LA CASA DEL JABONERO | Atrás de un atuendo feo

Pero no importa el vestido de Tatiana Clouthier ni los zapatos descuidados y trajes grandes el presidente, lo que perdurará serán sus acciones, buenas, malas, herradas o atinadas, porque esas son las que nos repercuten

Jorge A. Amaral

Esta semana, el gobierno de Estados Unidos instó al de México a dar cabida a la importación de maíz transgénico de aquel país, pues dicen que el uso de estas tecnologías da eficiencia a la producción del grano, tanto para consumo humano como para alimentar animales o en su uso industrial.

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De esta manera, la Federación de la Oficina Agrícola Estadounidense (AFBF, por sus siglas en inglés) cuestionó al gobierno mexicano por las regulaciones que privan en materia de biotecnología y maíz, lo que hace complicado que a este país entre producto estadounidense.

A nombre de la agrupación, su presidente, Zippy Duvall, señaló en una reunión que tuvo este miércoles con la secretaria de Economía de México, Tatiana Clouthier, y el embajador mexicano en Estados Unidos, Esteban Moctezuma, según un comunicado de la AFBF publicado por algunos medios nacionales: “Expresé la profunda decepción de los agricultores y ganaderos de Estados Unidos por la decisión de México de limitar el uso de tecnologías –y los alimentos producidos con dichas tecnologías– que aumentan la sostenibilidad de la agricultura y la capacidad de satisfacer la creciente demanda de alimentos”.

Cabe recordar que, para proteger a los productores nacionales, como se ha pugnado desde hace tiempo, el gobierno de México cuenta con algunos candados contra la importación de maíces transgénicos, y por ello es que la Cofepris, que es la instancia que determina qué sí y qué no es seguro, no ha decidido sobre las reiteradas solicitudes de autorización de productos de biotecnología agrícola destinados a su uso en alimentos, por lo menos desde mayo de 2018.

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Y es que, según la Ley de Bioseguridad de México, es necesario que la Cofepris decida sobre una solicitud completa dentro de los seis meses posteriores a que es recibida.

Para cerrar 2020, en su último día, el gobierno de México publicó un decreto según el cual quedarían revocadas todas las autorizaciones existentes “para el uso de grano de maíz genéticamente modificado en la dieta de mujeres y hombres mexicanos”. Además quedaron prohibidas nuevas autorizaciones hasta que el grano de maíz modificado genéticamente sea completamente reemplazado.

A esa y otras presiones se enfrentó Tatiana Clouthier ahora que fue a Estados Unidos. Por ejemplo, en voz de la secretaria de Economía, la administración de López Obrador puso sobre la mesa la preocupación en torno a las actuales restricciones que enfrentan el tomate y la carne mexicanos de exportación, en este caso, hacia el mercado norteamericano, pues es de recordarse que en 2019 fue renegociado el acuerdo de suspensión del tomate entre el Departamento de Comercio de Estados Unidos y los productores mexicanos. Pero aun así, el gobierno de Estados Unidos está llevando a cabo una serie de exhaustivas inspecciones en la frontera al tomate mexicano con el pretexto de evitar que ingrese producto contaminado con una plaga denominada virus rugoso.

Pero no sólo fue a eso, ya que, además, con la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, se analizaron temas como la exportación de azúcar mexicana, la importación de papa estadounidense, lo referente a las cadenas de suministros y la correcta operación del T-MEC.

Retomar el Diálogo

Además de los temas referentes a la producción agrícola y el flujo de ésta por la frontera, también se habló de relanzar el Diálogo Económico de Alto Nivel entre ambos gobiernos. Por si usted no lo recuerda, le comento que el DEAN fue anunciado por los entonces presidentes Barack Obama, de Estados Unidos, y Enrique Peña Nieto, de México, en el mes de mayo de 2013.

La idea del DEAN era, al momento de su lanzamiento, avanzar en las prioridades estratégicas, tanto económicas como comerciales, que resultan centrales para promover el crecimiento económico de ambos países.

En tanto que organismo bilateral, la importancia del DEAN no es menor, dado que fue pensado para la promoción de la competitividad y la conectividad, dar mayor fomento al crecimiento económico, a la productividad, el emprendimiento y la innovación en ambos países, y además, constituirse como un ejercicio conjunto de liderazgo regional y global.

En 2013 se determinó que estuviera constituido por secretarios de ambos países y que seccionaría de forma anual. En el lado mexicano, las dependencias encargadas eran las secretarías de Relaciones Exteriores, la de Hacienda y Crédito Público y la de Economía.

Aunque los gobiernos de México y Estados Unidos se comprometieron a dar continuidad al mecanismo, institucionalizándolo como parte de la relación bilateral a través de la firma de una declaración conjunta, una vez que Barack Obama dejó la Presidencia de Estados Unidos y con Donald Trump instalado en la Casa Blanca, el DEAN quedó en suspenso, pues recordemos que muchos acuerdos de los que Estados Unidos era parte fueron desechados por el mandatario al considerar que no eran ventajosos para su gobierno. Así, el DEAN se ha reunido sólo en tres ocasiones, todas ellas durante los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Barack Obama: el 20 de septiembre de 2013, el 6 enero de 2015 y el 25 de febrero de 2016. En todos esos encuentros, además de las dependencias de ambos países involucradas, estuvo el entonces vicepresidente Joseph Biden. Así que ahora es una buena oportunidad para buscar relanzarlo, ya sin el tufo de Donald Trump.

A grandes rasgos, a eso fue la secretaria de Economía Tatiana Clouthier a Estados Unidos.

El atuendo inadecuado

Ahora bien, aunque la funcionaria federal fue a tratar temas de gran importancia para la economía mexicana, en redes sociales y muchos medios no se habló de eso, sino que el tema fue su mala elección en el vestir para la foto con su homóloga estadounidense.

Se le criticó por no darle importancia a la reunión y no esmerarse en el atuendo, y los más fachos la acusaron de falta de profesionalismo y ética para hacer su trabajo.

Creo que son pendejadas, porque el profesionalismo, la ética y el buen desempeño no te lo da el atuendo; ese depende de los conocimientos, la preparación y la diligencia para trabajar. No obstante, no podemos dejar de lado que hay protocolos, que hay normas de civilidad y que siguen vigentes.

Siempre he creído que como te vistes para una reunión, sea social o laboral, refleja la importancia que le das, de ahí el negro en los velorios y la ropa formal en las bodas, porque no son cualquier cosa, son fechas que marcan la vida de los dolientes y los novios, respectivamente.

Por otro lado, para nadie es nuevo que política, negocios y vestimenta están estrechamente relacionados, porque el atuendo, cómo se porta y el manejo del cuerpo, sirven a un político para imponerse, para fijar posición, para destacar. Si no me cree, consulte por qué a los políticos y empresarios les encantan los trajes oscuros con corbata roja.

Quienes criticaron a la secretaria a su vez fueron tachados de clasistas y sexistas, y así como las críticas vinieron en su mayoría de “derechairos”, detractores del lopezobradorismo y hasta gente como su servidor, que no tiene más camiseta que la que evita que se vean las tetillas al usar camisa clara, los comentarios en defensa de la secretaria (como si necesitara que la defiendan, asumirlo sí es sexista) vinieron, en su mayoría, de progres, lopezobradoristas, “aliades” y paladines de la corrección política. Pero creo que no hubo clasismo en las críticas a Tatiana Clouthier, porque no se lanzaron contra una persona de clase media o baja, sino hacia una funcionaria que siempre ha estado en una posición acomodada y que, obvio, sabe cómo vestir y no usa ropa corriente.

Creo que eso, junto a los trajes mal cortados y los zapatos sucios del presidente, tienen su origen en un afán de lucir más pueblo para el pueblo, porque en México aún estamos acostumbrados a los políticos de traje impecable, el cabello recogido o relamido, los zapatos de exquisita manufactura, las elegantes corbatas y las camisas que de tan blancas encandilan. Entonces, si se quiere romper con eso, el presidente opta por el desaliño, el desenfado en el vestir, comer en fondas y demás, para que la gente diga “es como nosotros”, aunque viva en un palacio.

Pero no importa el vestido de Tatiana Clouthier ni los zapatos descuidados y trajes grandes el presidente, lo que perdurará serán sus acciones, buenas, malas, herradas o atinadas, porque esas son las que nos repercuten. Por eso, es lamentable que quienes criticaron a la secretaria de Economía se centraron en el atuendo y no en las reuniones que sostuvo, eso refleja que no sólo estamos acostumbrados a los políticos acartonados, sino que además le damos demasiada importancia a banalidades. Pero insisto, sin ser lo más importante, hay ciertos códigos que es mejor acatar para no ser la comidilla.

Adiós a Los Beatles

Cuenta la leyenda que a finales de 1969, dos integrantes de The Beatles vinieron a México, específicamente a Oaxaca, para conocer a María Sabina y probar su medicina para el alma.

Ya de regreso a la Ciudad de México, los miembros del grupo quisieron conocer más de cerca el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, atraídos por la leyenda de ambos colosos. Así, a sugerencia de uno de sus guías, se quedaron a descansar en Tepetlixpa, Estado de México.

No hay registro audiovisual ni documental de ese viaje, pues dicen que los músicos (nunca se ha especificado cuáles dos de los cuatro Beatles) andaban de incógnitos. Según cuentan, en ese poblado comieron mole y totopos, además de beber pulque.

El caso es que dos años después del supuesto hecho, salió un disco titulado “Adiós a Los Beatles”, de la Banda Plástica de Tepetlixpa. Es un álbum interesante, sumamente agradable, en que se nota el empeño de los músicos para versionar los temas más conocidos del Cuarteto de Liverpool.

Un disco que le recomiendo ampliamente porque tiene ese sonido de las viejas bandas de viento, pero con los interesantes arreglos, transmite ternura, emoción y mucho amor por la música. Le aseguro que lo escuchará de principio a fin con una gran sonrisa. Es cuánto.