Cárteles, indiferentes a los "abrazos" de AMLO; 2019 cierra con 40 grupos armados

Mientras el presidente de México insiste en la estrategia de «abrazos, no balazos», la delincuencia organizada sigue asolando a gran parte del país

Jorge Ávila / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Desde su etapa como candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador mostró su negativa a emprender un combate frontal a la delincuencia organizada, como en su sexenio lo hizo Felipe Calderón, y en mucho menor medida, Enrique Peña Nieto, entre 2012 y 2018.

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La razón que el actual gobierno federal ha dado para no seguir con la estrategia armada para enfrentar a los cárteles de la droga es la necesidad de detener la violencia que desde 2006 desbordó al país. Ahora, el presidente cierra el año 2019 con casi 40 grupos activos.

Delincuencia, como bola de nieve

Según análisis de esta casa editorial, durante el sexenio de Felipe Calderón, las detenciones de grandes capos de la droga implicaron que al debilitarse las estructuras principales, éstas se ramificaron en pequeñas células que al cabo de dos sexenios han venido fortaleciéndose, desatándose cruentas luchas por el control de los territorios, lo cual ha aumentado aún más la cifra de muertos y desaparecidos, víctimas de la narcoviolencia.

Las cifras son contundentes: de 2007 a 2012, el número de muertes violentas alcanzó los 121 mil 683 homicidios, de acuerdo con cifras del INEGI, a lo que hay que sumar 26 mil 112 en la cifra roja de ese sexenio.

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Durante 2012, el último año de gobierno de Calderón, los estados de Chihuahua y Guerrero fueron las entidades con el índice más alto de muertes violentas al registrar 77 homicidios por cada 100 mil habitantes durante ese año.

Ese mismo año, las entidades con el menor número de homicidios por cada 100 mil habitantes fueron Aguascalientes y Yucatán, con un índice de 4 y 2, respectivamente.

Para el periodo de gobierno siguiente, en el sexenio de Enrique Peña Nieto se reportaron 156 mil 437 homicidios, 34 mil 754 más que en la administración de Calderón, lo que constituye el monto más alto de los últimos cuatro sexenios desde que el INEGI empezó a recabar estos datos.

Entre las principales causas de muerte se encuentran los asesinatos por disparo de arma de fuego, con casi 70 por ciento, seguidos por agresión con objeto punzocortante, así como por ahorcamiento, estrangulamiento y sofocación, con 18 por ciento en conjunto.

Foto: Archivo.

Las entidades donde se registraron más homicidios durante el pasado sexenio son Estado de México, con 17 mil 891 casos; Guerrero, con 13 mil 979; Chihuahua, 12 mil 421; Jalisco, 9 mil 564; Guanajuato, 9 mil 482; Baja California, 8 mil 569; Michoacán, 7 mil 966; Sinaloa, 7 mil 619; Ciudad de México, 7 mil 349, y Veracruz, con 7 mil 113.

Estas 10 entidades concentraron 65 por ciento del total de muertes reportadas en el gobierno de Peña Nieto.

La hidra del narcotráfico

Durante el sexenio de Vicente Fox y al iniciar el de Felipe Calderón el poder se lo disputaban dos grandes cárteles que facilitaban la operación de células que les permitían tener el control de las plazas: Cártel de Sinaloa, Cártel del Golfo, Cártel de Juárez y el de los Arellano Félix.

Pero con la guerra emprendida por Calderón también empezaron las pugnas internas, lo que diversificó el espectro de la delincuencia organizada, así, el gobierno tuvo frente a sí a los cárteles del hegemónicos, pero saltaron a la disputa agrupaciones como los Beltrán Leyva, que habían roto relaciones con los de Sinaloa, y Los Zetas, que se habían desligado del Cártel del Golfo tras la captura de Osiel Cárdenas y que ya operaban por su cuenta en el centro del país y de ahí hasta llegar a Michoacán, donde sus antiguos aliados se les enfrentaron y conformaron lo que dio en llamarse La Familia Michoacana, que luego dio pie a Los Caballeros Templarios. Además de esos grupos había células que operaban de manera local en sus zonas de control, pero con el permiso de los grupos más poderosos, a quienes servían como testaferros.

Foto: Especial.

Ya en el sexenio de Enrique Peña Nieto los grupos delictivos se multiplicaron como cabezas de la hidra al fortalecerse lo que antes eran sólo brazos armados y darse aún más rupturas en los grandes cárteles, como el Sinaloa, que tras la caída Joaquín Guzmán Loera se repartió entre Ismael Zambada y los hijos del Chapo, aunado a que el Cártel de Jalisco Nueva Generación, de Nemesio Oseguera, alargó sus tentáculos, llegando a ser el más poderoso durante el sexenio de Peña Nieto.

Por si fuera poco, el fenómeno alcanzó a la Ciudad de México, antes considerada territorio neutral bien repartido entre agrupaciones foráneas, pero con el fortalecimiento de las mafias de comerciantes y narcomenudistas, se constituyeron cárteles locales que han incrementado sustancialmente la violencia en la Zona Metropolitana.

Pese a las detenciones, la violencia siguió

A mediados de este año, la Fiscalía General de la República dio a conocer el número de detenciones de los grupos delictivos entre el 2016 y el 2018 a manera de balance.

Foto: La Voz de Michoacán.

Con un total de 38 detenidos, el Cártel Jalisco Nueva Generación fue la organización delictiva que más detenidos registró en el periodo, seguido de la organización de los Beltrán Leyva con 35 personas aprehendidas. Aunque la cifra es similar, si se hace el comparativo por zonas de influencia, los 38 detenidos del CJNG es mínimo comparado con las detenciones de un diezmado y sumamente dividido grupo de los exsocios del Chapo.

El 8 de enero de 2016 ocurrió la tercera captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa, organización del narcotráfico que tuvo 47 detenciones de integrantes entre el 2016 y el 2018. La tercera y la vencida fue durante la administración de Enrique Peña Nieto, que antes de concluir extraditó al capo a Estados Unidos.

En el caso de La Familia Michoacana, aún con presencia en zonas de Michoacán, Guerrero y el Estado de México, la Fiscalía reportó 19 detenciones; 35 del Cártel del Golfo; 10 de Los Caballeros Templarios, que casi desaparecieron tras el movimiento de autodefensas de 2013, y 31 de Los Zetas.

Sin embargo, con todo y las detenciones o muerte de muchos de los líderes, la violencia continuó con un nivel sostenido.

Al cierre del año, sin resultados tangibles

Como ya se mencionó, los grupos delictivos sufrieron rupturas y escisiones que también han multiplicado la violencia, la diferencia es que ahora los capos no son objetivos prioritarios y el gobierno federal pretende quitarles poder mediante programas sociales enfocados al empleo, la educación y el asistencialismo a sectores vulnerables.

La administración federal sabe del fenómeno, pues ya ha reconocido que existen diseminados por el país casi 40 grupos o cárteles que en menor o mayor medida siguen asolando a la población.

A través del oficio FGR/UTAG/DG/001501/2019, la Fiscalía General de la República ofreció a la opinión pública la relación más actualizada de grupos que operan a lo largo y ancho de la República Mexicana.

  • Pese a la caída del Chapo, el Cártel de Sinaloa se mantiene fuerte mediante sus brazos armados:
    • Gente Nueva, con operaciones en Chihuahua y Sinaloa.
    • Los Cabrera, en Durango y Chihuahua.
    • Cártel del Poniente, también llamado de La Laguna o Los Bardales, quienes operan en Durango y Coahuila.
    • El Aquiles, en Baja California.
    • El Tigre, en Baja California.
    • Cártel del 28, en Baja California Sur.
    • Los Artistas Asesinos, en Chihuahua, sobre todo Ciudad Juárez.
    • Los Mexicles, en Chihuahua.
    • Los Salazar, en Chihuahua.
    • Los Menos, en Sonora.
  • El Cártel de los Arellano Félix, aunque diezmado, mantiene operaciones en Baja California:
    • El Chan.
    • El Jorquera.
    • EL Kieto.
    • Los Zamudio.
  • La Familia Michoacana, aunque en Michoacán no tiene tanta presencia, en otras entidades mantiene operaciones:
    • Guerreros Unidos o La Nueva Empresa, que opera en distintas zonas de Morelos, Guerrero y el Estado de México.
    • La Empresa, que mantiene presencia en el Estado de México y Morelos.
  • El Cártel de los Carrillo Fuente, remanente de lo que fuera el Cártel de Juárez, de Amado Carrillo, se mantiene en disputa por el control de Chihuahua:
    • La Línea.
    • Los Aztecas.
  • El Cártel de los Beltrán Leyva sigue operando con sus distintas ramificaciones, las cuales, además, viven enfrentadas entre sí, haciendo de este estado uno de los más violentos:
    • Los Mazatlecos, quienes tienen actividades en Sinaloa y Baja California Sur.
    • El 2000 y/o EL Panchillo Huevos.
    • Los Granados, que tienen injerencia en la Tierra Caliente de Guerrero.
    • Los Rojos, quienes operan en las zonas centro y norte de Guerrero, así como en Morelos.
    • La Oficina, que tiene presencia en Aguascalientes y Baja California Sur.
    • Los Ardillos, quienes operan en la región de La Montaña y en el centro de Guerrero.
    • Cártel Independiente de Acapulco, con presencia en la zona costera.
  • Los Zetas, quienes ante las escisiones y sangrientas pugnas internas han perdido presencia en Veracruz, Nuevo León y Coahuila, se mantienen operando en Tamaulipas, su actual feudo.
    • Grupo Operativo Los Zetas.
    • Fuerzas Especiales Zetas.
  • El Cártel del Golfo, es más antiguo del país, pese a los embates de los grupos contrarios y las fuerzas federales en sexenios pasados, se mantiene fuerte:
    • Los Metros, quienes operan en Reynosa, Tamaulipas y colaboran también con el CJNG.
    • Los Rojos (no son los mismos de Guerrero), con presencia en Matamoros, Tamaulipas.
    • Grupo Dragones, con presencia en Tampico, Tamaulipas.
    • Los Fresitas, con actividades en Tamaulipas.
    • Los Pelones y Los Talibanes, que pelean por las plazas de Cancún y Benito Juárez, en Quintana Roo.
  • El Cártel del Noreste, con presencia en Coahuila y Tamaulipas, sobre todo Nuevo Laredo, son una escisión de Los Zetas, con quienes se mantienen en pugna.
    • La Tropa del Infierno.
  • Caballeros Templarios, que operan mediante una célula comandada por Homero González Rodríguez y/o Gonzalo González, conocido como El Gallito, en Tumbiscatío y Apatzingán, en Michoacán.
  • Cártel Jalisco Nueva Generación, tiene en la frontera presencia a través de Los Metros y ostenta dominio en Baja California, Baja California Sur, Nayarit, Guanajuato, Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Estado de México, Morelos, Puebla, Oaxaca, Veracruz, Ciudad de México, Hidalgo, Querétaro y Aguascalientes.
  • Los Viagras, que mantienen la disputa con el CJNG por el control de Tierra Caliente, en los límites con Jalisco.
  • Cártel de Santa Rosa de Lima, creado en 2014, en un inicio era una banda de huachicoleros y hoy, aún bajo el mando de José Antonio Yépez Ortiz, El Marro, opera delitos como el narcotráfico, narcomenudeo, trata de personas, extorsión y secuestro. Tienen presencia en su natal Santa Rosa, Celaya, Irapuato, Salamanca, San Luis de la Paz, Santa Cruz, Valle de Santiago y Villagrán. Se mantiene en disputa con el CJNG y es en gran medida el responsable de que Guanajuato cierre el año como en la lista de los estados más violentos.

Lo dejó el “año viejo”

Este 2019 termina con cuestionamientos de distintos sectores a la estrategia de seguridad del gobierno federal, y es que a los altos índices de homicidios y otros delitos, hay que agregar el sabor amargo que dejaron episodios como el del 17 de octubre, en que fuerzas federales se vieron en la necesidad de liberar a Ovidio Guzmán, ante el intenso despliegue del Cártel de Sinaloa para evitar el arresto del menor de los hijos varones del Chapo.

Foto: Notimex. Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán Loera alias "el Chapo", fue detenido y enseguida liberado.

Otro episodio que marcó este año fue el ataque a la comunidad mormona en México, que en Bavispe, Sonora, sufrió la masacre de 9 personas miembros de las familias LeBarón y Langford el 4 de noviembre, a manos del crimen organizado.

El 14 de octubre, 13 policías estatales fueron emboscados por pistoleros del CJNG en El Aguaje, comunidad del municipio de Aguililla. Sucesos como los anteriores se han replicado en distintos puntos del país.