LA CASA DEL JABONERO | Grupos de choque en el Centro

El Frente Nacional de Lucha por el Socialismo, dicen por ahí las malas lenguas (que suelen ser las más acertadas) está protegido desde la Secretaría de Gobierno

Jorge A. Amaral

Hace una semana, un grupo apoyado por el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo tomó posesión de la Casa del Estudiante Isaac Arriaga. No es la primera vez que esta casa se ve envuelta en la polémica, porque recuerde usted que no hace mucho, el grupo que ahora está en poder de la casa fue expulsado con acusaciones tan graves como narcomenudeo y fomento a la prostitución, además de malos manejos de los recursos del albergue.

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Los miembros de la Coordinadora de Universitarios en Lucha intentaron retomar la casa, pero el grupo de choque denominado Frente Nacional de Lucha por el Socialismo mandó a su gente a amedrentar a quienes por lo menos sí están acreditados como estudiantes de la Michoacana.

Pero ya desde antes esta casa había dado de qué hablar. Basta recordar al señor de las hamburguesas que fue golpeado con particular salvajismo por un inquilino. Las versiones se encontraron, porque los líderes de la casa dijeron que el agresor ni siquiera estaba viviendo ahí, pero resultó que sí, y que ni siquiera era estudiante, sino que era un veterinario en vías de titulación. Como sea, el antecedente quedó.

Hace tiempo, un conocido de su servidor fue invitado por un exinquilino de ese albergue, que por cierto ya no era estudiante, sino que también estaba en vías de titulación. Esta persona me mostró fotos de las borracheras y festejos al interior, que parecía cualquier cosa, menos una Casa del Estudiante. Ignoro si sea un caso aislado o con cuánta frecuencia se reciba invitados con cerveza y perico, lo cierto es que en esos albergues ha faltado una regulación eficiente.

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Argumentando la autonomía universitaria, las casas del estudiante se han manejado con suma independencia, incluso de la Michoacana, que las dota de recursos e infraestructura, y por eso, aunque se supone que deberían rendir cuentas a Asuntos Estudiantiles, sus líderes son pequeños capos, controlando el acceso no sólo a los albergues, sino a la misma Universidad (hasta no hace mucho, una forma de quedar en la carrerea elegida era agremiarse a la CUL para obtener el pase y hasta la condonación de costos de inscripción).

Es verdad que las casas del estudiante han sido de gran ayuda para muchos nicolaitas que de otra forma se hubieran quedado sin la oportunidad de prepararse, y de hecho de ahí ha salido gente que hoy son profesionistas valiosos, pero, como usted sabe, siempre pagan justos por pecadores y por unos pierden todos. Aunque en esos pasillos se han formado buenos profesionistas, no hay que soslayar el hecho de que las casas muchas veces son pequeñas mafias en las que los líderes lucran no sólo con el ingreso, sino con los derechos y hasta con ciertos privilegios. Tampoco hay que olvidar que ahí hay gente que ya no debería estar en esas casas, pero que se quedaron enquistados y funcionan más como operadores al servicio de políticos y funcionarios para apoyarles en sus fines particulares.

Si usted pregunta a mismos egresados de la Michoacana su opinión sobre las casas del estudiante, la mayoría opinará que las desaparezcan, y el vocabulario puede resultar bastante florido, pero creo que tampoco se trata de eso porque, como le digo, ha habido gente que sí ha sabido utilizar para bien el apoyo que se brinda a través de los albergues estudiantiles: alojamiento, alimentos, biblioteca, asesorías y condonación de pagos para alumnos de escasos recursos. Creo que lo ideal sería que si tales espacios van a permanecer abiertos, de entrada se les quite todo el control económico. Que la Universidad asuma pagos de servicios y, como en el caso de la Isaac Arriaga, el cobro de rentas a locatarios que trabajan en locales parte de la casa. Que los insumos lleguen en especie, nada en efectivo. Así, al no haber dinero que administrar, nadie tendrá la tentación de hacer minigolpes de Estado para quedarse con el control.

Otro punto pertinente sería que si un estudiante va a estar ahí, gozando de los beneficios que brinda la casa, se acredite que realmente asiste a clases, que de verdad está estudiando y que lo demuestre con calificaciones. Incluso no estaría mal establecer un promedio mínimo para permanecer en la casa. No sé, un 8, por ejemplo, dado que hay materias en ciertas carreras donde sólo los garbanzos de a libra pueden sacar 9 o 10.

Pero, como dijera Platón en La República, esto es sólo ideal, nada en la realidad porque ya sabemos que no funciona así, que mientras haya gente con la necesidad de presionar para conseguir sus fines, se seguirá utilizando a las casas del estudiante como botín político. De otra forma, carreras políticas como la Juan Carlos Barragán y similares nunca hubieran sido posibles.

Volviendo al tema del secuestro de la Isaac Arriaga, es curioso que en un principio la mesa directiva de la casa haya desistido de presentar denuncias cuando se dio la expulsión de miembros por fomento a la prostitución, malos manejos y narcomenudeo, para no facilitar la intromisión del gobierno en asuntos internos, pero al ver que el FNLS se les metió a trancazos hasta la cocina y que no pueden sacarlo, entonces sí vienen las denuncias y piden la intervención de la fuerza pública para recuperar el albergue que, como CUL, les corresponde más que al Frente, que ni siquiera es de la Universidad.

Lo malo es que esas denuncias por lesiones y despojo no van a prosperar porque el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo, dicen por ahí las malas lenguas (que suelen ser las más acertadas) está protegido desde la Secretaría de Gobierno porque saben que es un grupo numeroso, sin miedo a enfrentarse a palazos con quien sea, porque de eso viven, del choque y la confrontación, al fin grupo radical. No por nada en estados como Chiapas tienen incluso señalamientos de auspiciar grupos armados para amedrentar a grupos opositores.

¿Por qué cree usted que la misma CNTE ha pedido al gobierno del estado que no use en su contra al FNLS para retirar bloqueos y plantones? No es gratuito, como tampoco es gratuito que actualmente el Frente haya extendido su plantón en el Centro de Morelia, cuando se tiene a un magisterio sin pago desde la administración pasada, que no dudaría en plantarse para exigir, ellos sí, lo que les corresponde: su sueldo y prestaciones. Pero sabemos que mientras el Frente esté ahí, al CNTE no se va a acercar al centro, porque el FNLS sí tiene permiso para golpear, despojar y trasgredir la ley, y los maestros no.

No me resulta extraño que el FNLS pueda estar protegido desde la Secretaría de Gobierno, pues el titular, aunque ahora sea un morenista purificado, estando en la cúpula del PRD siempre auspició tribus y grupitos para buscar hacerse con las consejerías y las candidaturas. Así que no le extrañe si con esas tácticas busca empoderarse pensando en la sucesión en la gubernatura, una aspiración que desde hace tiempo tiene.

Al cabo ya se fue

Desde el año pasado, en mi calidad de reportero, le di seguimiento al tema de los padres de familia que tenían niños internados en el Hospital Infantil desde que el nosocomio estaba en el Bosque Cuauhtémoc. Varias veces hablé con los papás, quienes me platicaron de las enfermedades de sus hijos, de las carencias y hasta los riesgos que corrían en el bosque, rodeados de drogadictos y delincuentes que buscaban confundirse con ellos para no ser arrestados.

Ya cuando los pacientes fueron mudados al nuevo hospital, en la lejana Ciudad Salud, volví a ir a ver en qué condiciones estaban. Por medio de los padres que tenían a su bebé internado, conocí a los demás, supe de las carencias en cuanto a insumos y medicamentos y me pidieron apoyo para solicitar ayuda de la gente para poder comprar medicinas que en el hospital no había y que les urgían para los tratamientos de sus niños, la mayoría de ellos con problemas oncológicos.

Así lo hice, difundí las solicitudes de ayuda y eso les dio un respiro a los papás, que gracias a ello pudieron dar medicinas a sus pequeños. Pero eso no gustó en la Secretaría de Salud, porque justo estaban cacareando su hospital de primer nivel cuando salieron estas personas apoyadas por un reportero a evidenciar el desabasto de medicinas. Qué barbaridad.

Entonces recibí un reclamo que pareció amenaza: se estaba investigando a esas personas y hasta al reportero por presuntamente lucrar con los apoyos recibidos, porque al perecer, según la alta oficina de la dependencia, conformábamos una red de corrupción. Mi reacción fue de enojo, obviamente, pero después de risa, porque yo sabía que nadie estaba lucrando ni mucho menos sacando provecho de la enfermedad de esos niños, y mi único interés era que esos pequeños recibieran atención adecuada y que tuvieran sus medicinas, llamémosle empatía de padre de familia.

Pero bueno, la dependencia era intocable debido a su cercanía con el brazo ejecutor del exgobernador en temas de medios: Comunicación Social. Cuando se me habló del tema mi respuesta fue simple: “primero arreglen el zurradero que tienen al interior y luego molestan a un reportero y amedrentan a los padres de familia (porque lo hicieron)". Pero sirvió, porque a esos papás se les brindó un mejor servicio y hubo quienes los apoyaron en la compra de lo necesario para sus hijos enfermos.

Escribo todo esto porque en su momento no hubiera sido posible, pero hoy el contexto político es otro. Es algo que, si un día veo a los funcionarios involucrados, les recordaré, aunque ellos no sepan de qué hablo. Hoy, a un año de eso, la secretaria ya se fue, el brazo ejecutor ya no existe como dependencia, yo sigo trabajando y esos papás están en sus pueblos, recordando y llorando a sus hijos fallecidos. Es cuánto.