LA CASA DEL JABONERO | Es por ley, no por dinero

Ese acto, de decir al INE “aquí están sus condenados 20 mil pesos”, refleja la mentalidad de Félix Salgado Macedonio, alguien que está acostumbrado a hacer lo que quiere, a imponerse por las buenas o por las malas.

Jorge A. Amaral

Como se veía venir, las candidaturas de Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón Orozco para representar a Morena en los estados de Guerrero y Michoacán, respectivamente, se cayeron por disposición del Instituto Nacional Electoral por no haber reportado gastos de precampaña.

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Los morenistas alegaron, primero, que no habían hecho precampaña, pero luego admitieron algunas publicaciones en redes sociales y espectaculares, lo que ya en sí son actos de precampaña. Entonces sí hubo tal, pero no reportaron gastos. Luego de eso, en el plantón que instalaron frente a las instalaciones del INE, hasta armaron una colecta para entregarle al instituto lo que no declararon. Ese acto, de decir al INE “aquí están sus condenados 20 mil pesos”, refleja la mentalidad de Félix Salgado Macedonio, alguien que está acostumbrado a hacer lo que quiere, a imponerse por las buenas o por las malas.

Así como violó a una jovencita y le aventó 100 pesos diciéndole “todo va a estar bien, chiquita”, así quiso hacerlo con la ley. El exalcalde de Acapulco quiso violar la ley y a las instituciones y, aventando 20 mil pesos, decir “todo va a estar bien”.

Lo que a los morenistas se les olvida, o de plano no quieren admitir, es que la sanción no es por el monto que no reportaron, es porque simple y sencillamente no declararon. No es la cantidad, es la omisión. Ahora, me extraña en demasía que hayan sido tan confiados, porque ni los excandidatos ni sus equipos de campaña son nuevos en esto, porque si algo sobra en Morena son viejos lobos de mar exiliados de otros partidos, por lo que deberían conocer a la perfección la ley en materia electoral, o por lo menos saber cómo funciona eso de la fiscalización, a sabiendas de que, si se gastan 10 millones de pesos, hay que declararlos, y con la misma legalidad deben declarar 100 mil, 20 mil, 11 mil o 3 pesos. Incluso si no se gastaron un solo peso, eso también se reporta para no incurrir en omisiones. Ya después, conforme avance la campaña, la instancia fiscalizadora verificará que las cuentas cuadren, y si no lo detectan, para eso está la ciudadanía y los contrincantes, para interponer las respectivas denuncias.

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Lo que los candidatos morenistas pretendían era pasar sobre la ley para conseguir sus objetivos políticos, y lo malo es que esa actitud es solapada desde Palacio Nacional, recordemos que el presidente dijo que había que desconfiar de las instituciones, como si él mismo, como jefe de Estado, no representara a las instituciones de este país. Vaya contradicción, porque sus actitudes dicen a diario “el Estado soy yo”, pero al mismo tiempo desacredita a las instituciones del Estado que él mismo encarna.

Por fortuna la mayoría de los consejeros electorales, pese a las amenazas y el linchamiento mediático emprendido por Morena, no se intimidaron y acataron lo que la ley dicta. Y es que, piénselo bien, tener un Instituto Nacional Electoral imparcial, autónomo y ajustado a la legalidad, le ha costado muy caro a este país. El que se garantice el buen desarrollo de una elección, con un proceso apegado a derecho, ha costado mucho dinero, muchos esfuerzos, incluso vidas humanas, como para tirar todo eso por la borda nada más porque el partido de Estado quiere imponer sus razones.

Lamentablemente la legalidad no es apoyada por el que juró cumplir y hacer cumplir la ley, porque luego de la resolución del INE, el presidente dijo que había que hacer encuestas telefónicas para preguntarle a la gente su parecer, como si en Morena eso importara mucho. Recordemos, en Michoacán, el candidato morenista iba a ser Cristóbal Arias Solís, pero el compadrazgo se impuso y ungieron a Morón. Algo parecido pasó en Guerrero, porque resultó que Salgado Macedonio es más feminista que las mismas mujeres, según el remedo de encuesta que Morena dice que hizo, porque no mostró evidencia de cómo fue esa encuesta con los habitantes de Guerrero.

El que se retiraran esas candidaturas, aunque una derrota para los interesados, es una pequeña victoria para la legalidad, el Estado de Derecho, la democracia y la autonomía de un organismo que debe actuar con total independencia de los intereses partidistas y gubernamentales. Y no lo digo pensando en la filiación política de los afectados, porque el mismo gusto me hubiera dado si fueran priistas o panistas violando la ley.

Ahora, después de que eso sucedió, empezó la búsqueda de culpables, la necesidad de saber quién es el Coco detrás de tal maldad. Así, Raúl Morón acusó que los conservadores, el Masiosare de la 4T, derribaron su candidatura, y Félix Salgado de inmediato acusó a Carlos Salinas de Gortari de estar moviendo los hilos en el INE. Con eso les dan a sus militantes otra cucharadita de polarización: cárcel a los expresidentes y muerte al conservadurismo. Pero no nos hagamos tarugos: no fue el Coco, ni La Llorona, ni los conservadores ni el Chupacabras, fueron sus propias omisiones lo que les quitó el derecho a contender.

Si en Morena, sobre todo en Guerrero, son inteligentes, postularán a alguien que represente lo opuesto a Salgado Macedonio. Si son un poco listos para eso de la política, pondrán en la candidatura a una mujer, y con eso lavarán su imagen, será un mensaje de “la regamos, sí, pero estamos rectificando”. Pero la soberbia es común en ese partido y quizá no lo hagan, más bien pondrán a un afín a Salgado Macedonio para no quedarle mal. Incluso, siendo maquiavélico, si yo fuera el líder morenista promedio, pondría a un Juanito para que gane las elecciones y luego pida licencia para que desde el Congreso del Estado se nombre a Salgado Macedonio como sustituto. Espero no estar dando ideas.

Por lo pronto, Morena en Guerrero tiene hasta hoy domingo para definir a su plan B, y en Michoacán, hasta el miércoles, porque si se siguen aferrando a esas candidaturas, se pueden quedar volando y perder dos bastiones importantes para la izquierda, lo que sea que eso signifique en el México actual.

Empujones, no balazos

La manera en que Silvano Aureoles reaccionó en Aguililla al empujar a un maestro que se manifestaba contra la violencia en la zona deja ver perfectamente lo que el mandatario es y cómo ha sido su gobierno en materia de seguridad: mucha prepotencia frente a unos e inoperancia frente a otros, eso sin hablar de modales.

Mientras comunidades enteras que se han desplazado a causa de la violencia, en tanto que mucha gente está aislada por los narcobloqueos y los cortes a las carreteras mediante zanjas que se excavan para evitar que los cárteles rivales pasen, un maestro protestó por la violencia y la pasividad de los gobiernos federal y del estado. El maestro Fernando Padilla Vázquez pensó que la presencia del gobernador era el momento perfecto para denunciar la inconformidad de la población, y junto con otras personas mostró cartulinas denunciando la situación y poniendo de manifiesto la inconformidad por el clima que se vive en esa zona del estado.

El gobernador, ni tardo ni perezoso, erguido, con el pecho inflado y echado pa’lante, se acercó al profesor y le dio un aventón con su mano en el abdomen del maestro, para luego alejarse haciendo una mueca como quien dice “me la pelas”. Aclaro: como quien dice. Acto seguido, Israel Patrón Reyes, secretario de Seguridad Pública, arrebató la cartulina al maestro.

Esa misma tarde comenzó la contención de daños por parte del gobierno estatal, que filtró a los medios información sobre el manifestante para hacerlo ver como un docente rijoso con antecedentes penales. No daré los detalles, de eso ya se encargó Quadratín; de ninguna manera les haré el trabajo sucio. Y es que la versión de la Secretaría de Seguridad Pública fue que el gobernador, valiente y aguerrido, había encarado a un grupo de halcones del crimen organizado, entre los que además había violentos niños y mujeres terracalentanos.

Lo que llama la atención fue la presteza con la que las autoridades difundieron los supuestos sambenitos del docente, cuando en otros casos hay total opacidad en el manejo de la información. Porque sobre los narcobloqueos y balaceras a lo largo y ancho de Tierra Caliente nunca hay datos precisos, se entera uno de los muertos por las redes sociales y comentarios de gente que vive allá.

¿Es de extrañar esa conducta del gobernador? Es el mismo que ha mandado al carajo a la prensa entre silbido y silbido, el mismo que, al recibir en la Expo Fiesta un cilindro con semen para pies de cría, lo pulsó y con sonrisa lasciva dijo con micrófono en mano y frente a prensa y familias de ganaderos: “Sí lo lleno”. 

El gobernador debería ir más seguido a Aguililla, pero en lugar de encarar a manifestantes y agredirlos, que vaya y les dé unos empujones a los narcos, al cabo ya vimos que los abrazos presidenciales no han servido. Es cuánto.