Aislamiento por la pandemia de COVID-19 no ha aplicado para sectores vulnerables de Morelia y área conurbada

Ante la alta movilidad que ha mantenido un amplio porcentaje de la población, es necesario crear estrategias entre municipios, alerta especialista

Foto: Samuel Herrera Jr.

Juan Bustos / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Durante el periodo de la Jornada Nacional de Sana Distancia (JNSD), una cuarta parte de la población no pudo quedarse en casa de manera continua en Morelia; asimismo, los sectores más vulnerables de los municipios conurbados no pudieron dejar de movilizarse a pesar de las condiciones de pandemia. Estos datos son parte de los resultados del Proyecto “Permanencia en casa e impactos socio-económicos de la COVID-19 en Morelia y municipios conurbados (COVID-19/ZM Morelia)”.

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Dicho proyecto fue presentado ayer por académicos del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) de la Universidad Nacional Autónoma de México, y se desarrolló entre abril y julio del presente año en torno a la jornada de sanad distancia desarrollada entre el 30 de marzo y el 30 de mayo. Con el estudio también buscaban cómo reconocer los impactos económicos y sociales en diferentes segmentos de la población y zonas de residencia.

Ana Burgos, investigadora e integrante del proyecto, expuso que los datos que se arrojan son interesantes en términos de que dan una idea de comportamiento y de la movilidad de los diferentes sectores, así como los municipios de Álvaro Obregón, Charo y Tarímbaro.

Destacó que en los meses de la JNSD, de acuerdo con los resultados, el 77 por ciento de los encuestados residentes en Morelia y el 70 por ciento de los residentes en los municipios conurbados estudiados mostraron un nivel de autoconfinamiento alto y muy alto, por lo que es posible considerar que se realizó un gran esfuerzo por parte de la población en general, en particular de los sectores en condiciones socioeconómicas menos favorable.

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La investigadora comentó que precisamente estos resultados contrastan con lo que se está viviendo en estos momentos en torno al crecimiento de la pandemia en Morelia.

Durante este periodo de dos meses, en Morelia se detectó que las personas con mayor vulnerabilidad sanitaria debido a su edad, género, medio de transporte y familiares con comorbilidades, mostraron una movilidad similar al resto de los encuestados.

“Una de cada cuatro personas debió salir con alta frecuencia semanal al espacio público, ello con independencia de su condición de riesgo ante la enfermedad. Parece necesario insistir con el mantenimiento de medidas de prevención, de manera más dirigida a las personas de alta vulnerabilidad sanitaria que necesariamente deben exponerse al espacio público”, señala la investigación.

La académica indicó que tras el paso de la pandemia y con la “normalización” de la misma, en el sentido de que las personas se han acostumbrado a la información o existen otras a las que no les llega de manera debida, incluso aquellas que no creen en las noticias que les llegan, es necesario que se establezcan formas más creativas de poder llegar la población y que es precisamente un tema donde se requiere innovar por parte de gobiernos y medios de comunicación.

La investigadora consideró que se vuelve necesaria la colaboración entre los gobiernos municipales para evitar que se formen estos corredores de contagio entre municipios, debido a que, como lo muestra el estudio, durante la pandemia fueron precisamente los sectores más vulnerables lo que si se movilizaron un 34 por ciento.

De acuerdo con el estudio, en general, tanto en Morelia como en los municipios conurbados, la muestra reflejó una excelente y buena capacidad de prevención y respuesta ante la COVID-19, una condición que se manifestó en el 74 por ciento de los encuestados en la capital y el 79 por ciento de los residentes en municipios conurbados. La baja incidencia de contagios durante el periodo del 30 de marzo al 30 de mayo en estos municipios parece concordar con estos datos.

Sin embargo, en Morelia, un 26 por ciento de los encuestados mostraron una capacidad de prevención y respuesta ante la COVID-19 débil o deficiente; estas personas estuvieron presentes en todos los sectores socioeconómicos, aunque las deficiencias fueron más preocupantes en los sectores de alta y media vulnerabilidad social debido a los rezagos que estos sectores tienen para enfrentar cualquier amenaza.

Por su parte, en los municipios conurbados el 21 por ciento de los encuestados mostró una capacidad de prevención y respuesta débil o deficiente. Dado que el patrón es similar entre todos los municipios, las acciones coordinadas entre ayuntamientos podrían incrementar la capacidad de respuesta de estos sectores.

La investigadora señaló que si bien la encuesta tiene un sesgo al ser en su mayoría por encuestas virtuales donde hay una subrepresentación de los sectores más vulnerables, señala que precisamente estando consientes de este sesgo, la información es muy útil.