La poesía

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

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Miguel Ángel Martínez Ruiz

La poesía se manifestó en tres diferentes géneros: épico, dramático y lírico. Se ha cometido el error de limitar la creación poética únicamente a la lírica, en lugar de aceptar los tres géneros que le corresponden por antonomasia. El lírico adopta un tono subjetivo y sentimental. Otra equivocación consiste en asumir sólo la corriente del momento, olvidando todo el proceso de la creación poética.

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Se han identificado en  la poesía tradicional cuatro protagonistas: el objeto, el creador, la obra y los receptores. Sobre el objeto puede decirse que es la realidad. Según Jacques Audiberti, “Sería la religión, la vida, la memoria, la noche, las mujeres, la dulzura, toda cosa en el momento de llegar a ser.” Es necesario mencionar que la poesía se da en dos planos: afectivo (sentimientos) e intelectivo-práctico (voluntad e inteligencia, además de la razón).

El poeta es el perceptor de sentimientos, los cuales puede escribir por medio de un lenguaje apropiado a su concepción de la realidad objetiva o imaginaria. La sensibilidad es un factor esencial, ya que a mayor sensibilidad se tendrá la posibilidad de crear matices más complicados, exquisitos, tenues, etc. A propósito de esta afirmación, las palabras siempre serán insuficientes para expresar los sentimientos humanos. Según Rousseau, “La poesía es ante todo una manera de ser”. La poesía se concibe como traslación al lenguaje de un estado espiritual, es decir, la poesía se produce en el momento en el que el poeta expresa lo que siente.  René Guy Cadou dice sobre la poesía: “Es un gran impulso que nos transporta hacia las cosas usuales como el cielo que nos desborda”. Para Malcom de Chazal, “La poesía es el arte de trasmitir la vida en palabras”.

Otro autor, René Menard sostiene: “Se trata de hacer explícito cierto movimiento del alma y darle la expresión transmisible por el solo uso de las palabras”. La poesía como un ente autónomo expresado en palabras. Esto significa que sólo se considera poesía después de la creación al papel escrito, el ser abstracto que serían las palabras ahí reunidas. Motivo por el que André Verdet asevera: “La poesía es el mismísimo lenguaje primitivo”, lo cual significa una búsqueda de la realidad del hombre desde sus orígenes más antiguos. “La poesía es un lenguaje que se las arreglaría sin las palabras, si pudiera”, Jean Rousselot. Para el lector o receptor, cada persona vive o revive (recrea) el poema al leerlo, y se identifica o no con lo expresado de acuerdo a su propia experiencia de vida. Algunas veces el lector siente haber pensado  antes lo expresado en un poema.

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En toda creación humana se trata de lograr la obtención de valores, los cuales, según Hartman, recorren cuatro etapas: conciencia del valor, sentimiento, voluntad y acción. La poesía abarca estas etapas, y quien aspira a ser poeta debe seguirlas fielmente.

A través de la historia de la literatura, han existido dos grandes épocas: 1) La tradicional y 2) La que propiciaron los movimientos de vanguardia (del francés: avant, adelante, y garde, guardia). La primera se caracterizó por A) Referirse a cosas u objetos, personas, situaciones, etc., particularmente bellas; B) Mensaje perceptible (comprensible) por todos los seres humanos, aunque, como resulta obvio, haya sido creado con ciertas exigencias lingüísticas; C) Obedece a reglas de ritmo y rima (exigencia musical).

Chateaubriand exhorta a pintar “la naturaleza, la bella naturaleza”, con la poesía. Y algunos otros autores coinciden en señalar que el arte no debe ocuparse de los monstruos, sino de lo bello en una concepción muy influenciada por el racionalismo renacentista, corriente filosófica que representa Descates.

“La poesía es para utilidad o para deleite de los hombres”, al decir de Ignacio de Luzán en su tratado de “Poética o reglas de la poesía en general y de sus principales especies”. “El fin supremo del verso es agradar”, Leopoldo Lugones, máximo exponente del modernismo argentino. Conforme a este criterio y los demás puntos de vista, la poesía requiere de un lenguaje adecuado, poético. Aunque las palabras se toman del lenguaje común y corriente, pero se poetizan en el contexto poético o mediante tropos o figuras retóricas. Así pues, la poesía es la audaz deformadora y a la vez transformadora del poder expresivo de las palabras.

La poesía se desligó de sus orígenes musicales, pero aún conserva atributos de la música, tales como: el ritmo, la rima  y la métrica. Por ritmo se entiende  la repetición de líneas de igual cantidad de sílabas, idénticamente acentuadas. La rima consiste en hacer coincidir la terminación de cada línea con palabras cuyas sílabas sean iguales o análogas. Como resultado de los dos atributos anteriores (elementos que se pueden justipreciar como primarios), apareció la métrica, esto es, los cuartetos, pareados, sextinas, el soneto, el romance, la décima, los endecasílabos, etc. Como se puede observar, el ritmo también es rima y la rima también es ritmo. Sin embargo, la estructura del verso latino “era determinada por  la cantidad periódica de cada sílaba o pie: la combinación de largas y breves producía una verdadera música. Posteriormente, no se tuvo en cuenta la cantidad, entonándose el verso por su acentuación, como hacemos ahora. Entonces la rima sustituyó con uno más complejo el perdido efecto musical: de aquí que la rima sea esencial para el verso moderno”, opinaba el poeta y erudito Leopoldo Lugones.

Por conseguir la rima, los poetas tradicionales se veían obligados a utilizar vocablos con parecido físico, pero carentes de sentido lógico, es decir, metáforas arbitrarias, derivadas de la simple consonancia. Era importante la forma, pero también el contenido. También adecuar  la forma al contenido y no el contenido a la forma.

Se llama poesía tradicional a la que se dio desde el siglo X a. de C. hasta finales del siglo XIX, y poesía de vanguardia a determinados movimientos  literarios producidos en el siglo XX.

Como se sabe, la poesía nació en Grecia bajo su forma épica, vinculada a la música. Se afirma que los aedas cantaban sus hexámetros narrando las hazañas de los héroes, con una marcada tendencia realista. Algunos siglos después nace la lírica (que procede de la lira, instrumento predilecto del dios Apolo) como consecuencia de un proceso de subjetivización.

“La vanguardia, tal como yo la entiendo, dice Guillermo de Torre, en su sentido más extenso y mejor, no ha significado nunca una escuela, una tendencia o una manera determinada. Sí el común denominador de los diversos ismos echados a volar durante estos últimos años. Y a propósito, recientemente se ha publicado un inventario nominal de esos ismos literarios y artísticos”. Entre ellos destaca: futurismo, expresionismo, cubismo, ultraísmo, dadaísmo, superrealismo (también llamado surrealismo), purismo, constructivismo, neoplasticismo., abstractivismo,  babelismo, zenitismo, simultaneísmo, suprematismo, primitivismo y panlirismo. Estos movimientos tenían como rasgo común: convertirse en un nuevo espíritu mundial, caracterizado por la descentralización, esto es, separarse de la tradición literaria preexistente. Por eso sus lemas fueron o han sido: Internacionalismo y antitradicionalismo, aunque el primero implica al segundo.

A partir de los poetas  disidentes del simbolismo francés Verlaine, Mallarmé, Corbiére y Laurtréamont, surge una nueva poesía que se opone abiertamente a  toda la poesía tradicional. Este fenómeno se produjo alrededor de 1870.

Ortega y Gasset, en 1925, proclamó la deshumanización como nota principal de las escuelas vanguardistas. Hatzfeld lo señala como un “antirrealismo”. Paul Valéry afirmó: “A  la poesía… por una especie de exhaustación, de supresión progresiva de los elementos prosaicos de un poema. Entendemos por prosaico todo lo que puede, sin prejuicio, ser dicho en prosa; todo lo que, historia, leyenda, anécdota, moralidad, hasta filosofía, existe por sí mismo, sin el concurso necesario del canto.”

Al vanguardismo llegó a considerársele como una rebelión contra la belleza y también contra el lenguaje.

Hay dos instancias que deben tomarse en cuenta en la creación poética: la primera de carácter psicológico,  interna del creador, y la segunda viene a ser propiamente literaria, ya que consiste en la exteriorización lingüística de las emociones, sentimientos, etc., cuya procedencia es la psique del poeta.

Tanto el movimiento surrealista como el creacionista, concebidos como absolutos, “no pretenden comunicarse con los demás hombres; solo quieren servir como instrumento para acercarse al misterio.”

La poesía vanguardista quiere liberarse de la formalidad que le impone el tradicionalismo con sus yugos musicales y decorativos, las condiciones de la sociedad naciente, es decir, la capitalista, le exige que se adapte a las exigencias políticas, es decir, que sirva como instrumento para fines de este tipo. Pero, el arte no puede desde ningún punto de vista someterse a la política, porque ningún arte debe regirse por los principios de otro.

Según Spengler, “… el hombre arrebató a la naturaleza el privilegio de la creación… a cada nueva creación se aleja más y es más hostil a la naturaleza”.

Las artes pueden dividirse, según César Fernández Moreno, en representativas y no representativas. En una punta, la poesía es el arte representativo por excelencia, pues al componerse de palabras, que lo son esencialmente, trae siempre una referencia a otra cosa que no es el producto artístico en sí.  En la otra punta, la música, que, al integrarse por sonidos carentes de significado, es autónoma por definición.”

Conforme a este orden de ideas, la literatura es una disciplina expresiva, una técnica lingüística que consiste en la representación escrita de contenidos psíquicos valiosos, con la intención y capacidad de transmitirlos a una serie indefinida de sujetos receptores.

La literatura tiene tres condiciones: lingüística, psicológica y axiológica. La primera por su vinculación con el lenguaje, la segunda que presupone la mentalidad creadora y la tercera referente a los valores hacia los cuales debe aspirar.

Sea como fuere, la poesía siempre ha sido, es y será un arte para expresar los sentimientos humanos.