La casa del jabonero

Esa salida tangencial del Ayuntamiento se viene abajo si vemos que los últimos asesinatos han sido en domicilios o negocios

Morón y el deslinde insostenible
Jorge A. Amaral

La nueva ola de violencia que azota a la capital, con 13 muertos en 48 horas, pone en evidencia (de nueva cuenta) la necesidad de mayor coordinación con el estado y la Federación para garantizar la seguridad para todos los habitantes de la capital. Y es que el Ayuntamiento ha encontrado la forma de deslindarse de la violencia diciendo que los muertos no son gente de Morelia, que aquí vienen y los avientan y que son personas metidas en cuestiones de drogas.
Esa salida tangencial del Ayuntamiento se viene abajo si vemos que los últimos asesinatos han sido en domicilios o negocios, que los asesinos llegaron al lugar, dispararon y se fueron. El alcalde es un político muy experimentado, ya debería darse cuenta de que ese discurso no le funcionó al fallecido Martín Godoy Castro, ni a Juan Bernardo Corona cuando fue secretario de Seguridad Pública, ni al gobernador, que es un experto en eso de atender el ficticio llamado de una virgen que sólo él escucha.
La violencia ahí está, las acciones de los grupos delictivos ahí están, y pareciera que esto se trata de una limpieza, lo cual deja muchas suspicacias si volteamos primero a ver a los muertos y la impunidad con que son ejecutados y luego miramos hacia las autoridades, que minimizan el problema o de plano actúan con el más completo importamadrismo.
Mientras son peras o son manzanas y más gente sigue muriendo, lo peor del caso es que la seguridad pública, más que ser un asunto social, un problema ciudadano, una necesidad de la población que el Estado está obligado a satisfacer, los tres órdenes de gobierno lo tienen secuestrado, partidizado, dentro del revanchismo político. Así de plano nunca se podrá con el problema.

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Puritanismo progre u ofenderse por cualquier cosa

“Una pudorosa mojigatería se instala en la izquierda como rebeldía, no hay nada más falso ni que más estorbe que el nuevo puritanismo progue”, dice “Stop puritanismo”, de la banda española Def Con Dos.
Y es que ellos tomaron como referencia el tema sexual, pero en el fondo la canción es una severa crítica a las “nuevas” posturas, como el feminismo, la corrección política y demás banderas que grupos de la izquierda enarbolan, luciendo tan intolerantes y cerrados de juicio como lo más recalcitrante de la derecha.
Y es que en estos tiempos es tan fácil ofender, que es complicado emitir cualquier postura. Hoy básicamente todo es malo, excepto lo que los progres pregonan: feminismo radical, veganismo, animalismo, etcétera.
Lo malo no es eso, total, cada quien puede creer lo que quiera o convenga, lo malo es que se llega a extremos como ofender y agredir a quien no piense como ellos, y como ejemplo, los antitaurinos y veganos, que suelen ver y tratar con desprecio a quienes no comparten sus posturas, o las feministas radicales que, si por ellas fuera, borrarían de la faz de la Tierra todo lo que suene o parezca masculino.
Cierto, la violencia de género es algo que hay que hacer visible para erradicarla y sancionarla si se presenta, en eso estamos completamente de acuerdo, pero el sectarismo, el segregacionismo, no resuelven nada.
Posturas como asumir que cualquier hombre es violador por el simple hecho de ser hombre, el menosprecio hacia los varones, incluso aquellos que muestran y demuestran su acompañamiento en la lucha contra la violencia de género, sólo me deja pensar una cosa: eso no es feminismo, es simple, burdo y vulgar hembrismo, tan nocivo como el machismo y la misoginia.
Y es que, ¿cómo hacer para no ofender a nadie sin ser hipócrita? Eso se vuelve uno de los grandes problemas de nuestro tiempo, porque ante el neopuritanismo, la corrección política, el “no normalizar” lo que no nos gusta, o se está con esos grupos o contra ellos.
Pienso en todo esto mientras veo un video de los destrozos causados en una manifestación de colectivos feministas radicales, y llego a la conclusión de que ese fanatismo efervescente pero intolerante es el mismo que banalizó ad nauseam lo que fuera un himno de una lucha legítima, al grado de que ahora, “El violador eras tú” es la moderna “Macarena”. Es cuánto.

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