Sujeto deja morir a su bebé y lo mete a una maleta para sepultarlo en el patio, en Guanajuato

“Ya se va a morir, ya déjalo, de todos modos no es mío. Luego te hago otro”, dijo Juan Diego a su esposa cuando la golpeó para impedir que trasladara al menor de 2 años a recibir atención médica por una crisis de convulsiones

Redacción / La Voz de Michoacán

Yuriria, Guanajuato. Juan Diego sepultó a su hijo de dos años dentro de una maleta en el patio de su casa, después de impedir a golpes que su esposa lo trasladara a recibir atención médica por una crisis de convulsiones. “Ya se va a morir, ya déjalo, de todos modos no es mío. Luego te hago otro”, le dijo a la madre.

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El cuerpo del menor fue localizado en el patio trasero de la vivienda, ubicada en la comunidad San José de Gracia, en Yuriria, Guanajuato; peritos del Servicio Médico Forense encontraron que una extremidad de la víctima sobresalía de la tierra y procedieron a realizar la exhumación del cuerpo.

Juan Diego, de 31 años de edad, presuntamente cometió el ilícito el 8 de octubre pasado; días después elementos de la Agencia de Investigación Criminal lo capturaron y este lunes la Fiscalía General del Estado (FGE) anunció que se encuentra vinculado a proceso penal por el delito de homicidio en razón de parentesco, por el que podría ser condenado a 35 años de prisión.

Víctima del horror

El 26 de octubre, la visita de personal del DIF al domicilio de Juan Diego, quien tenía antecedentes de violentar a sus hijos, puso al descubierto la ausencia del menor de dos años, ante las contradicciones de su padre y progenitora.

El hombre, de acuerdo con el avance de las investigaciones desarrolladas por la Fiscalía, identificaba una situación patológica de rechazo en contra de los menores, y específicamente en contra del fallecido, por lo que el DIF vigilaba de manera rutinaria el estado físico de los niños en donde vivían.

En la fecha del crimen, la pareja se encontraba con sus hijos de 4 años, 2 y uno; por la tarde el ahora fallecido presentó una serie de convulsiones; después de las 6:00 de la tarde su situación se agravó por la falta de oxígeno, por lo que la mamá pidió que lo llevara al hospital, pero se negó.

De acuerdo con las investigaciones de la fiscalía, en ese momento Juan Diego “expresó que lo mejor era dejar que se muriera, porque desde que la mujer estaba embarazada del pequeño tenía la sospecha de que el niño no era de él”.

La madre, al ver que las convulsiones del menor eran más frecuentes, cargó con sus hijos y cuando se disponía a salir a la calle en busca de ayuda, al llegar a la puerta Juan Diego la tomó con fuerza y la jaló del cabello, ocasionando que cayera al piso con sus menores. La madre suplicaba ayuda a gritos, a la vez que el hombre le pegaba en la cara, mientras el niño se convulsionaba.

En un momento determinado se acercó al niño inconsciente y le dio un manotazo en la cara, mientras le expresaba una serie de insultos. El niño poco a poco dejó de respirar. La madre, al notar eso, tomó al menor y lo recostó sobre una cama.

“Lo que siguió fue una serie de amenazas de este sujeto en contra de su mujer, ‘porque te va a ir peor’, le gritó, y también en contra de los vecinos que acudieron a ver qué estaba ocurriendo al escuchar los llamados de auxilio de la mujer”, señaló la FGE.

El presunto homicida confirmó que el niño estaba muerto, lo cargó y salió al patio trasero, en donde ocultó al menor en una maleta que cubrió con tierra.

La Fiscalía destacó que un funcionario del DIF se presentó en el domicilio para llevar a cabo la supervisión de la salud de tres niños; se asomó por una ventana de cristal y observó a dos de los menores desnudos, y enseguida tocó la puerta.

Juan Diego abrió y dejó entrar al funcionario, quien observó desorden y percibió un olor “peculiar”, luego hizo preguntas de rutina y al verificar que no estaba el niño de dos años cuestionó al padre, quien respondió que su mamá se lo había llevado a la comunidad de Xoconostle.

La madre fue localizada por personal del DIF, que la cuestionó sobre el paradero de su hijo, y ella aseguró que estaba en casa con su padre, en San José de Gracia, por lo que denunció el hecho ante el Ministerio Público.