Samuel García y la frivolidad política

Jaime Rodríguez “El Bronco” fue, igual que Samuel, el resultado de las traiciones al interior de los partidos. Así ganaron los independientes, fueron el recipiente de las traiciones, vendettas, hipocresía, cobro de facturas, complejos y rivalidades personales. Los hicieron ganar por ofender no para construir.

Jaime Darío Oseguera Méndez

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Samuel García es el ejemplo más acabado del basurero en que se ha convertido la política en el país. Ignorante, prepotente, frívolo, aprovecha su condición de joven para asumirse como el paladín de la democracia buscando simpatías por su cara bonita y su esposa atractiva.

Vacío de ideas y lleno de mercadotecnia, aspira a ser el Presidente de la República como candidato de Movimiento Ciudadano. Para conseguirlo hace unas semanas solicitó licencia a la Gubernatura de Nuevo León, que ganó legítimamente con votos, impulsando esta imagen de gente nueva que reemplace a la desgastada y aborrecida clase política tradicional.

El joven Samuel despertó esperanzas entre quienes perdieron confianza en las formas tradicionales de hacer política. Se presentó como una oferta fresca, innovadora y con ideas diferentes para gobernar un estado tan exigente como Nuevo León.

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Lo cierto es que ha resultad un fracaso. En la política como en la mayoría de las cosas en la vida, la realidad no tarda en aparecer y cada quien muestra tarde o temprano su esencia. Eso ha sucedido con Samuel García quien muestra su calidad de aprendiz de dictadorcillo. Tiranillo de baja calidad.

Al solicitar licencia al Congreso, sin más, con absoluto descaro y desparpajo, asumió que él debería nombrar a su sucesor, desconociendo todas las fórmulas jurídicas y las disposiciones constitucionales. Como si fuera dueño del estado. Haciendo gala justamente de lo que aborrece el ciudadano: la prepotencia.

Esta megalomanía que ha exhibido a desplantes, excesos y frivolidades, ha dejado ya una huella entre los neoleoneses que no tienen a estas alturas, antes de que termine la primera mitad de su sexenio, buena impresión de su furtivo, desparpajado e indolente gobernador.

Esta intención de designar él mismo a su sucesor, tiene el objetivo de extraer dinero público del Estado para su campaña por Movimiento Ciudadano. Es un descaro. Sin embargo, se ha topado con la realidad: su partido no tiene mayoría en el Congreso. Así que la soberanía legislativa, haciendo uso de su potestad legal, inició el proceso de designación de un nuevo gobernador, atendiendo a las disposiciones constitucionales de aquel estado.

Al ver que no podría designar como interino a su empleado, quien le haría el juego corrupto de apoyarlo con recursos para su campaña, el joven Samuel decidió regresar unas cuantas horas a la gubernatura. Como si fuera un juego, un TikTok.

En una actitud irresponsable, al no poder designar a su sucesor, regresa unas horas porque la Constitución dice que si la ausencia del gobernador no es por un periodo mayor de seis meses, entonces entra en funciones un encargado del despacho que atienda los asuntos del gobierno ante la ausencia temporal del titular.

Con esta maniobra evita el supuesto de ausencia definitiva y, como consecuencia, la intervención del Legislativo en la designación de un gobierno provisional. Una marrullería.

Lo grave es que Samuel García regresa dos días a ser gobernador de Nuevo León, siendo ya precandidato registrado a la Presidencia de la República. Ni en los tiempos más autoritarios, mezquinos, intransigentes y dictatoriales del viejo régimen se operaron las cosas de esa manera.

Samuel ha amenazado con atrincherarse en palacio de gobierno con las fuerzas del orden si el Congreso no designa a quien él quiere. Un golpe de estado. Esto llevaría de inmediato al Senado a declarar la desaparición de poderes y a designar, por la mayoría morenista, a un gobernador afín a Samuel, asumiendo que Movimiento Naranja hace un papel de comparsa o esquirol a favor de Morena y contra la Alianza opositora a la que rechazó para ir por su propia cuenta.

Samuel García ganó la Gubernatura de Nuevo León como consecuencia del deterioro profundo en la credibilidad de la clase política en aquella entidad. Los panistas y el último gobierno priista de Rodrigo Medina, dejaron asqueados a los habitantes de ese emprendedor estado de la República que cuenta con los niveles de ingreso y de escolaridad más altos del país.

Antes que él, triunfó el experimento del Bronco, aquel locuaz que convenció al PRI y al PAN que lo apoyaran como independiente, en el rechazo creciente desde hace muchos años en el país por los partidos políticos.

Jaime Rodríguez “El Bronco” fue, igual que Samuel, el resultado de las traiciones al interior de los partidos. Así ganaron los independientes, fueron el recipiente de las traiciones, vendettas, hipocresía, cobro de facturas, complejos y rivalidades personales. Los hicieron ganar por ofender no para construir.

El joven, dicharachero, empoderado, ignorante, vano, insustancial Samuel solo regresó al gobierno entonces para contradecir al Congreso. Sólo para volver a renunciar en unas horas y entrar así en el supuesto de cuando la licencia del gobernador no dura más de seis meses, atiende el despacho de los asuntos estatales el Secretario de Gobierno. Pone a su empleado y así puede saquear las arcas públicas. Intentará regresar en cinco meses y veintinueve días.

La decisión revestida de superficialidad y falta de ética política, está causando una crisis constitucional. Exhibe la falta de seriedad del candidato y su partido. Ese será el papel de los naranjas, de pachanga, sin seriedad ni proyecto, pura imagen; sin contenido ni responsabilidad: solamente negocios con el disfraz grotesco de sentimientos democráticos. Basura.

Por la noche de ayer el Congreso Local en ejercicio de sus facultades ha nombrado a otro gobernador, entrando en el supuesto de ingobernabilidad.  Todo esto puede derivar en la desaparición de poderes en el Estado por parte del Senado de la República. La Constitución señala que cuando hay vacío de gobierno y ante causa grave, se decreta la desaparición de poderes.

Eso es lo que destaca en el momento. Como dice el lugar común, cada pueblo tiene el gobierno que se merece. Pobre nuevo León, en eso va de mal en peor.