Especialistas advierten que 454 mil menores no recibieron vacunas básicas en México en 2020

Según la OMS en 2020, casi 23 millones de niños no recibieron vacunas básicas administradas a través de los servicios de salud habituales a nivel global

Foto: Cortesía.

Redacción / La Voz de Michoacán

Ciudad de México. En México, 454 mil menores no recibieron vacunas básicas durante 2020, lo que representa un retroceso importante en el control y erradicación de enfermedades infecciosas, asegura César Martínez Longoria, pediatra infectólogo y profesor clínico del Hospital San José TecSalud del Tecnológico de Monterrey.

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Martínez Longoria comentó que la Cartilla Nacional de Vacunación incluye la vacuna hexavalente, la cual ofrece protección contra la hepatitis B, difteria, tétanos, tos ferina, haemophilus influenzae tipo B y poliomielitis.

Conforme al Esquema Nacional de Vacunación, todos los niños deben recibir la vacuna hexavalente a los 2, 4, 6 y 18 meses de edad. Una vez aplicadas todas las dosis, se obtiene 98 por ciento de eficiencia en la protección de las enfermedades”.

Por ello, es importante que los padres de familia actualicen el esquema de vacunación de sus hijos aún durante la cuarta ola de la pandemia, con el fin de protegerlos contra enfermedades que pudieran ser devastadoras; sobre todo ahora que se están normalizando cada vez más las actividades rutinarias.

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Si bien esta situación ha causado retrasos en la aplicación de las vacunas, es necesario recalcar que los intervalos superiores a los recomendados entre dosis no disminuyen la respuesta inmune, por lo tanto, es primordial completar la serie primara o los refuerzos con las dosis pendientes para que los menores quede correctamente vacunados y protegidos.

Por su parte, Daniel Gregory López Rodríguez, gerente médico en Sanofi Pasteur México, agregó que, “a pesar de que la cuarta ola de covid-19 mantiene al alza los contagios, es crucial que continúen las actividades de vacunación para los niños y así evitar que los sistemas de salud tengan que enfrentar la carga adicional que podrían provocar los brotes de enfermedades prevenibles. “Las vacunas salvan más de cinco vidas cada minuto, de modo que, ya antes de la llegada del covid-19, han evitado hasta tres millones de muertes al año”.

Las vacunas hexavalentes para los niños, y un total de 14 vacunas para todas las edades, permiten cumplir el propósito de que nadie sufra o muera a causa de una enfermedad que puede ser prevenida. Además, estamos en fases avanzadas de desarrollo de vacunas para el Virus Sincicial Respiratorio (VSR) y contra el covid-19.

La situación es diferente en otros países ya que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2020, casi 23 millones de niños no recibieron las vacunas infantiles básicas administradas a través de los servicios de salud habituales a nivel global, la cifra más elevada desde 2009 y 3.7 millones más que en 2019 debido a las restricciones de movilidad por la pandemia.

Se trata de un retroceso importante en la salud infantil global, considerando que en el mundo actual la vacunación es una de las medidas de salud pública más costo-efectivas, ya que reduce de forma significativa la morbilidad y mortalidad asociadas a diversas enfermedades infecciosas, especialmente en los niños.

Por ejemplo, la inmunización de menores frente a enfermedades graves, como la difteria, tos ferina, tétanos, poliomielitis, haemophilus influenzae tipo B y Hepatitis B evitan de 2 a 3 millones de muertes y evitan la discapacidad de 750 mil niños cada año a nivel mundial.

Específicamente, se estima que las coberturas de vacunación para enfermedades como la difteria, tosferina y tétanos fueron del 76.7 por ciento, lo que representa una reducción del 7.7 por ciento. Esta situación los deja en riesgo de contraer enfermedades que pudieran ser prevenibles.

Una manera de mantener los esquemas de vacunación infantil actualizados es a través del uso de vacunas combinadas, es decir, de vacunas que contienen antígenos de dos o más microorganismos.

Las vacunas representan un mejor costo-beneficio que la aplicación de vacunas monovalentes, ya que mejoran la logística y los tiempos de aplicación de los médicos. Además, al disminuir el número de inyecciones, reducen el número de visitas a los centros de vacunación y proporcionan un mayor confort a los niños. Por otra parte, su uso simplifica su manejo, transporte y almacenamiento.