LA CASA DEL JABONERO | Entre mitos y humanos

Seres humanos mitificados que, al morir, decepcionan a la gente con su humanidad, políticos en busca del siguiente puesto, gente que usa su poder para venganzas personales y un exclente disco…

Jorge A. Amaral

Ahora que se murieron Diego Armando Maradona y José Manuel Mireles sucedió algo interesante: hubo mucha gente que lamentó la muerte de ambos personajes, porque para ellos representó mucho, ya fuera por la carrera futbolista de uno o la labor como activista del otro. Pero hubo otro sector, ese que se alegró de ambos decesos porque, movidos por el arrebato, motivados por la subjetividad inmediata, se limitaron a catalogar a uno de drogadicto y de misógino al otro.

PUBLICIDAD

Cierto, Diego Armando Maradona tuvo serios problemas de adicciones, eso es innegable, como innegable es que eso le trajo serios problemas en su carrera. Tampoco vamos a negar los dichos que colocaron en más de una ocasión a José Manuel Mireles bajo la lupa pública, frases que en este momento no repartiremos pero que le causaron un severo daño a su imagen pública, que ya de por sí venía amellada por su vida amorosa, como si eso hubiera sido asunto público.

Pero ni Maradona ni Mireles trascendieron en el ámbito público por sus vidas privadas, ni por sus errores estando en la cima, ni por sus dichos cuando ya tenían toda la atención de los medios. No, Maradona se volvió grande como el extraordinario futbolista que fue, por sus jugadas, por su estilo y carisma para hacer del futbol un arte, por sus goles, algunos de ellos en verdad soberbios. Más que cocainómano, obeso y simpatizante de Fidel Castro y Hugo Chávez, Maradona fue uno de los mejores futbolistas del mundo y el mejor de su tiempo, y por eso es importante.

Foto: Especial.

Asimismo, Mireles no adquirió notoriedad por ser subdelegado médico del ISSSTE en el estado; ese cargo lo consiguió por la fama que ya tenía. Mireles es de los hombres que definieron el rumbo del estado en el peor periodo que ha tenido Michoacán, y no lo es por con quién se casó o por cómo les llamó a las concubinas de quienes querían abusar de su posición en el ISSSTE; no, el doctor influyó en el rumbo que tomó el estado por las acciones (buenas y malas) emprendidas en el movimiento de autodefensas.

PUBLICIDAD

Vaya, creo que deberíamos dimensionar a los personajes públicos por la forma en que influyeron en sus ámbitos de acción. Mireles, más allá de que el movimiento de autodefensas terminó pervertido y corrompido, fue un intento legítimo de los ciudadanos para quitarse de encima la pata del crimen organizado. El doctor Mireles, Hipólito Mora y Cemeí Verdía dejaron en claro que los ciudadanos organizados sí pueden más que los criminales.

Recuerdo la película “Bichos”, en la que un grupo de langostas extorsionan al hormiguero para que les dé comida. El peor temor de los insectos es que las hormigas caigan en cuenta de que son más en número y que, juntas, pueden con una decena de abusivos. Algo así se vio con el movimiento de autodefensas en su primera etapa, y eso devolvió la fe a mucha gente, fe en que, si hay voluntad, sí se puede luchar contra el crimen. Pero también el movimiento de autodefensas nos enseñó la podredumbre, el estercolero que es el Estado mexicano y que, por ello, no debemos confiar en las instituciones, mucho menos en quienes las encabezan.

Foto: EFE.

El movimiento de autodefensas nos mostró lo mejor y lo peor de la sociedad michoacana, como nos evidenció lo más podrido y maloliente de las instituciones. Por eso Mireles es importante, y reducir todo lo que representa a si se casó con una mujer muchos más joven que él sólo refleja inmediatez en el juicio, cortedad de miras y estulta necedad. Lo mismo aplica a Maradona.

Debemos aprender a ver más allá de nuestras narices y evitar señalar nada más porque tenemos un dedo. En los tiempos que corren es de suma importancia que aprendamos a discernir, a ver todo en su conjunto y desde distintos ángulos, o seguiremos siendo una masa palurda a la que se manipula con la facilidad que se bate masa para galletas, una sociedad discapacitada que sólo desliza el dedo por la pantalla, reacciona y comenta sin leer nada.

Ahora bien, valdría plantearnos: si cada vez que vez que una figura pública se muera vamos a señalar sólo sus errores y fallas, mejor evitemos mitificar a otros seres humanos.

Campaña de boletines

Hace días se reunieron las mujeres experredistas de Morena que dicen que quieren ser candidatas a la gubernatura del estado. De las seis, sólo 2 han figurado en las encuestas, y las otras, incluso en el Congreso de la Unión, han tenido un desempeño discreto, inadvertido. Pero también acudió una alcaldesa de un municipio chiquitito.

La alcaldesa, pese a ser presidenta de un municipio pequeño y sin presupuesto, ha sabido colocarse como coordinadora de los ediles de Morena en el estado, lo que le ha dado para derramar litros de tinta en boletines.

Está bien que los personajes políticos tengan aspiraciones, todos debemos desear algo (yo en este momento deseo prepararme otro café), pero debemos ser conscientes de hasta qué punto aquello está en el plano de lo posible y a partir de dónde se convierte en un acto de onanismo psicológico, y también, por qué no, ser honestos y decir “no llego, pero quiero acomodarme”.

Ya se llega la época en que todos quieren ser gobernadores (hasta Antonio Soto, ¡válgame Dios!), y por eso es que muchos, aunque sepan que no tienen posibilidad alguna, buscan hacer ruido para que en sus partidos se piense que son grandes liderazgos regionales y los consideren en las campañas para luego hacer el reparto.

Lo malo es que mientras la clase política de este país siga siendo de esa manera, mientras les importe un carajo la gente, mientras les valga cacahuate no tener la capacidad ni para gobernar un municipio y aspirar a representar un distrito, mientras los políticos aún no terminen una gestión cuando ya estén amarrando el siguiente cargo, en tanto al elector se le vea como un botín que importa sólo en tiempos electorales, y mientras la sociedad misma esté más preocupada por estupideces en lugar de exigir congruencia, respeto y trabajo a sus representantes, la política mexicana en todas sus esferas, desde la municipal hasta las cúpulas gubernamentales, seguirá siendo el mismo estercolero.

Azuzando a las masas

Fue lamentable la acción emprendida por el activista Guillermo Valencia este viernes. Recordemos que luego de un intento de bloquero por normalistas, quienes terminaron manifestándose frente al Poder Judicial, el líder de Revolución Social convocó a la gente a poner un alto a los estudiantes de las Normales.

Como era de esperarse, una multitud se congregó en torno al activista, que en ese momento se enfiló hacia donde estaban los manifestantes.

La decisión del activista se debió a que, a la hora del intento de bloqueo, su familia pasaba por ahí, como él mismo lo dijo en una de sus transmisiones.

Se entiende el hartazgo de la ciudadanía hacia las acciones de los normalistas y otros grupos, que no tienen consideración y secuestran vehículos, agreden a quienes reclaman, saquean las camionetas, roban mercancías y dañan la propiedad pública y privada. Es lógico. Lo que se le puede criticar a Guillermo Valencia es, primero, azuzar a una multitud para emprender lo que más bien parecía una venganza personal por el susto que se llevó su familia, que por fortuna no fue agredida, al menos que sepamos. Lo otro, motivar a la violencia de un sector de la sociedad que con gusto les pasaría con un camión por encima a los normalistas.

No se entienda como que desde esta columna se justifican las acciones de esos grupos, pero esa actitud obedece a una larga historia de corrupción e impunidad, en que los grupos sociales siempre han sido usados c0omo botín electoral y por eso sus líderes se han empoderado a tal grado, que el Estado sucumbe ante ellos.

Ese vacío de legalidad y Estado de Derecho fue lo que convirtió a los normalistas, un sector del magisterio y otros grupos en lo que hoy son, y el gobierno nunca hará nada para remediar la situación de raíz, simple y sencillamente porque ningún gobernante del pasado o el presente se ha interesado en cambiar el estado de cosas para resolver la desigualdad social, la corrupción, el nepotismo, el latrocinio y el tráfico de influencias.

El líder de Revolución Social aspira a la candidatura, y sabe que los normalistas son una excelente vía para obtener simpatías, pues es mucha la gente que les tiene podio jarocho a esos estudiantes, pero si se juega con la papa caliente se pueden sufrir quemaduras porque, imagínese, si los normalistas no se hubieran retirado, ¿Valencia hubiera podido controlar a 500 personas enojadas, aunque dijera que no iba buscando violencia? Claro que no, y eso hubiera terminado de verdad muy mal.

Si Guillermo Valencia quiere ser gobernador, debe entender que promoviendo un linchamiento no logrará nada, sólo sembrar más discordia entre los ciudadanos, y para eso ya tenemos al presidente de México y sus detractores. Es cuánto.

Música para tranquilizarnos

Estimado lector: ya me encabroné, pero la música controla a las bestias así que pongo una verdadera exquisitez: “A journey into abstract Hip-Hop”, un proyecto del grupo francés Gasoline, publicado en 2002.

El disco es uno de los discos más emblemáticos del hip hop abstracto realizados en Francia, comparable con obras maestras que han dado fama a esta vertiente del rap en todo el mundo, bajo la influencia de sus pilares como DJ Krush, DJ Shadow o DJ Vadim.

El disco es una inmersión basada en 16 temas al universo del hip hop experimental. El concepto, firmado por Yohann y Tony Fresh, alias L’Agence, fue concebido como si fuera la banda sonora de un viaje entre París y Tokio, donde ritmos pesados y melodías de la vieja escuela del rap se funden en atmósferas cinematográficas finamente construidas. Ahí, diálogos de matones tomados de viejas películas de gángsters y scratches de alta manufactura se combinan con beats potentes hasta constituir un sonido que es como recibir un golpe profundo en los oídos, sobre todo si se es amante del rap de la vieja escuela.

Un disco exquisito, con una producción que raya en lo perfecto, con sonidos tan elocuentes que crean la atmósfera. Este disco es de esos que no llegan como recomendación al azar, sino que su hallazgo obedece al destino. Puede encontrarlo en YouTube o comprarlo en línea, póngalo a reproducirse, suba los bajos, reclínese, cierre los ojos y déjese llevar. Salud.