Clausura la Profeco decenas de funerarias en todo México por abusos e irregularidades

Coyotaje alrededor de hospitales, encarecimiento injustificado, operar en casas o sin las medidas sanitarias, las principales irregularidades

Redacción / La Voz de Michoacán

Ciudad de México. Durante la pandemia de COVID-19 han sido suspendidas o clausuradas un poco más de 155 funerarias del país debido a diferentes anomalías, que van desde no contar con contratos de adhesión registrados ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), a situaciones más graves.

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Este contrato, por ejemplo, precisa los términos y condiciones, plazos, costos, modalidades de todo el servicio que se contrata en un sepelio: tipo de ataúd, fosas, traslado.

Sin embargo, en la emergencia, diversas agencias funerarias han medrado, sobre todo con sus precios.

Ejemplo de una situación grave en el manejo de cadáveres es lo sucedido en días pasados en un domicilio de la Unidad Habitacional Héroes de Tecámac, en el Estado de México. Las autoridades encontraron dos cadáveres en una casa de interés social. En las otras casas no se sabía nada, hasta que el olor a muerto llamó su atención.

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La denuncia vecinal estaba desde el 27 de mayo, y al interior de dicha casa fueron encontrados dos cadáveres envueltos en sábanas, además de ataúdes.

En su momento, la presidenta municipal de Tecámac, Mariela Gutiérrez Escalante, reconoció que la vivienda se había convertido en depósito de cadáveres, aunque en los registros locales no consta ni un solo permiso para trabajar como funeraria en ese sitio.

La Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de México (Coprisem) se apresuró a colocar sellos de Aviso de Requerimiento, pues el inmueble se encontraba suspendido por parte de la autoridad municipal, y de igual forma se pusieron sellos de suspensión al domicilio particular, pues el inmueble no era funeraria ni embalsamadora.

Pero no ha sido el único caso en estos días de pandemia del COVID-19. Han sucedido otros hechos que en el gremio funerario guarda silencio. Otro caso “son las funerarias patito. En el local donde prestan sus servicios o en casas, embalsaman el cuerpo. Se extraen líquidos y gases y se inyectan otras sustancias para conservar los órganos. Pero todo eso que se extrae va directo al drenaje, cosa que no está permitida, contamina…”, acusa el dueño de una funeraria de la Ciudad de México en entrevista con Milenio.

Sin dar su nombre para evitar represalias de sus competidores, señala que de ello pudieron haber tenido conocimiento las autoridades sanitarias correspondientes. Y es que ese negocio en la zona simplemente desapareció.

Ante situaciones graves que suceden en las funerarias ha intervenido la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), pero también la Profeco o bien sus homólogos estatales, por faltas diversas. Por ejemplo, en junio pasado fue suspendida una funeraria en Ecatepec, Estado de México: no contaba con la licencia sanitaria correspondiente y en el pasado había sido suspendida por lo menos cuatro veces. En ese estado, que ocupa el segundo lugar en el país en defunciones de COVID-19, la Coprisem ha suspendido en este tiempo de pandemia a alrededor de 16 funerarias.

Los sellos de suspensión a establecimientos fueron colocados por no contar con la documentación que acredite su legal funcionamiento o porque la infraestructura del lugar no cumplía con la normatividad, o porque no tenían condiciones higiénico-sanitarias adecuadas. Los municipios con más suspensiones, según información oficial, son Ecatepec, Tecámac, Toluca y Nezahualcóyotl, entre otros.

Algo parecido a lo encontrado en Tecámac sucedió en el municipio de Toluca de la misma entidad. En la colonia San Bernardino, los vecinos denunciaron que en un predio se embalsamaban cuerpos. Lo mismo, la autoridad colocó sellos de suspensión.

En entrevista, David Carlos Velázquez Saldívar, integrante de la Asociación Nacional de Directores de Funerarias, A. C. (ANDF) y del Memorial Jardines de Santa Cruz en Chalco, señaló que esta ha sido una lucha recurrente.

“Hemos tratado de cumplir con lo que disponen las autoridades sanitarias y en el caso del embalsamado de cuerpos, sólo se hace por muerte natural, nada con fallecidos por neumonía o enfermedades respiratorias”, dijo.

Ejemplos de anomalías en funerarias hay muchas. En Tijuana, Baja California, según el delegado del gobierno federal, Alejandro Ruiz, han sido cerradas 12. Ello por cobros de hasta 50 mil pesos por cremación o por operar en un mercado de abastos.

En Baja California también han sucedido casos inusitados. La Profeco suspendió a la funeraria San José por entregar un ataúd sin cuerpo, del cual se dieron cuenta los familiares cuando iban a enterrarlo en el Panteón Sonora, ubicado en la ciudad de Mexicali.

O, por ejemplo, casos como lo sucedido en la funeraria Monte Ararat, que ofrecía el servicio de cremación sin tener un horno, además de acumular los cadáveres sin cuidados ni refrigeración.

La Comisión Estatal de Protección Contra Riesgos Sanitarios clausuró temporalmente la Funeraria de la Cruz en Tijuana por no tener la ventilación adecuada para los cuerpos y tener fallecidos por COVID-19 con otros ajenos a dicha enfermedad.

Integrantes de la ANDF reconocen que hay irregularidades de todo tipo. En Torreón, Coahuila, la Jurisdicción Sanitaria número 6 ha cerrado por lo menos 8 funerarias por incumplir con protocolos de sanidad por la contingencia del COVID-19, dijo el encargado del área de Regulación Sanitaria en la dependencia, José Luna Riojas.

Al sureste del país, en Yucatán han sido cerradas temporalmente un poco más de ocho funerarias. Adicional, según los registros de la Profeco, un poco más de diez han sido sancionadas, principalmente por irregularidades en los cobros.

Consultada al respecto, la encargada de Profeco en el estado, Sisely Burgos Cano, informó que los cierres han sido principalmente por no contar con contratos de adhesión registrados ante esta dependencia, o bien, no contaban con precios a la vista o por no entregar un comprobante de pago.

Y narró algo que sucede en casi todas las agencias funerarias de México. La presencia de coyotes o comisionistas o intermediarios en los alrededores de hospitales que ofrecen paquetes funerarios a familiares de muertos, y que actúan en colusión con personal médico o paramédico.

Al respecto, el también integrante de la ANDF y propietario de la Funeraria Mérida y Crematorio Fénix, Héctor Morali Tinajero, dijo que de cada diez servicios funerarios, tres se hacen por medio de los coyotes que enganchan a los clientes y venden paquetes hasta al doble del precio.

Señaló que en la entidad han surgido funerarias “patito” pero que estas no han fructificado. Ello ha sido así porque los protocolos o medidas sanitarias de prevención y atención a contagiados “han sido de vanguardia en Yucatán”, y aunque no existen protocolos oficiales, “las empresas funerarias han copiado los que hay a nivel federal o de otros países”.

En el estado de Puebla, la Unidad de Normatividad y Regulación Comercial ha realizado a la fecha por lo menos cinco clausuras, debido a la falta de permisos de cremación, falta de medidas de protección civil o bien contaban con permisos para operar como funeraria pero sin autorización para cremar cuerpos. Y pese a ello lo hacían.

Según datos oficiales, los registros de suspensión de agencias funerarias en el país, debido a algún tipo de irregularidad, varían: por ejemplo, en Aguascalientes, solo se tiene el cierre de 2; en Chihuahua, 7. En el estado de Oaxaca, han sido cerrados tres crematorios que actuaban al margen de la ley. Esto ocurrió en los municipios de San Pablo Etla y Tlalixtac de Cabrera.

Donde de plano se ha desbordado la suspensión de agencias funerarias ha sido en San Luis Potosí. Aquí la Comisión Estatal de Protección Contra Riesgos Sanitarios (Coepris) tiene un registro, hasta junio pasado, de 24 cierres temporales.