La Casa del Jabonero: Se fue el Vaquero Rocanrolero

Murió Chalie Monttana, un referente en el rock nacional; mientras Monarcas se va, vale cacahuate la pandemia y los normalistas siguen y siguen; al mismo tiempo el racismo se vuelve a manifestar en Estados Unidos

Jorge A. Amaral

“A veces el mundo es una escuela que duele, hasta que no te llega la mierda al cuello, no le bajas de huevos”.

Charlie Monttana.

Este jueves se fue una leyenda del rock urbano, de esos artistas que le han dado identidad al rock nacional. Con la partida de Charlie Monttana se va uno de esos músicos que han dejado la piel en el escenario para darle al rock hecho en México la categoría de nacional, sin que ello signifique que el rock and roll deje de serlo.

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El Vaquero Rocanrolero se fue rápido, sin aspavientos, cuando se anunció era porque ya había fallecido, y lo peor de todo es que se va en el contexto actual, en que la banda no se puede reunir a rendirle el respectivo homenaje con mucho Jack Daniels.

Quizá fuera del círculo rocanrolero no era tan popular, quizá fuera de la Ciudad de México tuviera sólo audiencia cautiva, pero el también llamado Novio de México tiene una importancia singular en el rock mexicano puesto que a la par de artistas como El Haragán, El Tri, Liran’ Roll, Tex Tex y otros, el género en México pudo adoptar una identidad propia, y no me refiero a que le metieran elementos como Chacmol o años después Café Tacuba, que eran una mezcla entre los Beatles y Los Xochimilcas, sino que líricamente dieron voz a las colonias conurbadas y marginales de la Ciudad de México.

Ellos fueron quienes consiguieron que tuvieran voz en el rock los chavos banda de la Ciudad de México, aquellos que no podían viajar a Estados Unidos para empaparse de lo último, lo más in, aquellos que tenían que trabajar en lo que fuera. Toda esa generación de músicos y cantantes de rock and roll siguieron el ejemplo que ya desde principios de los 80 había puesto Rodrigo González: tomar una guitarra y decir esto somos, así pensamos, así vivimos, así sentimos.

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A veces con letras cargadas de dulzura y ternura, otras veces con un extraordinario sentido del humor, pero en otras ocasiones soltando frases lapidarias y sentencias que parecen epitafios, Charlie Monttana siempre se mantuvo fiel a sí mismo, fiel a su música, fiel a lo que él creía que debe ser el rock and roll.

Salud por el Vaquero Rocanrolero, el Novio de México, ese al que tu mamá no quiere pero aun así te pide que le empanices la mojarra, porque no te pide lo que te sobra, te da lo que necesitas. En una ocasión Rodrigo González nos regañó pidiendo “pórtate sensato, no la hagas más de tos”, pero Charlie Monttana fuer más duro al pedir que le bajemos de huevos y mejor hagamos frente a los problemas en lugar de sólo quejarnos y señalar. Salud.

Y Monarcas se va… miserables

Durante esta semana hubo cierta división de opiniones, entre aquellos que lamentaron y se enojaron con la salida de Monarcas y quienes, quizá por no ser aficionados, quizá por falta de conocimiento, se alegraron de la decisión de Grupo Salinas.

Cierto, Monarcas es para los aficionados más que el negocio de un consorcio, el equipo ha significado identidad para una afición. El equipo ha tenido desde hace muchos años un gran arraigo en la ciudad, que lo ha adoptado como parte de su cultura, de su idiosincrasia, de lo que distingue al ser moreliano.

Pero tampoco hay que olvidar que el equipo es propiedad de una empresa, y que por lo mismo está sujeto a intereses empresariales. Recuerdo que en alguna ocasión, el dueño de un periódico donde trabajaba dijo a los inconformes empleados: “Esto no es una democracia”, y pues no, no lo era, era su empresa y podía hacer con ella lo que quisiera, lo mismo que Ricardo Salinas Pliego con su equipo.

Lo malo, lo que poca gente está considerando, ni siquiera esos que han salido a marchar, es el impacto económico de la salida del equipo por todos los empleos que se van a perder. Claro, voces afines al oficialismo y al corporativismo dirán que se van a llevar a Mazatlán a los administrativos, como si los oficinistas del equipo fueran quienes cuidan puertas, asean baños, brindan seguridad en el estado, recogen balones, venden bebidas, controlan el flujo en estacionamientos, venden afuera del estadio desde la clásica torta de carnitas hasta la playera o el recuerdo del equipo. No, a ellos no se los van a llevar a Mazatlán, ellos se van a quedar aquí, sin una fuente de ingresos, primaria o secundaria, pero fuente de ingresos al fin, y esos trabajos el gobierno del estado no los va a generar.

Ojalá que esos que han salido a las calles a marchar y amenazar con quemar y saquear las tiendas de Grupo Salinas en Morelia tengan considerado todo lo que se pierde, más allá de los colores de la camiseta.

Esto me lleva a una reflexión: en un estado como Michoacán, con una larga sucesión de gobiernos mediocres y corruptos, con el crimen organizado dejando su estela de sangre y muerte por todo el estado, con una economía que va de lo magro a lo risible, que ahora se le quite al pueblo uno de sus pocos alicientes morales es de plano no sentir ninguna gratitud o empatía por quienes durante años les engordaron la bolsa. Miserables.

¿Estamos listos?

Apenas se anunció que poco a poco se retomaría la normalidad y a mucha gente ya le valió cacahuate, y si antes no se tomaban en serio la pandemia, ahora hacen gala de indiferencia. El tráfico ha vuelto a las calles, la gente tiró sus cubrebocas en cualquier parte y ahora vemos cómo poco a poco se lanza por la borda cualquier precaución para evitar contagios.

Pero vale la pena preguntar, más allá de cifras y curvas, si realmente estamos listos para regresar a las actividades, ahora que los contagios han aumentado a niveles que no se habían visto. Recordemos que en China se relajaron las medidas y hubo nuevos brotes, claro, sin el impacto anterior, pero los hubo.

A mucha gente le ha valido la pandemia y no sabemos si son portadores asintomáticos del virus o si alguien estuvo en contacto con un enfermo y no lo dice. No es que me guste ver calles vacías y lugares cerrados, mucha gente necesita empezar a trabajar ya, hay niños muy afectados por no salir a las calles, por no ver a sus amigos, pero es preciso cuidarnos todos si queremos salir mejor librados de esto, porque creo que lo peor no lo hemos visto aún, y no es porque las autoridades no estén haciendo su trabajo, sino porque a la gente no le importa y la oposición sólo busca sacar raja política de la emergencia.

En fin, esperemos que no se disparen los contagios de COVID-19 con el retorno a ciertas actividades, y si es así, habrá que asumir el costo de la irresponsabilidad y la precipitación de mucha gente. Al tiempo.

¡Qué chistosos muchachos!

Los normalistas dicen que no se les tomó parecer para emitir la convocatoria de ingreso a las Normales. Veamos, primero insistían en que la convocatoria se liberara para difundirla en todos los rincones del planeta, estuvieron duro y dale con eso, y cuando por fin el gobierno la publica, dicen que fue un albazo, que las autoridades aprovecharon la pandemia para publicarla. Pero esa reacción fue cuando vieron que había una levísima reducción de espacios con base en las necesidades y previsiones del estado.

Ahora andan haciendo protestas porque no se les tomó en cuenta, porque no hubo consenso. Es muy similar a cuando se hacen cambios en la malla curricular, o sea, en las materias que deben cursar, o cuando se nombra a un directivo de la Normal.

Es cuando yo los veo, sonrío y pregunto, sin afán de nada, ¿y ellos quiénes son? Son estudiantes, no son miembros de un órgano colegiado, son alumnos de una institución que ya tiene sus propios directivos y lineamentos, y ellos, como estudiantes, deben ajustarse a ello o de plano buscarse otra carrera. Lamentablemente están demasiado azuzados por líderes de la CNTE que se enquistaron en la Normal de Tiriperío.

Foto: Rogelio Arellano.

El otro día, con un compañero editor, buscando fotos de normalistas, establecimos el reto de encontrar una imagen o nota que no fuera sobre protestas, que hablara de algún logro académico o deportivo de los estudiantes de las normales, o que encontráramos a algún maestro que haya trascendido más allá del ámbito político, sino como líder social o emprendedor. No encontramos ninguna nota informativa o foto que no fuera de normalistas bloqueando, enfrentando a la autoridad, siendo detenidos o marchando.

Postdata a lo NWA

Los hechos ocurridos en Minneapolis, Minnesota, donde el afroamericano George Floyd fue asesinado por un policía blanco, han desatado protestas y enérgicas exigencias de justicia, sobre todo entre líderes afroamericanos y artistas de rap.

Uno de los raperos que más han criticado el proceder de los oficiales es Ice Cube, quien siempre ha sido muy crítico hacia el proceder de los agentes de policía.

Él formó parte de NWA, grupo de rap que fue una piedra angular en la historia del hip hop con sus denuncias, muy a su estilo, de los abusos de la autoridad.

Una canción que los puso entre ceja y ceja del FBI fue “Fuck the Police”, del disco “Straight outta Compton”, de 1988, y que ahora viene muy a cuento pues refleja las reacciones actuales ante una policía que ve un delincuente en cada afroamericano. Escúchela, se la recomiendo. Es cuánto.