeros templos que se fundaron en la ciudad y, aunque no todos siguen siendo el escenario de culto religioso, son testimonio del arraigado paralelismo en nuestra historia política, económica y religiosa.

Desde su fundación en 1541, la vocación colonial de Morelia, se distingue “por media docena de campanarios que hacían coro a las naves catedralicias en pleno ascenso: San Francisco, San Agustín, La Compañía, El Carmen, La Merced y Las Monjas. Muy cerca hacia el oriente funcionaba el hospital de San Juan de Dios y en la siguiente centuria se agregaban Capuchinas y San Diego, amén de las capillas de los barrios indios” dice con su autoridad y erudición el Maestro Carlos Herrejón Peredo al hacer un recorrido por la historia de la ciudad.

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El Templo de San Francisco es la construcción religiosa más antigua de la ciudad. Fue construido entre 1536 y 1610 por la orden de los franciscanos originalmente como una pequeña iglesia sencilla, que según dicen los historiadores, fue el lugar en el que se planeó el inicio de la ciudad.

Según el portal michoacanhistorico.com, en su atrio se “reunían los indígenas para ser cristianizados y una escuela donde les enseñaban a leer, escribir y unos oficios y artes de la cultura española. Hoy se encuentra en el lugar la Casa de las Artesanías. Sin duda uno de los monumentos históricos más importantes de esta capital”.

El Templo de San Agustín que se encuentra también en el centro histórico de Morelia y fue construido a mediados del Siglo XVI.

La página travelbymexico.com, lo describe así: “En su fachada barroca se puede admirar el trabajo de los indígenas de la región. En el interior de la iglesia se admira una gran ornamentación, propia del siglo XIX, en los laterales y el retablo mayor, que se atribuye al arquitecto Francisco Eduardo Tres Guerras. Aquí se venera a la Virgen del Socorro, imagen donada a los padres agustinos por Santo Tomás de Villanueva, arzobispo de Valencia, antes de su muerte en 1565. Uno de los mejores secretos guardados de este templo es una capilla lateral, ubicada junto a la sacristía, cuya bóveda está cubierta por pinturas y sus paredes por óleos de personajes ilustres de la época de la Nueva España del pintor Javier Tapia.
El ex convento se encuentra junto al templo. El claustro de influencia gótica, tiene techos de vigas de madera y en algunas paredes aún se puede distinguir una cenefa pintada al fresco. Justo afuera de la iglesia y uniendo los dos edificios, se observa una de las explanadas más bellas de Morelia”.

Sin duda es una parada obligatoria en este recorrido de Jueves Santo.

El antiguo templo de la Compañía de Jesús es hoy la Biblioteca Pública. La página michoacanhistorico.com dice que en 1580 los primeros jesuitas que llegan a la ciudad “ya contaban con una modesta construcción” aunque se construyó fundamentalmente en la segunda mitad del Siglo XVII. El conjunto incluye tres naves maravillosas para su visita: la Casa de Ejercicios (Hoy Auditorio Universitario Rubén Romero), Colegio de Jesuitas (hoy Palacio Clavijero) y templo (hoy Biblioteca Pública). Cada uno es ejemplo de la majestuosidad de esta ciudad colonial y de las luchas históricas entre liberales y conservadores.

Templo del Carmen. Fue construido a finales del Siglo XVI por la orden de Nuestra Señora del Carmen Descalzo. Es una construcción que ha albergado muchos usos, entre otros, fue sede provisional de la catedral a finales del Siglo XIX cuando aquella fue remodelada. Dice la página de michoacanhistorico.com que “en 1856, el ministro de Hacienda, Miguel Lerdo de Tejada, expidió una Ley de Desamortización de los bienes de las corporaciones religiosas y civiles, con lo que peligraban los bienes en manos de comunidades, tales como las religiosas o las de indígenas. En julio de 1859, a consecuencia de las Leyes de Reforma los religiosos fueron exclaustrados, pero el templo siguió abierto al culto católico”.

Hoy es la sede de la Secretaría de Cultura en Michoacán donde sigilosamente convive el Templo con la institución gubernamental, muestra de nuestra historia política y la evolución de las relaciones entre la iglesia y el gobierno.

El templo de la Meced es descrito por el Instituto Nacional de Antropología e historia de la siguiente manera “En 1604, los frailes mercedarios Pedro de Burgos y Alonso García erigieron un modesto y sencillo templo. La iglesia de estilo barroco con sus elementos platerescos y churriguerescos. El templo, levantado en 1736, presenta una sola nave, coronada por una cúpula de características barrocas con un tambor octogonal. Tiene dos fachadas, la oriente, del siglo XVIII y la norte, de estilo manierista”.

En la página turimexico.com, se describe el Templo de Las Monjas: “La Iglesia de Santa Catalina de Siena es una de las iglesias más hermosas de Morelia, también conocida como Las Monjas. A este sitio se trasladaron las monjas dominicas que en 1738 dejaron el antiguo convento de Las Rosas. Su doble portada con las imágenes de Santa Catalina y Santo Domingo son de gran finura, así como su cúpula y su torre. En su interior conserva las rejas de los coros, además de varios lienzos del siglo XVIII y dos destacadas imágenes de Cristo. El antiguo convento es en la actualidad el Palacio Federal”.

Bienvenidos los visitantes. Bien haríamos los Morelianos en ir a conocer nuestra propia historia.