Ovidio Guzmán le tiene devoción al mismo santo que Pablo Escobar

Este santo se considera el patrono de los prisioneros, mineros, excombatientes de guerra, víctimas de secuestro y migrantes, pero los narcotraficantes también le rinden culto

Redacción / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. La madrugada de este jueves fue recapturado Ovidio Guzmán, el hijo del Chapo, quien también es líder del grupo delictivo conocido como Los Menores, una facción del Cártel de Sinaloa.

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En conferencia de prensa, el secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, destacó que su detención se logró gracias al personal del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, en coordinación con el Centro Nacional de Inteligencia, el CENFI, así como la Fiscalía General de la República y la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa.

No obstante, se ha desatado una ola de violencia en Culiacán, Sinaloa, ya que grupos armados recorrieron las calles para causar disturbios. De igual forma, comandos armados ingresaron al Aeropuerto Internacional de Culiacán para atacar a un avión civil de Aeroméxico y un avión de la Sedena.

En el 2019, durante un operativo en Culiacán, Ovidio, también conocido como El Ratón, fue detenido y luego liberado.

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Al momento de su detención al que se le llamó “Jueves Negro”, el hijo de uno de los narcotraficantes más influyentes de América Latina y Europa usaba una camisa azul, pantalón negro, una gorra negra y un escapulario, por lo que se puede observar en las fotos.

Dicho escapulario, que es una pieza de tela que suele formar parte del hábito de algunas congregaciones religiosas católicas, tenía la imagen del Santo Niño de Atocha.

Este santo en particular se considera el patrono de los prisioneros, mineros, excombatientes de guerra, narcotraficantes, víctimas de secuestro y migrantes.

Asimismo, la devoción al Santo Niño de Atocha en el país se extiende por cada rincón de los estados, con especial fervor en Zacatecas, Chiapas, Aguascalientes y San Luis Potosí. De hecho, hay un santuario ubicado en la comunidad de Plateros en Fresnillo, Zacatecas.

La devoción por el Santo Niño de Atocha empieza en el siglo XIII en España, cuando fue invadida por musulmanes y tomaron a muchos cristianos como prisioneros.

Ya encarcelados, no se les permitía comer, y las mujeres, preocupadas, acudieron a orar ante la Virgen María, Nuestra Señora de Atocha, que lleva al Niño Jesús en brazos, pidiéndole que fortaleciera a los presos, de acuerdo con la Diócesis de Zacatecas.

Posteriormente, cuentan, los presos vieron a un niño que llevaba pan y agua a los encarcelados.

Por esta razón varios narcotraficantes como Pablo Escobar, Arturo Beltrán Leyva, Ovidio Guzmán, entre otros, le tienen una fuerte devoción al Santo.

Asimismo, se dice que Beltrán Leyva murió rodeado de estampas religiosas, escapularios chinos y bolsas de santería dentro de su pantalón.