PUNTO NEURÁLGICO | Mi patria

En este poema López Velarde supo captar, a través de pequeños cuadros y estampas poéticas, el verdadero sentido de esa patria nueva con realidades y rasgos de una mexicanidad profunda y verdadera.

Luis Sigfrido Gómez Campos

El tema de la patria, en la poesía, es un tema difícil de abordar, sobre todo cuando contamos con la referencia inigualable de Ramón López Velarde con su obra “La suave Patria”, publicada en 1921 que, por lo tanto, está cumpliendo 100 años de su aparición.

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La suave Patria de López Velarde es la última obra que escribió el vate y ha sido considerado el poema fundamental de la vida nacional que cierra el ciclo literario del modernismo e inaugura la etapa de la poesía contemporánea en México; es un poema extenso que ha cobrado gran popularidad y del cual se han publicado un número indeterminado de libros, estudios, investigaciones, ensayos y artículos. Aunque muchas veces se le quiso ver como el poema que reflejaba el sentimiento nacionalista del movimiento armado que recién había culminado, dicho poema dista mucho de ser el ideario de la revolución mexicana.

En este poema López Velarde supo captar, a través de pequeños cuadros y estampas poéticas, el verdadero sentido de esa patria nueva con realidades y rasgos de una mexicanidad profunda y verdadera.

Escribir sobre la patria, después de Ramón López Velarde es tarea compleja. Sin embargo, años después José Emilio Pacheco lo intentó magistralmente, en un brevísimo poema que intituló “Alta traición”, el cual me permito transcribir: “No amo mi patria.//Su fulgor abstracto//es inasible.//Pero (aunque suene mal)//daría la vida//por diez lugares suyos,//cierta gente,//puertos, bosques de pinos,//fortalezas,//una ciudad deshecha,//gris, monstruosa,//varias figuras de su historia,//montañas//-y tres o cuatro ríos”.

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Este poema de José Emilio no requiere comentario, su belleza poética resulta evidente en su concisión. Amo ese poema, igual que el de don Ramón López Velarde.

Conociendo la dificultad del tema me propuse realizar una obra musical donde plasmo lo que siento en relación a “Mi Patria”, dicha obra la estoy compartiendo en mi plataforma de Facebook y también a través del canal de YouTube, donde se puede buscar poniendo mi nombre completo, junto con el título de la canción “Mi Patria”, para quienes sientan curiosidad por el manejo que doy a este tema en este mes patrio.

A continuación, me tomo la atribución de reseñar el contenido de la obra que someto a su consideración: “Mi Patria”, es un proyecto con un marcado carácter nacionalista. Está compuesta en dos partes, la primera, muy accesible, escrita en versos octasílabos, musicalizada a ritmo de huapango, que exalta los valores de la nación mexicana a través de símbolos como luminosidad, tragedia, la historia violenta de nuestro país, comedia, esperanza, gloria, fiesta, alegría, tristeza, mujer dormida, sueños de grandeza, héroes de la revolución mexicana como Villa y Zapata, poesía, el sentimiento de una raza, sangre, rebeldía, contradicción, peleas de gallos, emoción y nuestro segundo himno nacional: el huapango de Moncayo.

La segunda parte, con estructura métrica más compleja y un lenguaje poético más evocativo, en versos endecasílabos (de once sílabas cada uno), en el puente (intermedio musical), se hacen referencias a “El Laberinto de la Soledad”, ensayo muy conocido de Octavio Paz, nuestro premio Nobel, publicado en 1950; a “La Región Más Transparente”, primera novela de Carlos Fuentes publicada en 1958 y precursora del llamado Boom de la novela hispanoamericana; al hermoso poema “Alta Traición” del escritor recién fallecido José Emilio Pacheco (quien fuera esposo de Cristina Pacheco, la escritora que tiene un programa cultural en la TV); al pasaje de nuestra historia en que Hernán Cortés mandó quemar las naves para poder realizar la conquista de Tenochtitlan y al poema de Homero Aridjis titulado “Quemar las Naves”; al hecho histórico de la llamada Noche Triste, cuando Hernán Cortés fue derrotado en batalla; dos alusiones a los cuentos de nuestro escritor, Juan Rulfo, “Diles que no me maten” y “Llano en llamas”, y a un mensaje expresado en 2015 por el escritor Fernando del Paso el día que recibió el premio “José Emilio Pacheco a la Excelencia Literaria”, en la Feria Internacional de la Lectura Yucatán en noviembre de 2015 (un nuevo “yo acuso”), todo engarzado en una serie de referencias poéticas alusivas a la tragedia nacional que estamos padeciendo los mexicanos en esta etapa difícil de pandemia.

Así expresado, pareciera que se trata de una obra densa y muy pretenciosa, pero la verdad es que se trata de una canción popular que se puede disfrutar sin tener en cuenta las referencias literarias aludidas. Más bien se trata de una pieza que va dirigida al sentimiento nacionalista a través de algunos símbolos de mexicanidad; mosaicos donde se muestran las contradicciones de nuestro ser patrio, de nuestras desgracias y deseos de ser grandes; de superar los grandes desafíos y disfrutar de nuestros paisajes. Una referencia velada a algunos de los grandes personajes de nuestra literatura y a episodios dramáticos de nuestra historia.

Mi patria, entre otras cosas, “es fiesta y es alegría, en ocasiones, tristeza… es una mujer dormida que sueña con la grandeza”.

luissigfrido@hotmail.com