JUEGOS DE PODER |El ridículo de las encuestas, hacia atrás y hacia adelante

¿Por qué deberían de confiar las llamadas “corcholatas” en los resultados que reporten las encuestas cuando se anuncie a la ganadora?

Foto: twitter

LEO ZUCKERMANN

Al final, el PREP del Estado de México arrojó los siguientes resultados. Primer lugar en la elección de gobernadora: Delfina Gómez (Morena, PT, Verde) con 52.65% de los votos. Segundo lugar: Alejandra del Moral (PAN, PRI, PRD, NA) con 44.34%. La diferencia entre una y otra fue de 8.31 puntos porcentuales.

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La gran mayoría de los encuestadores se equivocaron en sus últimas mediciones antes de las elecciones. Fueron uno de los perdedores del domingo en los comicios mexiquenses.

Tengo frente a mí una tabla que contiene 27 de las últimas encuestas que se levantaron. Algunas, pocas, se publicaron. La mayoría, no. Por desgracia, ya son pocos los medios de comunicación que contratan y reportan encuestas preelectorales.

De las 27 encuestas, 23 le daban una diferencia de dos dígitos a Delfina sobre Alejandra. Seis reportaban una brecha de más de veinte puntos porcentuales. La que más hablaba de hasta 24.6 puntos entre el primer y segundo lugar. Solo se equivocó por 16.3 puntos porcentuales, tres veces más que la diferencia real.

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Honor a quien honor merece. Las dos encuestas publicadas que arrojaron los resultados más certeros fueron la de México Elige para Radio Fórmula que traía una diferencia de 6.4 puntos porcentuales a favor de Delfina y la del periódico Reforma con diez puntos.

Todas las demás tienen mayores diferencias y, por tanto, erraron en el pronóstico. Algunas más gacho que otras.

A estas alturas del sexenio, es evidente que los encuestadores están sobreestimando las intenciones reales de voto a favor de Morena y subestimando las de la oposición.

Espero, como han hecho los encuestadores serios en el pasado, que como gremio hagan una reflexión de por qué el método demoscópico está fallando.

Esto es muy importante rumbo al 2024. Al país no le conviene lo que ocurrió en los comicios del Estado de México. La idea que la elección ya estaba definida, que la ganaría Delfina cómodamente y que, por tanto, la jornada electoral sería un mero trámite.

La propia campaña de Gómez se encargó de difundir esta tesis del “hecho consumado” en spots de radio y televisión. Se trata de una típica estrategia de campaña para desincentivar el voto de los opositores. “Mira, no te hagas bolas, esto ya está definido, va a ganar nuestro candidato y por mucho, así que no pierdas tiempo en asistir a las urnas para votar por el que va a perder”.

En el Edomex, la abstención fue alta: 50% del padrón no asistió a votar. ¿Habría ido más gente a votar si la percepción sobre la elección es que venía más cerrada de lo que reportaban los encuestadores? Probablemente. Es sabido que las elecciones más competidas atraen a más electores.

Morena, desde luego, va a tratar de replicar la estrategia del “hecho consumado” para la elección de 2024. Ya lo está haciendo minimizando las posibilidades de la oposición de ganar el año que viene. Nomás faltan encuestas que, como en el Edomex, trasmitan esta idea para que se convierta en realidad.

El Estado de México nos enseña que hay que tener mucho cuidado con las encuestas en 2024. Muchísimo. Entre que hay errores metodológicos y algunos encuestadores publican sondeos de propaganda, la información puede ser errónea.

Un último punto sobre el pobre desempeño de las encuestas en el Edomex. Supuestamente Morena elegirá a su candidato presidencial por medio de encuestas. Pero éstas resultaron un fiasco para medir lo que realmente pensaba el electorado mexiquense.

¿Por qué deberían de confiar las llamadas “corcholatas” en los resultados que reporten las encuestas cuando se anuncie a la ganadora?

Digamos que Sheinbaum efectivamente se alza con la victoria porque Morena publica las encuestas que le daban un margen de diferencia de cinco a diez puntos frente a Ebrard. ¿Con qué seguridad va admitir Marcelo que perdió en buena lid con instrumentos demoscópicos que han perdido credibilidad?

Lo bueno es que lo de las encuestas de Morena es pura faramalla. Al final será López Obrador, con su dedito, el que decida quién será el candidato presidencial morenista. Pero Mario Delgado deberá preparar un buen show demoscópico para legitimar la decisión del Presidente. No está nada fácil después del ridículo que demostraron las encuestas en el Estado de México.

Twitter: @leozuckermann