EFE / La Voz de Michoacán Barcelona, España. - Un estudio del Centro de Regulación Genómica (CRG) español y la Universidad de San Diego (Estados Unidos) ha revelado que la composición del microbioma intestinal de las ratas no está determinada únicamente por los genes del propio individuo, sino también por los genes de aquellos con quienes conviven. La investigación se realizó a través de un análisis en más de 4.000 ratas, que procedían de cuatro cohortes diferentes, cada una alojada en una instalación distinta de Estados Unidos y con rutinas de cuidado diferentes. Ello permitió comprobar que las influencias genéticas se extienden a otros individuos a través del contacto social, según explicó en un comunicado la investigadora del CRG de Barcelona y autora principal del estudio, la doctora Amelie Baud. El equipo de CRG, tras combinar datos genéticos y de microbioma, identificó tres regiones genéticas que influían en las bacterias intestinales. Se identificó así el gen 'St6galnac1', que añade moléculas de azúcar a la mucosidad intestinal con abundancia de 'Paraprevotella', una bacteria que se alimenta de estos azúcares; una segunda región con genes de mucina, que forman la capa mucosa protectora del intestino, y una tercera región, que incluía el gen 'Pip', que codifica una molécula antibacteriana y se vinculó a bacterias comunes en roedores y presentes en humanos. "Podrían existir más relaciones entre genes y microbios" En el caso de las personas, solo dos genes se han vinculado de forma "fiable" a bacterias intestinales: el gen de la lactasa, que determina si las personas adultas pueden digerir la leche e influye en los microbios que digieren la leche, y el gen del grupo sanguíneo ABO, que también ejerce un efecto mediante mecanismos, aún por descubrir. Asimismo, Baud comentó que “podrían existir más relaciones entre genes y microbios, pero todavía no han sido confirmadas porque la naturaleza y la crianza son difíciles de separar en el mundo real". El microbioma se ha relacionado con aspectos que van desde la inmunidad y el metabolismo hasta su comportamiento, pero no todas las correlaciones descritas reflejan efectos causales. Además, los autores del estudio argumentaron que el gen 'St6galnac1' y la bacteria 'Paraprevotella' podrían influir en enfermedades infecciosas, como la Covid-19, y se ha demostrado que la bacteria provoca la degradación de las enzimas digestivas que el virus usa para entrar en las células del individuo. Otra de las hipótesis trata de investigar por qué algunas personas desarrollan la nefropatía por Inmunoglobulina A (IgA), un anticuerpo que protege el intestino, pero que, cuando se altera, puede filtrarse al torrente sanguíneo y formar agregados que dañan los riñones, y comprobar si 'Paraprevotella' podría alterar la IgA. Tras el informe y sus conclusiones, el equipo de la doctora Braud estudiará cómo 'St6galnac1' influye en 'Paraprevotella' en ratas y qué reacciones biológicas en cadena desencadena en el intestino y en el organismo.