“Apophis”: el asteroide colosal que pasará junto a la Tierra

Se calcula que un asteroide con ese tamaño y esa cercanía puede ser visible desde la Tierra aproximadamente una vez cada 7 mil 500 años. 

Redacción / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Un asteroide de tamaño colosal pasará junto a la Tierra, con un encuentro tan cercano que los científicos temían el impacto contra nuestro planeta. Tiene un diámetro de 340 metros y se acercará a menos de 32 mil kilómetros. Científicos de la NASA prevén que la roca se aproxime el viernes 13 de abril de 2029.

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El asteroide fue bautizado por “Apophis”, en referencia al nombre de una serpiente demoníaca y maligna proveniente de la mitología egipcia. Las anotaciones de especialistas sugieren que tiene una apariencia bilobulada parecida a un maní y un tamaño aproximado al del Empire State. 

Este nombre le fue dado debido a que cuando se descubrió en el año de 2004, los científicos creyeron que representaba una amenaza para nuestro planeta, con predicciones de una colisión para el año 2029. Sin embargo, tras realizar numerosos cálculos y mediciones, determinaron su ruta que pasará increíblemente cerca de la Tierra.

Este cuerpo celeste se encontrará a una distancia 10 veces más cercana que la luna e incluso más cerca que los satélites que orbitan el anillo geoestacionario, según informa la Agencia Espacial Europea.

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Aunque no colisionará con nuestro planeta, la gravedad tendrá un impacto sobre el asteroide que alterará su trayectoria. Así, resulta incierta la ruta que este cuerpo celeste tendrá. 

Apophis pasará a menos de 32 mil kilómetros de la superficie de nuestro planeta. Por lo tanto, será visible para los observadores terrestres en el hemisferio oriental sin la ayuda de un telescopio o binoculares. Se calcula que un asteroide con ese tamaño y esa cercanía puede ser visible desde la Tierra aproximadamente una vez cada 7 mil 500 años. 

Actualmente, científicos de la NASA se encuentran en proceso de enviar una nave espacial llamada OSIRIS-REx para estudiar su composición, su densidad y su comportamiento orbital, así como para asegurarse que ese “montón de escombros celestes” sea tan inofensivo como han planteado.